Capítulo 34.

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FREEN.

—Y que bueno que no fuiste ese viernes, el viaje de mis padres se canceló y no era mi intención hacerte el feo —habló Engfa —. Pero... no sé que pienses tú.

Parpadeé repetidas veces, dejando caer la papa que había estado en mis dedos como diez minutos pero la cual no me dignaba a probar. Engfa me contaba su día, y el como sus padres habían cancelado el viaje- sinceramente, ni siquiera recordaba que tenía que ir a su casa- así que simplemente hacía como que me interesaba.

—No te preocupes, Engfa, lo entiendo. Ya da igual —gesticulé.

—No quiero estar mal contigo, Fini —me tomó de la mano.

No sentía nada, no era como la primera vez, no fue como ese momento en el cual estaba confudida o ese momento que sentía que de verdad podía sentir algo por ella. Ya no estaban esos sentimientos, sólo sentía un vacío dentro de mi pecho, y uno muy grande.

La comida me daba náuseas, todo lo que tenía que ver con bebidas no me pasaba de la garganta y ni siquiera salía a disfrutar como antes; Friend tampoco lo hacía, desde el día que Becky se fue, esta pareció darle el mismo bajón que a mí, y eso también tenía nombre. Irin le dijo que era mejor dejarlo, y Friend sintió que su mundo cayó.

Me gustaba cuando llegaba la noche, me sentía menos triste, pero el no ver a Becky me estaba matando, sabía que estaba bien, pero ¿qué tan bien? ¿Mucho, poquito, me necesitaba? la angustia y la incertidumbre me estaban matando.

Forcé una sonrisa hacia Engfa, y es que en serio se vio muy falsa, tanto que creo que hasta ella se dio cuenta.

—No estamos mal, Engfa —exhalé —. Es todo lo contrario, tú tranquila.

Se cruzó de brazos y me miró con preocupación.

—¿Ocurre algo Freen? te noto mal, tienes unas ojeras muy grandes y estás algo débil.

No eres la única que lo nota, Friend me lo repite todos los días. Y mi padre me recalca lo mal que me estoy comportando.

—Sólo... estoy algo cansada, no dormí bien anoche.

Buscó mi mirada, —No, no estás así desde hoy, hace rato te noto algo cansada, ¿segura que estás bien?

—Sí, no te preocupes.

—¿Y Becky? —miró hacia fuera y lo unico que vio fue a un estúpido que me cuidaba —. Hace rato no la veo.

—Renuncio —no le daría explicaciones sobre todo, mientras más lejos estuviera Engfa de mi realidad, mejor sería.

—Ya veo porque estás así; y porque ni siquiera me prestas atención — sonrió—. Freen... algo que me gustaba y bueno, espero que me pueda seguir gustando, era tu honestidad, eres franca y eso me encanta —enterró su labio inferior entre sus dientes —. ¿Estás enamorada de Becky?

Y ya ni siquiera lo pensé.

—Sí, Engfa, estoy enamorada de Becky. Desde el primer día. Y no creas que en su momento te utilicé; no fue así, sólo que...

Engfa se mordió la lengua y me interrumpió, —Bien. Pues me alegro —creí que reaccionaría mal, no sé porqué, pero su reacción fue una sonrisa muy natural y amigable—. Me alegro que por fin lo hayas hecho, de que te des una oportunidad, y es que se notaba lo mucho que le gustabas tú también; me fusilaba con la mirada —Engfa me sacó una sonrisa —. Te ves mejor sonriendo.

—Gracias, Engfa, eres una increíble persona.

—¿Y que pasó con ella? ¿por qué se fue?

Me encogí de hombros, —Estaba cansada. No la he vuelto a ver y dudo que lo haga, no tengo ni idea de en donde vive. No quiero que tenga problemas por mi culpa —torcí los labios.

𝐂𝐔𝐈𝐃𝐀𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐒𝐔𝐒 𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora