Capítulo 31.

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—Perfecto, ese mueble déjenlo ahí —sonrió para sus adentros—. Muchas gracias, chicos.

—Creí que estabas en cama ya —Friend entró mirando como Freen había hecho que los trabajadores de la casa entraran un mueble—. ¿Es en serio que dormirás aquí?

—Ajá. Mira, traje una manta y una almohada —dijo una Freen feliz—. Becky no puede dormir sola, Friend.

—Freen, te estás involucrando mucho con Becky —esta se cruzó de brazos—. Es mejor que dejes que... Irin o hasta Rigoberto se queden con ella.

Freen miró a una Becky descansar por el calmante que le había puesto el doctor, se veía tan tranquila y aun más hermosa. Freen no pudo evitar sonreír, quería mirarla más de cerca, mirar sus pestañas, sus labios, como su respiración era calmada, como aun su corazón latía. Porque Freen por un momento tuvo miedo, mucho miedo.

—Ellos no la sabrían cuidar —replicó —. Ella está mejor conmigo.

—Freen... ¿te acostaste con Becky?

La castaña se abrazó a sí misma. Ya no se lo ocultaría a Friend, era más que obvio lo que había pasado - por lo menos para Friend- y Freen tenía una idea de eso. Así que asintió.

—Sí, lo hice, y fue increíble. Fue lo mejor de toda mi vida... —presumió —. Y no me da pena, no me avergüenzo.

—Freen, estás actuando mal.

—¿Mal? no veo lo malo en disfrutar del sexo.

—No, eso no es lo malo, lo malo está en que disfrutes con ella e ilusiones a Engfa. ¿Qué tienes en la cabeza? —Friend golpeó su sien—. Es irracional lo que haces. Y sí es con Becky aun más, si Tío se llega a enterar de esto

—¿Le dirás?

—Sabes que no, Fini, tú mejor que nadie sabes que jamás haría eso. Pero tienes que entender que las cosas a escondidas nunca terminan bien.

—Sé que te preocupas por mí, pero Becky y yo no estamos cometiendo ningún pecado, puede que hayamos comenzado mal, pero ahora estamos...

—¿Te enamoraste de Becky? y se me sincera y mírame a los ojos.

—No es eso, me gusta, desde que la vi me gustó. Creí que la odiaba pero era que nunca había sentido esto por nadie, Becky me gustaba de una manera maravilllosa; no tiene nada que ver con vengarme, esto ya no va de la mano.

Y es que cuando ella está el mundo es un poco menos malo. Pensó Freen.

—Eres adicta a ella y es porque te hace bien —Friend se acercó a Freen y posó una mano en su hombro—. ¿Te enamoraste? —volvió a preguntar.

A diferencia de la primera vez, Freen no dudó en contestarla pero con esta sí que lo hizo. Y siempre llegaba a la misma conclusión y a la misma respusta: el mundo era menos cruel cuando Becky estaba.

Freen pocas veces en su vida había sentido o recibido un amor sincero. Ella sabía que cuando eso pasaba, era muy raro sentirse bien o quizá poder recibirlo con normalidad. Nadie la había rechazado, Becky sí, en su momento, fue la única persona en ponerle un alto y en decirle las verdades en la cara. Y quería saberlo, quería saber que era lo que sentía realmente.

—Me gusta —aceptó.

— Vale, creo que no te insistiré más. Pero si Tío se entera vete olvidando de todo esto, Freen. Es un consejo.

—No se tiene porqué enterar —miró a Becky —. Esto será mi secreto, o bueno, nuestro secreto —dio una risa temblorosa —. ¿Y tú con la cocinera?

𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐒𝐔𝐒 𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora