Capítulo 20: Una oportunidad más.

2K 80 31
                                    

Tom muerde y besa mi cuello desesperadamente, los gemidos no tardan en salir de mi boca, me arrincona en la pared bruscamente y levanta un poco el jersey que llevo puesto, en un abrir y cerrar de ojos ya me lo ha quitado, él se quita su camiseta tan rápidamente que ni me doy cuenta, con sus grandes manos coge mis muslos, me sube y nuestras partes íntimas se pegan, no puedo estar más excitada, comienza a andar y llegamos a la pequeña habitación, sin pensarlo me tira sobre la cama y se coloca encima mía, no tarda mucho en quitarme los pantalones. Cuando él comienza a quitarse los suyos algo hace clic en mi cabeza, comienzo a ponerme nerviosa, creo que nos estamos pasando, se nos está yendo de las manos.—Tom... —logro decir muy agitada y con la voz entrecortada.Él tapa mi boca con su mano, su otra mano la coloca en mi zona íntima y comienza a masajear con sus dedos, echo mi cabeza hacia atrás del placer que estoy sintiendo, la cabeza me da vueltas, no puedo pensar con claridad, introduce un dedo y pego un pequeño grito, lo mueve muy lentamente, poco a poco comienzo a sentir placer de nuevo, sin quitar su mano de ahí sube su cabeza y comienza a besarme y a atacar el cuello, sabe que es mi punto débil, baja hasta mis pechos y los muerde, grito de placer, mi mano instintivamente va a parar a su cabello.—Te deseo tanto Valentina —dice entre suspiros con la voz ronca y los labios hinchados.Cuando va a quitarse su ropa interior lo paro de inmediato, cojo mis piernas y las pego hacia mi cuerpo cogiéndolas con mis manos, él me mira confuso, intenta cogerme la pierna, pero yo me echo hacia atrás asustada.—No, no quiero seguir... —Apenas me sale la voz.—¿Que pasa Valentina? Lo estamos pasando muy bien, te estaba gustando.—Sí... pero ya no quiero seguir, por favor vamos a parar. —Intenta coger mi mano, pero yo me aparto rápidamente nerviosa—. No, no quiero seguir, dame mi ropa por favor, me quiero vestir.—No te vas a marchar ahora —responde con un tono frío en su voz, me entran escalofríos por todo el cuerpo.—No me quiero marchar, simplemente me quiero vestir, po-podemos sentarnos en el sofá y hablar... —Intento controlar mi voz de lo nerviosa que estoy.—¡Mierda, no quiero hablar, ahora no me puedes dejar así, tenías que haberme dicho antes que parara! —Levanta su tono de voz cabreado, yo me sorprendo muchísimo por cómo se lo está tomando.—Apenas me ha dado tiempo de asimilar todo... ha pasado muy rápido, y bueno... te lo digo ahora. —Agacho mi mirada, me tiembla el cuerpo.—Lo siento mucho amor, pero yo ya no puedo parar, no me vas a dejar así. —Su mirada y su voz es fría como el hielo, se me eriza la piel.Le miro asustada con las cejas alzadas y los ojos abiertos. Con sus fuertes brazos agarra mis piernas con fuerza y las echa hacia delante, se tumba encima mía y comienza a besarme por todas partes, yo chillo que me deje, que no quiero, pero es en vano, él no para, comienzo a llorar y a dar golpes en su pecho, coge mis manos y las tira hacia arriba con una de sus manos.Esto no puede ser real, tiene que ser una pesadilla, Tom no me puede estar haciendo esto.—¡Quieres parar de llorar, ni que te estuviera violando! —exclama cabreado, yo lloro a más no poder. —¡Lo estás haciendo, te estoy diciendo que no quiero y tú sigues!—Si te tranquilizas lo vas a disfrutar. —¡Estoy diciendo que no quiero! —grito histérica.—Pero yo sí quiero, es mi cumpleaños y te guste o no vas a hacer lo que yo quiera. —Me hace temblar de miedo con el tono tan frío de voz que tiene ahora mismo, yo apenas puedo hablar de lo asustada que estoy.—No... tú no eres el Tom dulce que yo conozco... —Las lágrimas salen y salen de mis ojos.—Yo siempre he sido así amor, siempre consigo lo que quiero.—Pero te estoy diciendo que no quiero, para por favor... —Comienzo a llorar más fuerte.¿Por qué me está pasando esto?Cuando se levanta de encima respiro algo aliviada, acto seguido cojo una de las almohadas y me la pongo encima, no puedo parar de llorar y de temblar.—Deja de llorar maldita sea, al final te has salido con la tuya, ¿cuánto tiempo más me vas a tener así, Evans? —Me mira fijamente enfadado, yo no puedo ni hablar del propio llanto.—Esto ya lo hemos hablado... me dijiste que me ibas a esperar el tiempo que hiciera falta.—Mi paciencia tiene un límite, tú sabes cuánto tiempo te he estado esperando, prácticamente desde el día en que nos conocimos, pero ya no puedo aguantar más, no puedo separar mi mente de mi cuerpo, no lo entiendes, he sido muy paciente contigo, he intentado esperar a que estuvieses segura, pero no lo vas a estar nunca, como la cosa siga así no sé qué va a pasar, no sé a qué le tienes miedo. —Lloro histérica.—Solo te pido que me entiendas... no me puedes obligar... yo te entiendo a ti, pero tú a mí no... bueno... yo tampoco te puedo pedir a ti más de lo que no puedes dar, así que lo mejor será que nos demos un tiempo. —Me mira serio y muy, muy enfadado.—Eso es lo que quieres, que terminemos.—¡Yo no quiero terminar contigo, pero yo no puedo estar así y tú me acabas de hacer mucho daño Tom, me he decepcionado mucho!—Tú a mí más.Me mira con odio, se viste rápidamente y coge su botella de cristal con el ave dentro, yo me levanto aún con la almohada en mi cuerpo.—Tom... Tom, ¿a dónde vas? —pregunto con un hilo de voz intentando tranquilizarme. —Lejos de ti. —Se monta en su ave y sale volando.—¡Tom no me puedes dejar aquí, Tom vuelve, Tom! —grito a todo pulmón corriendo hacia la salida de la cabaña. Miro al cielo llorando, ha desaparecido y me ha dejado aquí sola... Solo puedo mirar al cielo y llorar, ¿por qué me está pasando esto? ¿Por qué Tom se comporta así? Demasiado perfecto estaba siendo todo...Comienzo a estornudar y mi cuerpo no tarda en temblar, hace muchísimo frío, y yo estoy apenas en ropa interior con una almohada tapando mi estómago. Entro rápidamente en la cabaña.Al entrar me visto y me siento junto a la chimenea para entrar en calor, no puedo parar de llorar, mis lágrimas no dejan de salir, estoy tan furiosa, tan enfadada, pero sobre todo muy triste y decepcionada. ¿Y ahora qué voy a hacer? Me voy a tener que quedar en esta cabaña hasta que Tom venga a recogerme... Y cómo voy a poder mirarle a la cara después de lo que me ha hecho, me van a entrar ganas de quitarle los ojos con las manos, no voy a perdonarlo nunca.Comienzo a dar vueltas por la cabaña nerviosa, hasta que me canso y me tumbo en el suelo para comenzar a llorar de nuevo. Cuando giro la cabeza abro los ojos como platos, ¡debajo de la cama hay una botella con un ave dentro! Rápidamente la cojo y sin pensarlo dos veces salgo a la calle y me monto en ella, tengo un aprobado en la clase de aves, algo sabré, sin pensarlo mucho comienzo a volar, intento no mirar hacia abajo, y para mi asombro manejo bastante bien al ave, es tal cabreo el que llevo encima que apenas tengo miedo. Gracias a Dios llego al instituto sana y salva, cuando piso tierra suspiro tranquila, meto al ave de nuevo en la botella de cristal.Escucho mi nombre, giro mi cabeza y me encuentro a Alfred corriendo hacia mí.—¿Valentina? ¡De dónde vienes! ¿A dónde has ido! —Se acerca a mí muy preocupado.Yo comienzo a llorar, corro haca él y le doy un gran abrazo.—Alfred, Alfred tenías razón... —exclamo llorando desconsoladamente.—Hey, cálmate, ¿qué te ha pasado? —Toca mi espalda, pero no se separa de mí, seguimos abrazamos.—Es Tom... Tenías razón... no es buena persona. —Se separa un poco de mí y cierra los puños, su rosto ha cambiado completamente.—¿Qué te ha hecho ese desgraciado?—Algo horrible Alfred, me siento tan mal... —Vuelvo a abrazarlo y comienzo a llorar más fuerte.—Vamos, tranquilízate Valentina, vamos a nuestro hogar y me cuentas tranquilamente. Cómo me encuentre a ese demonio de camino lo mato. —está rojo de la ira que lleva por dentro.—Sí, vamos, aunque no me apetece mucho contar... —Una voz que conozco perfectamente no me deja terminar la frase.—Vaya, vaya, vaya, has encontrado mi otra botella de cristal amor. —Yo solo puedo mirarle con odio.—¡No te atrevas ni hablarle hijo de tu madre, mira cómo está por tu culpa, no sé qué le habrás hecho, pero eres un maldito desgraciado y lo vas a pagar muy caro! —Alfred levanta la voz bastante furioso y con los puños cerrados, Tom se ríe a carcajadas.—Yo no he hecho nada gusano. —Levanto mi mirada y le miro con más odio.—Alfred, vámonos.Cuando le cojo del brazo a Alfred para marcharnos de ahí, Tom coge mi brazo bruscamente haciéndome daño.—Tú no te vas a ninguna parte, y menos con él.—Suéltame, no te atrevas a tocarme. —Le miro furiosa.—Oh vamos, ahora me vas a decir esto, que no te puedo tocar, si prácticamente he recorrido todo tu cuerpo Evans —exclama con un tono arrogante y burlón, yo abro la boca sin poder creérmelo.—Me das asco. —Si las miradas asesinaran ahora mismo Tom estaría muerto.—No sabes lo que dices, estás rencorosa porque te he dejado en esa cabaña, nada más.—Tú y yo ya no tenemos nada más de qué hablar.—Con este delante no, por supuesto que no.—Ni sueñes que la voy a dejar a solas contigo. —Tom mira a Alfred serio.—Cierra el pico gusano. —Alfred, vámonos, no perdamos más el tiempo. —Intento cogerle la mano a Alfred, pero Tom me lo impide cogiéndome del brazo fuertemente.—¡Te he dicho que tú no te vas a ninguna parte!—¡Suéltala imbécil!—Es mi novia y la soltaré si me da la gana.—Tú y yo ya no somos novios, hemos terminado. —Me mira algo decepcionado, sus ojos están tristes y apagados, parece que le ha dolido bastante lo que he dicho.—Tú a mí no me dejas Evans.—Claro que te dejo Blake, me niego a estar con una persona que ha intentado violarme y que me deja sola en mitad de un bosque, ¿y si no hubiera encontrado esa botella de cristal? ¿Qué hubiera pasado conmigo? ¡Me hubieras dejado allí!—¡Ha intentado violarte! ¡Eres un maldito desgraciado, será mejor que no te acerques a ella ni un pelo, o te las vas a tener que ver conmigo! —Alfred se acerca a Tom muy enfadado, puede echar fuego por los ojos de cómo le está mirando.—Nadie va a impedir que yo me acerque a Valentina, y mucho menos tú, gusano.Alfred se abalanza sobre Tom, pero Tom saca su varita y le lanza un hechizo desconocido para mí, hasta que veo a Alfred tumbado en el suelo retorciéndose de dolor, abro la boca y los ojos de par en par, Tom le ha lanzado a Alfred el mismo hechizo oscuro que me lanzó a mí Alan en el aula. Miro a Tom horrorizada, no puedo creer que le haya lanzado ese hechizo, es un hechizo prohibido, está terminantemente prohibido, puede ser expulsado por lanzarlo, al igual que le pasó a Alan.—¡Alfred, Dios mío Alfred! ¿Estás bien? —Me arrodillo junto a él, Tom agarra mi brazo y me levanta del suelo bruscamente.—Apártate de él. —Le pego un empujón y comienzo a gritar a todo pulmón.—¡Estás mal, como le has lanzado ese hechizo, es horrible, a mí me lo lanzaron y lo pasé fatal! ¡Cómo has podido! —Se lo tenía bien merecido —responde tranquilamente, abro los ojos anonadada. —Te expulsaran por esto.—No lo harán.Sonríe de medio lado cínicamente, apunta con su varita a Alfred y antes de que pueda actuar le lanza un hechizo para borrar la memoria, abro los ojos como platos asustada y me quedo paralizada.—Le-le has borrado la memoria... —Le miro muy asustada, él solo sonríe y me mira como todo un psicópata.—Así se quedará calladito y dejará de molestar durante el resto del curso.Comienzo a retroceder muy asustada, siento pánico ahora mismo, se le ha ido completamente la cabeza. Cuando doy la vuelta para empezar a correr él es más rápido y coge mis brazos para que no pueda escapar, tapa mi boca con su mano.—Quédate quietecita, amor. —Le pego un mordisco en su mano.—¡Suéltame, socorro, que alguien nos ayude!—Quieres cerrar el pico de una maldita vez —exclama fríamente.Intento por todos los medios escapar de su agarre, noto como saca su varita y lanza un hechizo, eso ha sido lo último que logro ver antes de desmayarme.Cuando abro los ojos estoy tendida sobre una cama bastante cómoda, miro a mi alrededor y parece una habitación del instituto, cuando me incorporo un poco y veo esos grandes ojos verdes recuerdo todo lo que ha pasado, sin pensarlo dos veces intento levantarme de la cama para salir huyendo, pero Tom agarra mis brazos para que no pueda escapar.—Valentina, necesito hablar contigo, por favor no te vayas ni te alejes de mí. —Su voz ahora suena relajada y algo triste.—¿Dónde está Alfred? —pregunto muy asustada.—Me he encargado de llevarlo a la enfermería, se encuentra bien, ha perdido la memoria del golpe que se ha llevado en la cabeza. —su tono de voz es triste y apenado.—No, ¡ha perdido la memoria por tu culpa! Primero le lanzaste un hechizo oscuro y luego un hechizo para borrarle la memoria, no eres buena persona Tom, deben expulsarte por esto. —Estoy a punto de llorar.—No, no, no, escúchame, me-me arrepiento muchísimo de haberme pasado contigo en la cabaña, y de haberte dejado ahí, me arrepiento de haberle tirado un hechizo prohibido a Alfred y por supuesto que me arrepiento de haberle hecho perder la memoria, sabes que me pierden los celos Valentina, merezco morir por lo que he hecho, yo lo sé, me arrepentiré toda mi vida porque he perdido a lo que más quiero en este mundo. —Comienza a llorar, nunca lo he visto así—. No sé qué me ha pasado... he perdido completamente el control, pero yo te quiero y no quiero perderte, por favor no te alejes de mí nunca Valentina. Yo me lanzo un hechizo para matarme si hace falta a mí mismo, pero por favor no me mires más con esa cara —dice muy arrepentido y triste.—Tom, es muy grave lo que has hecho, te van a expulsar por esto. —Aún estoy algo asustada.—Eso como poco, me deberían de meter en la cárcel porque casi te violo...—No te van a expulsar por eso, te van a expulsar por lo que le has hecho a Alfred.—Mi mayor preocupación es donde iré, no tengo a dónde ir, mi casa siempre ha sido Zeus, pero bueno, ya no puedo hacer nada, poco castigo será por lo que he hecho. Vámonos ya al director y le cuentas todo lo ocurrido, yo te acompañaré, no escaparé ni seré ningún cobarde, me lo merezco.—¿Pero si te expulsan no tienes ningún sitio al que ir? —pregunto preocupada.—No... Pero no te preocupes, me buscaré la vida, soy inteligente, aunque claro, todos estos años de duro trabajo y esfuerzo tirados a la basura por mis celos y mi estupidez. me duele en el alma, no te voy a mentir, podría haber terminado este curso con honores y haber sido el mejor alumno que ha tenido Zeus en toda su existencia, pero no pasa nada, merezco que me expulsen, pero lo que más me duele Valentina, lo que más me duele es que te he perdido.—Tom... a Alan no le expulsaron todo el curso...—A mí me van a expulsar todo el curso, no queda mucho, además no creo que me dejen pisar un pie aquí cuando se enteren de que le he borrado la memoria a un alumno. —Solo puedo mirarle con tristeza en mis ojos—. Bueno no vamos a perder más tiempo, vamos al director, le contamos todo y me marcharé de aquí, no sabes lo que te voy a echar de menos, eres la única luz en mi vida oscura, y mi única alegría y felicidad Valentina.Coge mi mano para levantarme de la cama, pero yo la aparto, él me mira confuso.—Y si no decimos nada —exclamo desviando mi mirada, él me mira fijamente.—¿A qué te refieres?—Bueno... ¿si yo no digo nada tú tampoco vas a decir nada?—Por supuesto, yo no quiero que me echen de aquí, pero es lo que me merezco.—Yo no voy a decir nada Tom —digo muy segura levantando la cabeza y mirando fijamente sus ojos verdes, él me mira muy sorprendido y con los ojos bien abiertos.—¿Estás segura Valentina? Mira que lo que he hecho es muy grave y merezco algo peor que una expulsión.—Lo sé... Pero tantos años perdidos de trabajo y esfuerzo para que ahora se tire todo por la borda, además se nota que estás arrepentido, yo no voy a fastidiarte de esa manera Tom, no puedo.—Pero es lo más justo.—Lo sé, pero Alfred no va a decir nada, por desgracia ha perdido la memoria, no se acuerda de lo que ha pasado, ¿tú qué has dicho en la enfermería?—Le he dicho a la enfermera que estaba volando con su ave y se cayó de ella, que se ha dado un fuerte golpe en la cabeza al caer, y que al levantarlo del suelo no se acordaba ni de su nombre. —¿No hay ninguna manera de que sepan que le has lanzado un hechizo para borrarle la memoria?—No.—Está fatal lo que vamos a hacer, pero si tú no dices nada yo no digo nada.—¿Estás segura amor? —exclama bastante contento.—Creo que sí, espero no arrepentirme de esta decisión, pero no me llames amor, estoy muy cabreada contigo Tom, lo que has hecho no tiene perdón. —Yo estoy muy seria y cabreada todavía.—Ya lo sé... soy consciente de que te he perdido, por estúpido e imbécil, por perder la cabeza y no pensar, he perdido lo mejor de mi vida.—Yo... lo siento, pero bastante me va a doler ver a Alfred así, como para perdonar esto, no puedo. —Estoy a punto de llorar, alguna que otra lágrima cae por mi mejilla, Tom las limpia con sus dedos dulcemente y con delicadeza.—Gracias, gracias por dejar que me quede y terminar el curso. Aunque yo soy consciente de que debería de estar en la cárcel mágica por lo que te estoy haciendo sentir y por lo que te he hecho sufrir. —Me alejo de él.—No digas más por favor, voy a ir a ver a Alfred a la enfermería, nos vemos en clase.Me levanto de la cama limpiándome las lágrimas que salen de mis ojos, echo una última mirada a Tom, sigue sentado mirándome dulcemente y sonriéndome tiernamente y algo avergonzado.Yo sé que Tom no es malo, pero pierde completamente la cabeza, no puedo perdonar lo que ha hecho, pero tampoco puedo delatarlo, me ha ayudado muchísimo todo el curso y ahora que apenas quedan unos cuantos meses para terminar no puedo fastidiarlo de esta manera, además está muy arrepentido y eso es lo que me ha hecho cambiar de opinión.—Hola Alfred, ¿cómo estás? —Entro en la enfermería algo tímida y nerviosa.—¿Te conozco? —Me derrumbo por dentro, pero tengo que ser fuerte y no llorar delante de él—. Supongo que serás alguna compañera de clase.—Sí... yo estaba contigo cuando te diste el golpe en la cabeza. —Intento controlar las lágrimas, pero unas cuantas se me escapan sin querer.—Vamos no llores, no fue culpa tuya, supongo. —Sonríe y yo intento sonreír.—No, no es culpa mía... Bueno yo soy una amiga tuya, estamos en el mismo hogar, me llamo Valentina.—¡Vaya genial! Tengo una amiga bastante bonita y simpática, una pena que no me acuerde de nada. —Sonrío cuando escucho eso, el primer día que nos conocimos dijo algo parecido.—Yo te ayudaré con las asignaturas y siempre que necesites ayuda ya sabes que puedes acudir a mí. —Él sonríe de oreja a oreja.—Muchísimas gracias preciosa.He estado hablando con él la mayor parte de la tarde, me siento tan mal por dentro, por mi culpa está así... por culpa de Tom... Por nuestra culpa.La semana ha pasado muy lenta, demasiado lenta, cada vez que estoy con Alfred me siento tan culpable de que esté así, tan mal... Pero me toca actuar, yo decidí tomar esta decisión y me toca aguantar, Tom me trata con mucha dulzura, obviamente estamos juntos en todas las clases, tiene la misma actitud que tenía cuando estábamos juntos, pero sin estar juntos. También me siento fatal por eso, yo lo amaba, yo... aún lo amo, pero no lo puedo perdonar.—Valentina, ¿podemos hablar? —Miro a Tom seria.—No, estamos en la biblioteca —exclamo cortante mirando de nuevo el libro.—Se puede hablar en la biblioteca, mientras no gritemos.—Dime, ¿qué quieres? —pregunto sin mirarlo a los ojos.—Yo te quiero Valentina. —Le miro rápidamente—. Te quiero muchísimo y no quiero que estemos así de distantes, quiero que estemos como antes, sé qué he hecho mal, que he cometido muchísimos fallos y errores, que no se pueden perdonar, pero por favor dame otra oportunidad, sabes que me arrepiento por lo que pasó, me arrepiento cada día y no puedo seguir así.—Tom, por mucho que quiera yo no... —No me deja terminar la frase.—Valentina sueño contigo, cada noche, a veces tengo incluso pesadillas, en esas pesadillas tú estás con otros hombres o soy invisible para ti, no sabes lo mal que lo estoy pasando, intento actuar como si no pasara nada, pero no puedo, intento ser como antes de que me enamorara de ti, pero no me sale, contigo no me sale ser el frío y calculador Tom que conociste las primeras semanas. Solo te pido que me des una oportunidad, te estoy demostrando cómo soy realmente, y creo que no te disgusta mi forma de ser.—No claro que no me disgusta tu forma de ser, pero tienes unos cambios que dan verdadero miedo.—Solo me pasó esa vez, ya te he dicho que me arrepiento todos los días de lo que hice, por matar a un perro ya me llamas mataperros.—Tampoco es eso Tom... —Agacho mi mirada bastante seria.—Pues es como me estás haciendo sentir. ¿Tú ya no sientes nada por mí? Es que no me lo puedo terminar de creer, yo estoy locamente enamorado de ti, como el primer día, no me creo que tú en una semana hayas conseguido olvidarte completamente de mí.—Por supuesto que no me he olvidado ti, ¡que te crees que soy un robot! Pero lo que has hecho me echa muy para atrás.—Estoy dispuesto a hacer lo que tú quieras con tal de que me des una oportunidad y me dejes demostrarte como soy realmente.—Ya sé cómo eres Tom.—¿Entonces?—Deja que lo piense.Le sonrío tímidamente, él me devuelve la sonrisa algo nervioso y seguimos estudiando.—Mira no sé porque cortarías con él, pero porque no, dale una oportunidad, sabes que es un buen chico y te adora Valentina. —Hizo algo bastante grave Diana, por eso corte con él.—Bueno, pero tampoco te puedes anclar en el pasado, te está demostrando que te quiere y que quiere estar contigo, cometió un error sí, pero como todo ser humano, yo le daría otra oportunidad, y si ves que no funciona pues cortas y punto, ¿qué es lo peor que puede pasar? Además, tú a mí no me engañas, sigues enamorada de Tom.—Por supuesto que sigo enamorada de Tom.—Pues ya está, está en el comedor del instituto, ya sabes lo que tienes que hacer. —Yo sonrío y le doy un beso en la mejilla.—Gracias Diana, eres la mejor hermana pequeña que se puede tener en el mundo. He estado como dos horas hablando con Diana, no le he contado lo que pasó con Tom, pero me ha abierto bastante los ojos, en esta vida hay que arriesgar, si no arriesgas no ganas. Sé qué hago mal, muy mal, pero puedo darle una oportunidad, como bien dice Diana si veo que no funciona siempre puedo cortar.Cuando entro en el comedor Tom está sentado leyendo un libro tranquilamente y comiéndose una manzana.—Tom. —Se da la vuelta rápidamente.—¿Ocurre algo Valentina?Sin decir nada más me acerco a Tom con la cabeza bien alta, le cojo por el cuello y le planto un beso. Él se queda paralizado.—Esto significa...—Quiero intentarlo de nuevo Tom. —Sonrío y él me sonríe de oreja a oreja.Se levanta de golpe, coge mi cintura y me levanta hacia arriba riéndose a carcajadas.—Te quiero tanto Valentina. No puedes imaginar lo feliz que soy en este momento.—Por favor no hagas que me arrepiente de haber tomado esta decisión.—No, por supuesto que no amor, no te vas a arrepentir de esto, quédate tranquila.Sonreímos y nos besamos. No me puedo engañar, adoro a Tom y estoy completamente enamorada de él, a pesar de lo que ha pasado lo sigo queriendo y quiero estar con él, no sé si en unas semanas, meses o años me arrepentiré de esto, pero de momento voy a hacer lo que siento.Las semanas han pasado volando, Tom no me puede hacer más feliz, está hecho todo un romántico, cada dos por tres me sorprende con pequeños detalles, cuando voy a dormir me encuentro con alguna rosa encima de mi cama, en las clases y en los descansos me hace pequeñas notas diciendo lo guapa que estoy, lo que más le gusta de mí, o simplemente me desea suerte para algún examen, me dice a cada rato lo mucho que me quiere y mil cosas más.—Hola mi vida, ¿algún plan para hoy? —Agarra mi cintura por detrás y da un beso en mi mejilla.—Sí, estar contigo. —Doy media vuelta y le sonrío de oreja a oreja.—Hoy es domingo y no me apetece quedarme encerrado en el instituto, además ya hemos terminado los exámenes hasta dentro de dos semanas, ¿qué te parece si como premio vamos a algún sitio?—¿A dónde te apetece ir?—Ya lo verás. —Guiña su ojo.—No voy a ir a la cabaña Tom —comienzo a ponerme algo nerviosa.—No vamos a ir a la cabaña, no te preocupes, confía en mí.Al salir del instituto Tom coge su botella de cristal, saca a su ave de ella y salimos volando, pero para mi sorpresa no tardamos ni cinco minutos en bajar.—¿Que hacemos aquí?—Aquí está aparcado mi coche. —Aparece el coche de Tom justo delante de nuestras narices, miro el coche bastante sorprendida.—Vaya, ¿nos vamos en tu coche?—Sí, vas más cómoda y segura, además está un pelín lejos el sitio al que quiero llevarte.—Yo te lo agradezco la verdad.Me voy acostumbrando en volar en ave, ya que no me queda de otra para pasar el curso, pero mucho mejor si vamos en su coche.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora