Solitarie | TERMINADA | ©

Capítulo 56 ༒

Darcy declaró mediante un terapeuta, a él le dijo todo y fue eso lo que utilizaron como primera declaración.

Yo di mi versión, explicando por qué y para qué cité a Sofía en ese lugar. Y no hubo cargos en mi contra, es más, solo mencioné por mencionar que hice el trabajo de todos ellos.

Sofía todavía está en proceso, en cambio, está detenida y de ahí no saldrá.

Fueron semanas yendo al juzgado, a escuchar la misma historia del juez sobre la lenta recolección de datos.

Al parecer, la venta Kelly y Kenny es juzgada de la misma manera en todos los lugares donde se han llegado a presentar casos; con pena máxima, perpetua en algunos lugares y de muerte en otros.

Lo que el juez quería era que además le trajéramos a todos los involucrados, a los compradores, pero eso era trabajo suyo.

Por eso es que esto se extendió casi dos meses.

Estaba yendo al instituto y cumpliendo con todas mis clases, horarios y deberes. Este semestre me lo tenía que tomar más en serio porque era el último.

Tampoco faltaba a Solitarie, menos ahora que los próximos a salir son Raquel, Orlando y Yafthe y es casi seguro que vienen hacia aquí.

No quiero ganarme el resentimiento de ninguno cuando empiecen a pensar que no importa cuánto falte, llegue tarde o cuántos platos rompa, no me van a despedir.

Mi relación con Circe, no estaba segura de si podía llamarse así.

En realidad, no hablábamos de nada, por más que la buscara para solucionar lo que yo sentía teníamos qué, ella me evadía.

Cansada de su actitud, fue que la fui a buscar a su casa y, si no quería hablar, no me hubiera abierto la puerta.

—Llevas semanas evitándome y no me digas que no es cierto —dejé mi chaqueta en una silla y fui a sentarme en la sala, donde ella.

—No te estoy evitando...

—No, ¿y entonces por qué tuve que venir a buscarte porque apenas si te veo la sombra en Solitarie?

No es como que no haya intentado hablar con ella en la cafetería, pero nunca está o está ocupada. La misma Ruth me la negaba y Liz, cada que le preguntaba, solo me decía que tal vez mañana podía hablar con ella.

Pues ya pasaron muchos mañanas y me harté.

—¿Entonces? —insistí ante su silencio.

—... Creo que... —volteó a verme y guardó silencio, solamente mirándome a los ojos.

Ladeé la cabeza.

—¿Qué? —pregunté.

Sin más, me sujetó del cuello para acercarme y me besó.

No es que no pensara en esto, pero venía a hablar con ella, creí que algo andaba mal y esperaba arreglarlo.

No supe cómo reaccionar.

Me presionó hasta que mi cuello empezó a doler y mis labios ardieron. Al sujetarme de la cintura, supe que no estaba intentando avanzar, sino que el beso no terminara.

Pero estaba siendo tan agresiva que no podía seguirla.

Fruncí el ceño cuando me mordió.

—Circe... —me aparté y suspiré, recuperando el aliento—..., no me gusta así.

No quería volver a pasar por aquellas veces que me besó de esa manera, sin preguntar y lastimándome.

Si bien me soltó, no se apartó, solo inclinó la cabeza y puso las manos en su cara.