4

122 19 5
                                    

Llego el día de mi cumpleaños y como cada años desde hace nueve años, Edu y yo lo celebramos juntas porque cumplimos el mismo día, este año no fue la excepción. Quería que esta vez fuera diferente, tal vez comer en algún restaurante, pero entendía qué Edu quería estar con Elionor y lo celebramos en su casa para que estuviera presente.

—Feliz cumpleaños ojitos. —fue lo primero que dijo cuando abrió la puerta y me abrazó. —Pasen, ya tenemos la comida lista.

—Felicidades a ti también Edu. —le dije cuando nos separamos.

Fue un agradable día aunque la verdad me hubiera gustado tener un poco más de diversión, tenía intenciones de ir a algún antro pero mi amiga que seguramente me llevaría dejó la universidad comenzando el semestre y aún no encuentro otra cómplice para salir de fiestas.

La comida fue buena como lo es cada que las hermanas Lombardi cocinan, mamá amablemente preparo el pastel de chocolate qué tanto nos encanta a las cuatro, fue un día agradable y estaba feliz de compartir con mis personas favoritas. Con excepción de papá que tuvo guardia en el hospital.

Pasaron varios meses y para la desgracia de Edu y Elionor, llegó el mes de diciembre, específicamente este mes era un mal recuerdo por el accidente de sus padres, ambas pasaban los días de vacaciones juntas y no salían de casa, las visitaba como en años anteriores pero normalmente se sentía un ambiente tenso por los malos recuerdos y esta vez no era la excepción.

—¿Como lo están llevando? —pregunte cuando Elionor subió a buscar unos juegos para pasar el rato. 

—Como cada año... Elionor se cierra conmigo y no quiero presionarla para hablar sobre algo que todavía la llega a atormentar. —esa es la parte que no se ellas y cada vez me dan mas ganas de preguntar sobre ese tema. 

—¿Algún día me contaras sobre eso? —solo asintió cuando vimos a Elionor bajar con la caja de un monipoli.

Faltaban dos días para navidad y a pesar de que siempre compraba un regalo para ambas hermanas, nunca llegaba a dárselo porque para ellas era como un día normal. El primer año después de que las conocí, cometí el error de invitarlas a casa y darles un regalo de navidad, ese día Edu tuvo que lidiar con una crisis de su hermana, me sentía tan culpable que les pedí perdón por casi un mes.

—¿Podemos pedir pizza para cenar? —preguntó Elionor, cuando estaba preparando todo para comezar a jugar.

—Salma va a venir a pasar un rato con nosotras y ella traerá la comida. —no era consiente de que Salma debía de venir a ver a su novia y cuando me di cuenta de ese detalle me sentí estúpida por olvidar su relación. —Voy a llamarla para decirle que quieres pizza. —fue a buscar su teléfono y nos dejo para preparar todo.

—¿Hasta cuando le seguirás ocultando tu amor? —no me sorprendía que Elionor se diera cuenta de mi amor por su hermana, lo que muy en el fondo me molestaba era que Edu no se diera cuenta de mis sentimientos porque todos parecían saberlo.

—Edu tiene una relación... no me voy a meter entre ellas. —mi excusa era tan pobre que deje de mirarla. —Ademas todos parecen saberlo menos ella. —me dolía saber que Edu me veía como a una hermana y seguramente era por eso que no se daba cuenta de mi amor no tan secreto.

—Pues déjame decirte que te prefiero mil veces a ti, que a alguna de las otras. —dijo Elionor justo cuando Edu regresaba con nosotras.

—¿Por encima de quien la prefieres? —preguntó sentándose entre nosotras. 

—Por las chicas de mi clase. —dijo rápidamente. —Tú no lo sabes pero Majo me gusta y tal vez si algún día me animo la puedo invitar a salir, tal vez ella es la cura que necesito para dejar esta cárcel. —Elionor lo decía muy en serio y en su mirada se podía ver un brillo, pero ambas sabíamos que no era por mi. Seguramente ella conoció a alguien en su clase, cuando estemos nuevamente a solas le preguntare sobre eso. 

Mi Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora