El viaje fue largo y cansado, pero nuestro plan comenzaba pisando suelo americano así que no había tiempo para descasar, ya había tardado lo suficiente y no quería hacerla espera más. Finalmente llegó el momento de hacerles sentir lo mismo que ellos durante años le hicieron, sufrirían y de eso me encargo yo.
—¿Segura que no quieres esperar un día más? —preguntó Gio caminando a mi lado.
—No, es hora de recuperar a mi hermanita. ¿Donde están ahora? —los teníamos vigilados y si mal no recuerdo, según la hora deberían de estar en lo que ellos llaman casa.
—Sabes que en el departamento, desde que te di sus horarios los tienes perfectamente estudiados.
Tenía razón, estaban en un departamento al que recién se mudaron y en un minutos saldrían a comprar sus dosis de la semana, pasarían a comprar algo de comida y se quedarían un tiempo metidos en su auto en un callejón. Esperamos pacientemente hasta que comenzaron su camino de regreso al departamento hasta que llegó la hora, justo dos calles después de salir del callejón se les cruzo un camión que impacto lo suficientemente fuerte para que perdieran el conocimiento, pero no para matarlos. Su destino no sería fácil y la muerte era nada a comparación de lo que le han hecho a Elionor.
Nuestro momento de aparecer en escena era ese, llamarían a urgencias y era ahí donde entraban las ambulancias que ya teníamos listas. Salí de la ambulancia lista para atender a los lesionados, seria la mejor atención que recibirán en su vida, Gio bajo de la otra ambulancia para llevarse a Paulo y por mi parte nos llevamos a Stepania. En el camino a su nuevo hogar, les atendieron las pequeñas heridas, no los quería muertos porque sufrirán en carne propia lo que vivió Elionor. Tenía que esperar a que estuvieran nuevamente consientes y eso llevaría algunas horas, tenía que ir por Elionor para llevarla conmigo.
—Llámame cuando estén consientes, ya debo ir por ella. —no espere respuesta y salí del edificio.
Cuando llegue al departamento en el que estaba Elionor, no me sentía segura porque seguramente me rechazaría porque tarde mas de lo que ella esperaba, no podría soportar perderla a ella también es la única familia de sangre que me queda aparte del yayo. Después de unos minutos que sentí eternos subí las escaleras que me llevarían al tercer piso, con el departamento marcado con el 305. Toque y espere un par de minutos hasta que la puerta fue abierta por una pequeña que tenía los mismo ojos que yo y el cabello negro. La ropa que tenia puesta le quedaba algo pequeña y se veía bastante sucia. El lugar era deplorable para que una niña de casi doce años viviera aquí.
—Hola, Elionor. —dije sin dejar de ver esa mirada triste, tarde demasiado una vez más. Es la segunda vez que llegó tarde.
—¿Edurne? —pregunto temerosa y dando unos pasos atrás, sin dejarme tocarla. No pude abrazarla como hubiese querido y me sentía culpable.
—Si, Elionor soy yo... y lamento llegar hasta ahora. —solo asintió sin decir más. Regreso dentro del departamento y escuche como movía algunas cosas, regresó conmigo y traía consigo una mochila y abrazaba un peluche de un perezoso, del que dudaba que ese fuera su color original.
No le ofrecí mi mano porque sabía que no la tomaría, solo caminamos en silencio hasta la entrada del edificio, subió a la parte trasera del auto y le pedí que se pusiera el cinturón y una vez más solo asintió. Viajamos por la ciudad hasta llegar al edificio que recordaba era donde el abuelo tenía o tiene su firma de abogados. Le pedi a Elionor que se quedara en el auto y accedió sin decir nada, baje y entre buscando al abuelo. Hablamos durante un rato y entendió que en ese momento no podía darle muchas explicaciones, le di la dirección de la casa que compre antes de regresar, y me aseguro que nos visitaría. Al volver con Elionor la encontré durmiendo, le pedí a Gio encontrarnos en alguna plaza para comprarle ropa y algunas cosas de higiene personal que necesitáramos. Ese día ambas se conocieron de vista, no llegaron a hablar, porque Elionor se cerro con todos y Gio solo estaría unos días mas conmigo, no tendría mucho éxito que buscaran llevarse bien sino se volverían a ver.
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Mi Secreto.
RomanceMaría José y Edurne amigas desde hace años, cambios con los años pero dentro de Majo los sentimientos son cada vez más claros al igual que Edu. Edurne exitosa abogada con un futuro sin duda brillante, con los objetivos claros y los sentimientos por...