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Ya había perdido la cuenta de los días que no veía a Edurne, pero me sentía confundida por todo lo que me contó de su pasado.

Necesitaba tiempo.

Pero eso no significaba qué se fuera, sé que probablemente tuvo que viajar por asuntos de su organización o lo que sea que tenga que arreglar en Italia con Giovanna, pero ya ha pasado mucho tiempo y Edurne aún no vuelve.

—¿Estás bien? —preguntó Elionor. Estábamos en su casa como lo hemos estado haciendo desde que se fueron, luego del trabajo venimos aquí y me quedo hasta tarde esperando que ella entre por esa puerta y pueda finalmente abrazarla de nuevo. Pero una noche más vuelvo a casa sin ese esperado reencuentro, mis padres solo saben que esta de viaje por un cliente y que era un asunto complicado por lo que tardaría en volver. No he querido decirles la verdad porque estoy segura que en cuento lo sepan me alejaran definitivamente de Edurne.

—Si. —susurre. —¿Tú como estas? —También debía preguntar, porque se fue Giovanna quien es su casi novia y su hermana.

—Esperó con ansias su regreso... no quiero que nada les pase. —en eso si que tenía razón, ahora tengo miedo de que le suceda algo y Edurne no regrese conmigo.

Hace un par de días hablamos por teléfono y dijo que llegaría el viernes, pero hoy por la mañana volvimos a hablar y dijo que se quedaría un par de días mas en Italia. ¿Por qué se quedaba? No lo sé. Lo único que quería era ya tenerla cerca.

Porque sí, la aleje sin decirle mucho. Pero también debía entenderme, necesitaba pensar sola toda la situación y en lo que me estaba metiendo al estar con ella, no me llevo mucho tiempo aceptar que eso era lo de menos cuando podía estar con Edurne. Puede escucharse loco pero el amor que le tengo es más grande que mi razonamiento y en algunos años no quiero arrepentirme por dejarla cuando sabía que ella es mi felicidad.

Elionor y yo nos quedamos dormidas en la sala, un día más que Edurne no vuelve. Sentí un suave beso en mi frente y cuando abrí mis ojos la tenía delante de mi.

Había vuelto.

—¿Edu? —pregunte soñolienta.

—Si ojitos, soy yo. —respondió a mi lado. Me enderece y busque a Elionor pero no estaba por ninguna lado.

—¿Y Eli?

—En su habitación, la lleve hace unos minutos. —respondió y se alejo de mi. —¿Quieres que te lleve a casa?

—Edu…

—¿Si?

—Quiero estar contigo. —dije lanzandome a sus brazos. —No quiero estar lejos de ti. —comencé a llorar por el miedo y la incertidumbre de estar lejos de ella. La amo y ni aunque fuera un ser de tres cabeza la dejaría, es el amor de mi vida y sin importar que sea una mafiosa no me voy a alejar de ella. —Te amo, Edu y no quiero separarme de ti.

—¿Estas segura? —preguntó cuando me separe de ella. —¿Eres consiste de lo peligrosa qué soy?

—Si y no me importa, porque sé que nunca me harías daño. Si nunca me quieres hablar de lo que haces intentaré entenderlo, aunque me muera de curiosidad. —tomó mis manos entre las suyas y dejó un beso en el dorso.

—Sería incapaz de ponerte una mano encima, te amo y prefiero matarme antes de hacerte daño. —se acercó y dejó un suave beso en mis labios, como la extrañe. Sus días se fueron prolongando y se quedo en Italia dos semanas más. Pase una mano por su mejilla y volví a unir nuestros labios. —Y algún día te hablaré de lo que hago, aunque hay algunas de las que no me siento orgullosa.

—Estaremos bien, Edu. —la abrace y me escondí en su pecho. Se recostó y me acomode sobre su cuerpo. —No sabes como te extrañe. —susurre jugando con su mano.

Mi Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora