Capítulo 31: Eres parte de mi familia.

64 2 0
                                    

—No, eso es todo, encantada de conoceros, que no lo he podido decir antes porque no me dejaba hablar con vosotros, pero las cosas van a cambiar, ¿verdad Tom? —Le miro sonriente, él sonríe de lado.

—Sí. —Mira a los sirvientes—. Ya os podéis marchar. —Me mira—. Vamos a mí habitación, necesitas descansar.

—Como quieras. —Le miro desanimada.

Coloca su mano por mi espalda y comenzamos a caminar juntos hacia su habitación. Cuando entramos comienzo a recordar todo y mi cuerpo empieza a temblar, él me abraza por detrás y mi corazón se acelera.

—No volveré a comportarme así contigo nunca más amor, te lo prometo, por favor no tengas miedo de mí, nunca te volveré a hacer daño.

Doy media vuelta y lo miro fijamente, sin previo aviso, me besa dulcemente, al separarnos, sonríe.

—¿Voy a dormir aquí contigo? —pregunto mirando la habitación.

—Sí, es la mejor habitación de la mansión.

—Si voy a vivir aquí me gustaría tener mi propia habitación. —Me mira pensativo y serio.

—Como quieras, está bien, la habitación de al lado también es muy amplia, puedes quedarte ahí si quieres. —Asiento con la cabeza.

Los días pasan con bastante normalidad, los sirvientes ya no me ponen malas caras como antes, cuando me ven sonríen, ya no están tan serios y diría incluso que son más felices, se les nota en la cara. Tom ha pegado un gran cambio, es incluso más cariñoso y romántico que en Zeus, me deja ir libremente por la mansión, salir al jardín y tomar el sol... De vez en cuando viene a mi habitación por la noche y se acuesta a mi lado en la cama, pero no intenta hacer nada, simplemente me abraza y me dice lo mucho que me quiere y lo especial que soy para él. Desde que estoy aquí me ha regalado y me ha hecho mil detalles, dice que son por todos los cumpleaños que no ha pasado junto a mí y por las navidades que no hemos pasado juntos.

—Buenas noches, amor de mi vida —dice feliz metiéndose en la cama, yo sonrío y me abraza.

—Buenas noches Tom.

—¿Te apetece que mañana nos escapemos? —Me acurruco sobre su pecho.

—¿Escaparnos? —exclamo entusiasmada.

—Dime dónde y nos escapamos juntos.

—¿Donde yo quiera? —Él asiente mirándome fijamente jugando con mi mano derecha.

—Tú mandas. —Comienza a hacerme cosquillas por el brazo.

—Qué te parece si vamos a una playa, siempre hemos ido a sitios de montaña.

—Iremos a España, allí las playas son preciosas. —Se me salen las órbitas de los ojos.

—Buah, me parece genial, nunca he estado en España. —Le miro eufórica.

—Mañana iremos a la playa, te va a encantar. —Da un beso en mi mejilla—. ¿Me puedo quedar contigo? —pregunta susurrándome en el oído, yo le miro extrañada.

—¿Cuándo? —Sonríe mostrando sus perfectos dientes.

—Ahora.

—Vale —digo tímida.

Aunque parezca increíble en todos estos días no hemos pasado una noche juntos, está irreconocible, si ya antes sentía cosas muy fuertes hacia él ahora ya me estoy volviendo loca, él me está volviendo loca, nunca antes había sentido esto por nada ni nadie, cuando clava su mirada en la mía se vuelve loco mi pensamiento, cuando estoy junto a él enciende mi alma y me hace volar, creo que me estoy enamorando locamente de él, mucho más que antes.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora