Capítulo 5 ༒

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Entré a mi casa, dejé la mochila en la puerta y cerré con cuidado.

—Llegas tarde —habló mamá desde la sala. Está con Marcel, viendo una película.

—Había tráfico —respondí sin mirarla.

De la cocina venía Darcy, quien me miró directamente, con seriedad.

—La cena está en el horno —indicó mi madre.

—... Gracias —mascullé.

Al pasar cerca de Darcy, la tomé de la mano y la llevé conmigo a la cocina.

Entrecerré la puerta, aunque igual hasta allá no pueden escucharnos, lo sé porque nunca escucho lo que mamá me grita desde aquí.

—No me veas así —le pedí.

Se cruzó de brazos.

—¿Sigues vendiendo? —preguntó. Ladeé la cabeza, luego ignoré su pregunta, yendo hacia el horno—. Nadia...

—Me sobra un poco, tengo que deshacerme de ella.

—Eso dijiste con la que tenías en tu casillero.

—Sí... —musité, mirando a la nada, luego volví a Darcy—, pero esta vez es menos. Me quedan menos de cien gramos.

—No estoy jugando —se empezó a enojar.

—De acuerdo, la dejaré en Solitarie, la voy a vender yo, pero ahí, ¿está bien?

No dijo nada, solo medio expresó condescendencia y se retiró de la cocina.

Recargué las manos en la mesa, mirando la puerta por la que salió.

Sé que ella ya una vez arriesgó mucho por mí. Si alguien le hubiera encontrado aquella enorme bolsa de marihuana que sacó de mi casillero, estaría compartiendo celda con Liz, Raquel y Yafthe.

Entiendo que se preocupa por mí y no pretendo volver a pasar algo como eso ni mucho menos hacérselo pasar a ella, pero mi problema es cuando empiezo a sentirme acorralada.

Si hay algo que no me gusta es que me digan qué hacer.

⭑⭑✮⭑⭑

Luego de mi fantástico fin de semana con Darcy, supervisado por mi madre y por Marcel, volví a clases el lunes.

—¿Te espero? —le pregunté a Darcy antes de bajar de su auto. Ella me trajo y le estoy preguntando si vendrá por mí cuando mis clases terminen.

—Te aviso —respondió.

La besé una única vez y terminé de irme.

Me acomodé la mochila de costado antes de avanzar. No di ni un paso y Ray me encontró.

—Es difícil creer que no eres interesada —aludió, mirando el auto de Darcy yéndose.

—Me interesa la que lo conduce —indiqué y seguí caminando, a lo que Ray vino detrás de mí.

—¿Cómo te fue en el curso?

Eché la cabeza atrás y suspiré. Me hizo recordar la regularización de Inglés, por ende, mi fracaso en la misma.

—Reprobé.

Emitió un bufido.

—¿Te regañó tu mamá? —cantó, burlándose.

—Lo hará —devolví la cabeza—, cuando se lo diga.

—¡¿No le has dicho que reprobaste?!

—No.

Solitarie | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora