Capítulo 59 ༒ [+18]

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El evento de graduación fue algo no exactamente ostentoso, fue muy bonito, supongo, para los que asistieron, porque yo me quedé en mi casa, con Darcy.

Donde sea que esté ella, ahí voy yo.

Cuando comencé a estudiar la licenciatura, lo hice porque tenía que hacerlo, en cambio, siempre supe que el día que la terminara sería como cualquier otro.

En ese entonces, suponía que mi madre estaría ocupada en el hospital y yo tal vez la pasaría en el departamento, viendo algo en la televisión.

Y algo así hice, la diferencia fue que mi madre cocinó una cena especial para mí. Marcel, Alina, Zoe y Darcy cenaron con nosotras y justo ahora pasa de medianoche y ella está conmigo en mi habitación.

Llevamos como una hora viendo una película, a la que en realidad no le he prestado atención, solo me la he pasado pensando en la chica en la que estoy recargada.

Estoy tratando de recordar lo que era mi vida al menos un día antes, o unas horas antes de haber conocido a Darcy, el tiempo en el que todavía no tenía idea de que su existencia cambiaría la mía.

Fue cuando le di la hierba a su amigo, en mi casillero.

Ahora que lo pienso, era más lógico haberle dado una mal impresión.

—¿Cuándo te empecé a caer bien? —pregunté de la nada.

—¿Qué?

Me separé de ella, para sentarme delante suyo y poder mirarla.

—Es que... nunca fui exactamente amable contigo.

—Es que no me caes bien.

Me reí, igual que ella.

—Lo que quiero saber es qué de bueno viste en mí. Es un tema narcisista más que nada —expliqué.

—Si te lo digo —recogió mi cabello—, siento que se lo mostrarás a los demás.

—Lo quieres solo para ti.

—Te quiero solo para mí —murmuró al acercarse.

Sus labios estaban más fríos de lo que pensé, pero su boca se sentía caliente.

La puerta no está cerrada, todos están dormidos en este momento y el ruido de la televisión no es lo suficientemente alto como para despertarlos, pero sí lo suficiente como para opacar otros sonidos.

Al poner mis manos en su cuello, todavía sin interrumpir el beso, ella sujetó mis muñecas y empezó a apartarse.

—... Nadia —inclinó la cabeza, alejándose.

Retiré mis manos.

Todavía no está lista para hacerlo.

—Está bien...

—No —me interrumpió—, te juro que no es que no quiera, pero... —levantó la mirada hacia mí—, no... —apretó los labios—. Necesito saber si no..., si no piensas en eso.

Habla de lo que le hicieron esa noche, ella no lo sabe, en cambio, yo sí.

Sé exactamente lo que le hicieron.

—No —respondí—. No lo estoy tratando como algo insignificante —aclaré—, es algo muy importante, pero no es lo que veo en ti. Solamente te veo a ti, Darcy, a la mujer que amo.

—... —desvió la vista—. Es que no sé ni siquiera cómo seguir.

Recogí su cabello y me acerqué un poco más a ella.

—Vamos a ir paso a paso, nos tomaremos todo el tiempo que tú quieras y necesites y esta vez yo te voy a guiar, ¿de acuerdo?

Miró hacia la puerta, para luego regresar a mí.

Solitarie | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora