Capítulo 12: Todo ha terminado.

2.3K 121 50
                                    

—Si no te vas tú me voy yo —le miro algo asustada y me alejo de él.—Vas a ser tan estúpida de perder esta oportunidad, la gente deseando entrar en este lugar y tú te quieres marchar ya, sabes que una vez te vayas ya no podrás entrar verdad. —Se acerca y coge mi brazo, yo le miro asustada—. ¿Vas a desperdiciar esta oportunidad, Evans?—¡Apártate de mí, no me toques! —Él me mira sonriente, no me quita la mirada de encima— ¡Tom, estamos desnudos, no ves que no es muy normal esta situación, dos personas no pueden estar en el mismo baño!—Ahí discrepo contigo, claro que dos personas pueden estar en el mismo baño y bañarse juntas, no veo nada de malo, amor —le miro atónita por cómo me acaba de llamar, y lo peor es que no es la primera vez que me llama así.—No-no me llames así...—¿Por qué, te incomoda? —comienza a reírse.Me mira como mira un león a su presa, perfectamente se puede describir así, yo lo estoy pasando verdaderamente mal, incluso estoy empezando a sentir mucho calor. Tapo con mis dos manos como medianamente puedo lo que no quiero que vea.—Mira, no voy a seguir aquí con esta situación tan incómoda, gracias por fastidiarme el baño, en el fondo es lo que querías, fastidiarme, me voy de aquí, y por favor te pido que no mires cuando salga —le miro seria, Tom para mi sorpresa se da la vuelta sin rechistar.Echo una última mirada de odio y pongo un pie fuera de la bañera-piscina, pero cuando me doy la vuelta para comprobar que sigue sin mirar descubro que me está mirando, pero no sutilmente no, ¡me está mirando descaradamente y sin ningún tipo de vergüenza!De los nervios resbalo y pego un salto hacia atrás haciendo que caiga en el agua de nuevo, Tom rápidamente coge mi cintura y saca mi cabeza del agua.Estamos muy cerca, abro los ojos a más no poder, me encanta verlo así, con el pelo mojado y alborotado, él siempre lo lleva perfectamente peinado, y ahora está demasiado sexy, con su torso desnudo cogiendo con sus fuertes brazos mi espalda y mi cintura, a los pocos segundos pega sus labios con los míos, yo intento apartarlo, pero él agarra mi cabeza por detrás haciendo que le correspondiera el beso, sus besos son increíbles.—Joder Evans, me vuelves loco... completamente loco, me haces perder el control tan fácilmente —dice entre suspiros besándome el cuello.Yo no puedo decir nada, no me sale la voz, él sigue besándome apasionadamente, me está devorando la boca y el cuello, como si no me hubiera besado en mucho tiempo y llevara tiempo queriendo hacerlo. Coge mi cintura con sus grandes manos y me sube encima suya, ahí abro los ojos como platos, ¡estamos desnudos! Y puedo notar a su "amiguito" bien crecido justo en mi pierna, le pego un empujón y me aparto de él lo más rápido que puedo.—Pa-para Tom... esto no puede seguir así, ¡que te está pasando, que nos está pasando! —exclamo con la voz entrecortada, él se acerca a mí, pero yo pongo mi mano hacia delante para que se detenga.—No sé, pero cada vez que te tengo cerca me entran ganas de besarte y no dejarte escapar nunca, cuando estás lejos de mí siento la necesidad de ir a buscarte, aunque solo sea para verte, suena patético, pero soy feliz con solo mirarte, nunca me ha pasado esto con ninguna chica —me sorprendo muchísimo con su confesión, agacho mi cabeza y miro las burbujas de jabón.—Yo siento lo mismo que tú, no te voy a mentir. —Él se sorprende aún más que yo—. No sé qué me pasa, pero me encanta estar contigo, me encanta hablar contigo, tus besos... hasta tu misma presencia me encanta. —Levanto mi mirada y sonrío—. Creo que me gustas Tom.Pensaba que se iba a poner feliz, pero para mi sorpresa y desgracia pasa justo lo contrario, su mirada se vuelve fría, y su rostro serio, yo le miro extrañada sin entender su reacción, se supone que ambos sentimos lo mismo y lo hemos confesado, deberíamos de estar felices.—No puedo gustarte Evans —exclama con un tono frío y seco, yo me acerco un poco a él.—Pero si nos hemos confesado que ambos sentimos lo mismo el uno por el otro.—Lo sé, pero no puede ser, la única relación que puede existir entre tú y yo es de tutor alumna, nada más, no podríamos ser ni amigos, será mejor que dejemos todo aquí —le miro triste y decepcionada por sus palabras, algo en mi interior se ha roto en pedazos.—¡Pero porque no puede ser, dímelo!—Deja el tema Evans, perdón por hacerte ilusiones equivocadas, no te volveré a besar más, ya tengo las cosas bien claras en mi cabeza, todo ha terminado. Cuando dice eso sale del agua, yo aparto mi mirada, tengo ganas de llorar ahora mismo.—Sigue disfrutando del baño, y discúlpame por no haberme ido antes. —dice cordialmente, yo no puedo ni fijar mi mirada en la suya.Lo miro con rabia, odio, decepción y tristeza, no puedo decirle nada; él sale de ahí con la toalla puesta alrededor de su cintura sin mirar atrás, si abro la boca lloro, o me pongo a chillar, y prefiero no montar ningún numerito ni espectáculo, está claro, cuando le he confesado que yo siento algo por él se ha dado cuenta que verdaderamente no siente nada por mí... seguramente solo quería jugar y divertirse conmigo por puro aburrimiento y entretenimiento, solo soy un juego para él, y eso me hace sentir tan patética y rota por dentro.Dicen que el baño de los profesores es uno de los sitios más bonitos y relajantes del instituto, yo ahora mismo lo odio, odio este sitio, no voy a poner un pie aquí nunca más, aunque me paguen por ello.Me he quedado en el baño un ratito más, pero no he podido disfrutar en absoluto, me siento fatal, como si me hubieran clavado mil cristales afilados por todo el cuerpo.Cuando salgo me visto y me dirijo a mi habitación aún con lágrimas en los ojos.Aquí estoy, con mi ave en mi habitación, el ave que me ha regalado Tom, si hubiera sido otro regalo lo hubiera tirado a la basura sin pensarlo dos veces, pero "blanquita" es preciosa, y no se merece que no la quiera solo porque sienta odio hacia Tom en estos momentos. Observo y hay una carta en mi mesa, mi corazón comienza a latir muy deprisa."Hija, espero tu llegada con los brazos abiertos, estoy deseando que vengas mañana y me cuentes todo con pelos y señales, estoy muy orgullosa de ti y de las notas que has sacado, abrígate bien que hace mucho frío, te quiero, mamá".Sonrío al momento, pienso en mi madre, en mis primas, en mis tías y en toda mi familia, ya me imagino la cena de navidad y las vacaciones, cada vez estoy deseando más marcharme de aquí, me va a venir muy bien alejarme de este sitio dos semanas, así despejaré la mente, y no ver a Tom este tiempo también me va a venir genial para olvidarme de lo sucedido en el baño de los profesores y de la charla que acabamos de tener.Al salir de la habitación me encuentro con Alfred sentado en un sofá del hogar. —Hola Alfred, ¿qué tal estás? —me dirijo a él sonriente, no voy a permitirme estar mal por el idiota bipolar, aunque en el fondo me está afectando y mucho.—Valentina, ¿qué tal en el baño de los profesores? Cuéntame.—Muy bien la verdad, muy relajante y es todo precioso, escucha, ¿qué te parece si salimos a dar una vuelta por las afueras del instituto? Así tomamos un poco de aire fresco.—No prefieres sentarte aquí a mi lado, es que fuera hace mucho frío.—No, es que me apetece que me de el aire un poco, bueno no te preocupes, doy una vuelta yo sola. —intento sonreír, pero cuando me voy a marchar coge mi mano y me gira.—Mejor voy contigo y me cuentas que tal es el baño por dentro, dicen que es una auténtica pasada. —Lo es —sonrío sin mostrar mis dientes.Le he estado contando lo maravilloso y grande que es el baño de los profesores por dentro, hemos estado hablando de los planes que vamos a hacer en las vacaciones de Navidad, yo no voy a hacer gran cosa la verdad, pasar tiempo con mi familia, quedar con alguna amiga y sobre todo descansar.—Te echaré de menos estas dos semanas Valentina, ya me he acostumbrado a ver esa cara tan bonita todos los días. —Le miro sonriente y algo colorada—. Te has puesto colorada —sonríe tiernamente y toca mis mejillas.—Debe de ser por el frío —exclamo avergonzada. En un descuido tropiezo con una rama y pierdo el equilibrio, no caigo al suelo de milagro ya que él coge mi brazo fuertemente, hago algo muy raro con mis piernas para mantener el equilibrio y Alfred no deja de reírse, le pego con mi mano bromeando.—No te rías de mí, tonto, sabes que no tengo buen equilibrio, y menos por estos sitios.—No será que eres bastante torpe y patosa Valentina —sigue riéndose, yo me hago la enfadada y sigo andando hacia delante dejándolo a él atrás—. Vamos Valentina, ven aquí, estoy bromeando. —doy media vuelta muy sonriente y le saco la lengua—. Con que esas tenemos.Corre hacia mí y comenzamos a correr por todas partes, parecemos dos niños pequeños jugando al pilla, pilla, yo me escondo en los árboles y él me persigue, seguimos así unos cuantos minutos hasta que paro de golpe ya que alguien me impide el paso, me tenso y mi rostro cambia a uno serio.—Veo que lo estáis pasando de maravilla, igual que dos mocosos de 5 años —Tom comienza a reírse con soberbia.—Y a ti qué te importa lo que hagamos o dejemos de hacer, Blake —le miro con odio.—Vámonos a otra parte, Valentina, su misma presencia me molesta —Alfred coge mi brazo para que demos media vuelta.—¿No deberías de estar haciendo la maleta, Evans? —exclama Tom tranquilamente.—Ya la tengo hecha, igual eres tú el que aún no la tiene hecha —respondo con los brazos cruzados, Alfred comienza a reírse a carcajadas, yo le miro con el ceño fruncido.—Él no hace falta que se haga la maleta Valentina, no se va a ninguna parte, se queda aquí a pasar las vacaciones como todos los años, no tiene ningún sitio al que ir. —Tom lo mira con odio—. No me extraña, quién en su sano juicio querría aguantar a este tipo dos semanas en su casa —abro la boca sorprendida por las palabras tan duras de Alfred.—¡Alfred! —le miro asombrada.—Solo digo la verdad, tiene que ser horrible aguantar y pasar las vacaciones con alguien así, no me extraña que nadie lo quiera.Tom sin decir nada saca su varita y lanza a Alfred muy lejos de ahí, yo corro hacia él.—¡Alfred, estás bien! —Me pongo de rodillas para ver cómo se encuentra—. Dios mío, ¿te encuentras bien? —Giro mi cabeza hacia Tom enfadada—. Ven, apóyate en mí que te ayudo a levantarte —intento levantarlo del suelo como medianamente puedo.—¡Te vas a enterar! —intenta sacar su varita, pero yo se lo impido.—¡No, Alfred, no te pongas a su nivel por favor! Vamos a sentarnos a un banco.Echo una última mirada de odio a Tom, él me mira fijamente, esos ojos verdes que tanto me encantan ahora están llenos de ira y rabia mirándome sin apenas pestañear. Me acuerdo de las palabras que me ha dicho en el baño y siento ira y rabia por todo mi cuerpo, aunque hay una frase que tengo en la mente todo el tiempo, cuando estoy lejos tiene la necesidad de buscarme, por eso siempre me lo encuentro, pero se supone que ya todo ha terminado, ¿por qué sigue buscándome?Ya está anocheciendo, he salido a dar una vuelta por el patio del instituto, miro al cielo y sonrío de pensar que mañana por fin veo a mi madre, le voy a contar muchísimas cosas y muchísimas anécdotas, obviamente sin contar nada de Tom.—¿Te ha gustado mi regalo de navidad, Evans? —me encuentro a Tom parado justo delante de mí sonriendo de medio lado, con su aire de superioridad que le acompaña siempre allá donde va, yo le miro sin ningún tipo de expresión en mi rostro.—Gracias, no hacía falta que me regalaras nada, y menos un ave de botella de cristal, te habrá costado un riñón. —No me ha costado tanto, aunque no tenga familia se apañarme muy bien —miro al suelo.—En cuanto a eso... Alfred no debería de haberte hablado así antes, ha estado fatal, me disculpo en su lugar —él se tensa, le miro seria y algo triste.—Tú no eres nada suyo como para disculparte en su lugar Valentina. —Ha debido de ser muy duro para ti criarte sin padres y sin una familia en la que apoyarte.—Para nada, todo lo contrario, me volví fuerte, inteligente e independiente a una edad muy temprana, no me quedó de otra, así que te pido que no sientas pena y mucho menos compasión hacia mí, no soporto que me miren así, como lo estás haciendo tú ahora —exclama algo cabreado, sus palabras suenan fuertes, pero a mí no me engaña, en el fondo se siente dolido.—¿Y qué vas a hacer estas vacaciones? —pregunto cambiando de tema.—Estudiar por supuesto, y practicar con mi ave, ya te lo he dicho muchas veces, pero ven con las pilas bien cargadas Evans, va a ser mucho más duro al volver de vacaciones. —Ya lo sé Tom, me lo has dicho millones de veces. —Suspiro, la nieve cae sobre nosotros—. Voy a entrar ya, hace frío. —Agarra mi brazo para que no pueda irme—. ¿Qué haces? —le miro fríamente.—Vamos a estar dos semanas sin vernos Evans, me echarás de menos —me está devorando con esos ojos verdes hipnotizadores.—Por supuesto que no —intento soltarme de su agarre algo cabreada.—No es una pregunta, es una afirmación —se acerca a mí peligrosamente, abro mucho los ojos, pero esta vez no voy a dejar que me bese, levanto mi pie y le doy un gran pisotón, me suelta de inmediato y salgo de ahí a buen ritmo sin mirar atrás.Este chico no va a reírse más de mí, no sabe con quién está jugando, no volveré a caer en su juego nunca más, está claro que cuando su cerebro manipulador se aburre me busca para divertirse un rato, pues ya me tiene muy harta, menos mal que mañana le pierdo de vista durando un tiempo.A la mañana siguiente desayunamos y cogemos las maletas para marcharnos del instituto.—Acordaros de escribir chicas —exclama Candy algo triste.—Como si no nos fuéramos a ver en tres meses —responde Jessa, Candy le mira algo molesta.—Tranquila Candy, yo te escribiré —ella sonríe.—Yo si me acuerdo también os escribiré chicas. Vamos, venid aquí, os echaré de menos. —Nos abrazamos, veo de fondo a Diana correr hacia nosotras.—Valentina, nos sentamos juntas en el avión, ¿verdad?—Por supuesto que sí. ¿Estás lista? —asiente con la cabeza.Antes de subir al avión para marcharnos miro hacia todos los lados, lo admito, estoy buscando la mirada fría pero cálida a la vez de Tom, no me he despedido de él, no lo he vuelto a ver desde que le pegué el pisotón, pero no me arrepiento de lo que hice, no voy a permitir que se ría de mí. Trago mi dignidad y vuelvo a asomar la cabeza por la ventana con la esperanza de verlo, voy a estar dos semanas sin verlo, aunque me fastidie admitirlo lo echaré de menos. Me decepciono un poco al no encontrarlo por ninguna parte.—¿Por qué te asomas tanto por la ventana Valentina, buscas a alguien? —pregunta Diana curiosa.—No, no, solo quería ver el instituto por última vez. —respondo algo nerviosa sonriendo.—Por cierto, ¿te has despedido de Tom? —pregunta con un tono pícaro en su voz—. He oído que se queda a pasar las vacaciones en el instituto.—¿Quién te lo ha dicho? —Brandon, nos hemos hecho muy buenos amigos desde el baile, pero no es el único que se queda en el instituto en vacaciones, hay más personas que se quedan.—Lo sé, algunos del hogar de la tierra de mi curso también se quedan a pasar las vacaciones de Navidad aquí.—Da pena la verdad, el pensar que no van a pasar las navidades con sus familias, si me pasara a mí eso estaría muy triste en el instituto estas dos semanas.—Bueno, hay gente que se queda con sus amigos en el instituto —digo intentando alegrar un poco el ambiente.—Sí, pero hay gente que se queda porque no tiene con quién pasar las fiestas y las vacaciones —pienso en Tom, me siento muy triste y mal por dentro.—Bueno vamos a cambiar de tema Diani, cuéntame, ¿qué planes tienes para estas dos semanas? Diana ha estado contándome todo el camino lo que tiene pensado hacer estas vacaciones, cuando al fin llegamos a nuestro destino. Nada más bajar del avión me encuentro con Magnus, coge mi mano y me lleva a mi mundo con el "palo mágico", como yo le llamo, aunque en verdad se llama bastón teletransportador. Al fin estoy en casa, mi madre se encuentra en la puerta de mi casa con los brazos muy abiertos llorando de emoción al verme.—¡Mamá! —voy corriendo hacia ella y le doy un gran abrazo, ella está llorando.—Hija, te he echado muchísimo de menos, vamos a casa que hace mucho frío, abrígate bien no te vayas a resfriar. —Coloca su bufanda alrededor de mi cuello y mira a Magnus—. Muchas gracias por traer a mi niña de nuevo a nuestro mundo, Magnus. —Es un placer, Valentina, dentro de dos semanas nos vemos de nuevo para llevarte al mundo mágico, felices fiestas a las dos, nos vemos pronto —dicho esto desaparece dando un golpe en el suelo con el bastón teletransportador.—Vamos a entrar y me cuentas todo en casa cariño —está muy sonriente y emocionada, al igual que yo.Al llegar a mi casa mi madre tiene un festín preparado en la mesa, ha cocinado mis platos y postres favoritos, es imposible que me coma todo, hay muchísima comida.Le he estado contando cómo es el instituto por dentro, las clases, los profesores, los compañeros, los cinco hogares que hay, y mil cosas más.—Hija cuéntame, ¿no te has echado ningún novio? —pregunta a la vez que corta un trozo de pastel de chocolate, yo me pongo algo nerviosa.—Por supuesto que no mamá, no tengo tiempo de tener novio, estoy demasiado ocupada con las clases.—Y el chico ese que te da clases particulares y te explica todo, ¿cómo te llevas con él, cariño?—¿Con Tom? —Sonrío falsamente—, muy bien, es el típico chico perfecto, muy intelectual e inteligente, no tengo quejas con él, sino hubiera sido por el no habría aprobado ninguna asignatura —mi madre sonríe.—Me parece a mí o ese chico te hace tilín hija.—No digas tonterías mamá, Tom no me gusta, es solo mi tutor, nada más. —Meto un trozo de tarta en mi boca—. La tarta está deliciosa, esta semana tengo que hacer las galletas navideñas que tanto me gustan preparar.—A no, de eso nada cariño, tú vas a descansar, nada de cocinar, ya las haré yo.—No mamá, es que me apetece mucho prepararlas, por cierto, ¿cómo están las primas y el resto de la familia?Mi madre me ha estado contando muchas cosas, pero nada fuera de lo común, prácticamente todo sigue igual que siempre, todos están muy orgullosos de mí y muy contentos por tener una maga en la familia.El día de Navidad van a venir todos a comer a casa, ya estoy deseando contarles a mis primas todo lo sucedido con Tom, a ellas siempre les cuento todo.Esta semana he quedado con un par de amigas, les he estado contado algunas cuántas cosas de lo sucedido en el instituto con Tom, obviamente ahorrándome unos cuantos detalles, me han aconsejado que pase de él y que me fije más en Alfred, porque se nota que es un gran chico y siempre está ahí cuando lo necesito, en el fondo tienen razón, pero por mucho que lo intento no logro sacarme a Tom de la cabeza.El jueves por la mañana mi madre sale a comprar y yo aprovecho para meterme en la cocina y cocinar las galletas navideñas que tanto me gustan hacer. Cuando ya están hechas y decoradas se me ocurre una idea, meto unas cuantas en una cajita navideña y cojo un papel y un bolígrafo."Querido Tom, espero que te gusten las galletas caseras, eso sí, no te hagas ilusiones, solo te las mando en agradecimiento por tu ayuda y dedicación estos meses, y para agradecerte que me hayas regalado a blanquita, le he cogido mucho cariño. Atentamente, tu alumna favorita. PD: He puesto favorita porque soy la única que tienes, felices fiestas."Cuando termino de escribir sonrío de oreja a oreja, meto la carta en un sobre, pero pienso en cómo va a llegar hasta el instituto, miro a blanquita, recuerdo que la profesora dijo que estas aves también podían enviar paquetes o cartas al igual que las palomas mensajeras. Abro la botella de cristal y sale, pero es enorme, no puede salir volando por mi ventana, los vecinos se quedarían alucinando. Se me ocurre una gran idea, cojo mi varita mágica y la hago pequeña, pero no lo suficiente como para que no pueda con la cajita de galletas y la carta, sonrío y ella sale volando de camino al instituto. Acto seguido comienzo a comerme unas cuantas, la verdad que me salen deliciosas, y más con la decoración navideña, se ven adorables, da lástima comérselas.Recojo todo y paso el resto del día en casa descansado viendo películas navideñas comiendo palomitas y un montón de galletas, echaba de menos días así.Al día siguiente vienen mis primas a mi casa. Les he estado contando todo lo sucedido en el instituto Zeus, incluido todo lo de Tom.Tengo dos primas de mi misma edad, Lilly y Luna, con las que me llevo genial desde siempre, siempre nos hemos contado todo, las tres somos uña y carne.—Valentina, ese chico está coladito por tus huesos. —exclama Lilly muy convencida de sus palabras. Luna me mira y asiente con la cabeza.—Haznos caso, lo tienes loco, muchas veces te lo ha dicho, lo que pasa es que tiene miedo de comprometerse con alguien porque él solo ha tenido rollos de una noche con las chicas —me muerdo las uñas, nerviosa.—Yo no he tenido ni eso... imaginaos cómo estoy —Lilly alza las cejas y cambia el tono de voz a uno más pícaro.—Bueno prima, algo de experiencia ya tienes, hasta has notado a su mini Tom en la bañera —le pego un codazo y comienzo a ponerme colorada.—Lilly tiene razón Valentina, podrías seguir experimentando con él, te vendría bien para relaciones futuras —ambas comienzan a reírse. —Estáis locas las dos, sabía que no era buena idea que os contara todo con pelos y señales.—Ya sabes que en nosotras puedes confiar Valentina, estamos para apoyarnos y aconsejarnos —yo sonrío, las quiero demasiado a las dos.Blanquita aparece en mi ventana, rápidamente me acerco a ella algo nerviosa, ya que tiene una carta, la guardo en la botella y mis primas se acercan a mí curiosas.—¿Quién te ha escrito Valentina? —pregunta Lilly mirando la carta.Abro la carta, cuando veo la letra me emociono y alegro muchísimo, esta letra es de Tom, pero me llevo una gran decepción al leer lo que está escrita en ella. —Gracias Evans. Saludos —dice Luna leyendo.—¿Quién te habrá enviado esta carta tan sosa Valentina? Vaya poca gracia ha tenido.—Pues así es Tom las veinticuatro horas del día, chicas —se sorprenden al decir que esta carta es de Tom, le cuento lo de las galletas.El resto del día ha pasado con tranquilidad, hemos comido y cenado muchísimo, estas comidas navideñas no son nada buenas para la dieta. Al terminar esta semana me toca hacer bastante ejercicio para quemar las grasas que me he metido estos días en el cuerpo.A la mañana siguiente estoy tan cansada que solo me tumbo en el sofá a ver la televisión, mi madre se va a ir con mi tía a su casa y va a pasar ahí el resto de la mañana, así me quedo relajada y tranquila en casa yo sola, que desde que he llegado he estado prácticamente sin parar.—Hija, ¿estás segura que no quieres venir conmigo a casa de la tía? —pregunta mi madre colocándose el abrigo y la bufanda.—Seguro mamá, prefiero quedarme en casa calentita, y así aprovecho y en un rato escribiré cartas para felicitarles las fiestas a mis amigas y para preguntarles qué tal están pasando las fiestas. —Como quieras, llegaré a la hora de comer —Miro el reloj y son las diez de la mañana—, hasta luego —me despido con la mano y cierra la puerta.Comienzo a pasar los canales de la televisión, la verdad que no me llama mucho la atención lo que están echando, decido ir a mí habitación para coger unos cuantos folios y escribir cartas a mis amigas, pero cuando voy a subir las escaleras tocan al timbre, deberá de ser mi madre, seguro que se le ha olvidado algo.—¡Voy! —abro la puerta y me quedo petrificada al ver de quién se trata.¡Que hace Tom en mi casa!—Buenos días Evans, ¿cómo has estado? —exclama sonriendo sin mostrar sus dientes, apoyando una de sus manos y su brazo en la puerta para tenerme más cerca.¡Qué está haciendo este hombre aquí en mi casa!

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora