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Mañana era la graduación, estaba feliz por mi pero lo estaba más por Elionor qué sí iría a festejar este día tan importante, su primera graduación de la vida. Al final Eli y mamá me terminaron convenciendo para ir a la graduación, ir no me emocionaba pero lo hacía por ellas y mi padre.

Agradecía al universo porque Edu no llevó a Salma, la verdad ya no me llenaba de lágrimas ahora los celos de verlas juntas eran de un odio inmenso a Salma. Estuvimos casi dos horas en el recinto para recibir nuestras felicitaciones y el diploma, luego de eso Edu nos invitó a comer a un restaurante bastante lujoso. Mis papás no tenían buena cara y los entendía porque de cierto modo ya no querían mucho a Edu. Nos fueron a dejar a casa y la celebración se dio por terminada.

Mi celular comenzó a vibrar en medio de la noche, mire la hora y eran las 2:20 am, ¿Quien llamaba a esta hora?

—¿Si? —contesté con los ojos cerrados.

—Majo. —era la voz de Eli. —Perdón qué te despierte, pero tengo que ir a buscar a Edurne.

—¿A donde? ¿Qué sucedió? —me levante rápidamente de la cama y busque unos tenis qué ponerme, ni siquiera me moleste en cambiarme el pijama.

—No lo sé, me llamó una chica dijo que era mesera de un bar y que Edu estaba demasiado borracha… estaba dormida sobre la mesa. —dijo rápidamente. —No te molestaría pero no sé…

—No te preocupes paso por ti en cinco minutos y nos vamos… —salí corriendo de mi habitación, tomé las llaves del auto de mamá y fui por Eli. —¡Sube!

No manejaba desde que me saque la licencia, ni siquiera sé para qué la tengo si nunca manejo. Eli me dio la dirección y fuimos por ella, al llegar la buscamos por todos lados hasta que la vi durmiendo sobre la mesa. No se había movido.

—Edu. —la moví para poder llevarla conmigo.

—Ojitos. —susurró pero no abrió los ojos. —Ojitos.

—Si, soy Majo. —abrió sus ojos y sus manos tomaron mi rostro. —Vamos, te llevó a casa.

—No… no quiero ir a casa. —arrastraba las palabras y apenas le estaba entendiendo. —Quiero ir contigo… al fin del mundo…

—Podemos ir, pero primero dejame llevarte a casa. —busque a Eli por todos lados pero no la veía. —Edu por favor no lo hagas más difícil.

—Salma… hirió mi orgullo. —no entendía de que hablaba. —Ella me uso…

—Edu. —pedí intentando levantarla. —Vamos.

—Solo estuve con ella para olvidar… —se quedó callada. Quería preguntar, pero no quería aprovecharme de su vulnerabilidad.

Comenzamos a caminar a la salida y vi a Eli con su nueva amiga, se llama Macarena, ambas la conocimos hace como dos semanas porque su mamá fue cliente de la firma, ellas tuvieron una conexión al instante. Le hice señas y logró verme.

—Lo siento me entretuve. —ambas se acercaron a nosotras. —Maca ya se iba y chocamos. —explicó y rápidamente se acercó a ayudarme con Edu.

—¿Les ayudo? —preguntó Maca detrás de nosotras.

—¿Puedes abrir el auto? —le tendí las llaves, las tomo y abrió la puerta del copiloto. —Gracias. —Edu se volvió a quedar dormida ahora sentada pero con su cuello en mala posición, era demasiado incómodo y seguro su cuello lo iba a sufrir mañana.

—Nos vemos chicas… —comenzó a despedirse Maca.

—¿Traes auto? —preguntó Eli, sabia que lo hacía con la intención de pasar otro rato con ella.

Mi Secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora