𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐒𝐔𝐒 𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘

Capítulo 47.

FREEN.

—Me hiciste comprar ropa para no salir conmigo, o sea, que me mandarás de fiesta con Friend y con uno de los guardias de mi madre, Rebecca —me quejé cuando esta se recostó en la cama, con una almohada debajo de su cabeza y analizando la ropa interior que había sobre esta y la cual procedí a arrebatarle de la mano—. Suelta eso.

—Uy, pero no te enojes, peque —hizo un puchero—. Esta hermosa toda esta ropa.

—¿En serio no saldrás con nosotras?

Negó, —Nou, saldrás sola, ¿por qué no quieres?

—Porque no, se supone que lo haríamos juntas, Becky —hice un gesto con la mano—. ¿me quieres fuera de la casa?

—Que no, peque. Sólo quiero que disfrutes, ¿que tiene eso de malo?

—Todo. Siento que te quieres dehacer de mi...y ¡No te rías, idiota! —ahí estaba ella, riéndose—. Jódete, Becky. Me iré de fiesta y te librarás de mí, si es lo que tanto quieres.

—Soy mujer, pero sigo sin entender a las de mi raza. Freen, quiero que salgas y goces, que seas mi novia no me da el derecho detenerte aquí encerrada.

Era tonto lo que estaba a punto de decir, pero sinceramente y por alguna razón, sentía celos.

—¿Te verás con alguien?

Hizo como que no me escuchó, —Está lindo esto.

—Joder, Rebecca, te estoy preguntando algo.

Bajó la ropa, —No, Freen, no me veré con nadie. Y si te quieres quedar, está bien. Yo lo unico que pensaba era pasar por el GYM, quiero soltar un poco los huesos, y mi cuerpo, sólo eso. Vendré a la casa, comeré algo y tú gozarás por ahí fuera, la pasarás bien con tu prima y cualquier cosa me vas a llamar.

—¿Estás segura que es solo eso?

—Segurísima, mañana sera un día difícil, muy difícil. Quiero que estés preparada y hagas todo lo que quieras hacer hoy.

Algo dudosa, asentí. No me quedaba de otra.

—¿Qué te parece este? —le enseñé un vestido.

—Mmmh... este está mejor —me enseñó otro. Era uno negro el cual se veía mucho mejor, este me daba por los muslos y se veía más cómodo, a decir verdad me gustaba más.

—Pero si ese es más corto, Becky.

—Ajá, ¿Y?

—Que se me verá todo.

—Exacto.

—¿Eso quieres?

—Este te luce más.

—Pero es más corto, Rebecca —repetí.

—Esa es la idea, Sarocha.

—¿Y no te molesta?

—No, eso sí, advierte de que si te ponen un solo dedo encima, les rompo la cara. Pero después de ahí, lucirás hermosa, Reina.

A veces Becky me sacaba de onda, pero aun así, el vestido que ella me dijo lucía mucho mejor. Cuando me cambié y me miré al espejo, lucía muy bien. Becky desde atrás miraba todo, y no paraba de echarme piropos y pitorrearme. Rodeé los ojos y fui directo a mi maquillaje, me puse algo leve para la noche. Becky se colocó detrás de mí en el espejo y me abrazó por la cintura.

—Creo que sí estoy empezando a sentir celos, hueles increíble, mujer —cerré levemente sus ojos para cuando los volvió a abrir, vi sus pupilas dilatadas, y por un momento quise mandar a la mierda eso de salir—. Recuerda, no te pueden tocar. Nadie.