Capítulo 44 ༒

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No quise volver a mi casa por la tarde, entonces hice tiempo con Majo y luego me fui a Solitarie.

En cuanto entré al vestidor, vi a Circe, esperándome, lo supe porque no debería estar aquí y no estaba haciendo nada.

No supe qué decirle y, solo para mantener mi atención en otra cosa, fui a sacar mis cosas del casillero.

—¿Hablaste con Darcy? —preguntó.

—Si preguntarle cosas y que solo me diga que no me dirá nada es hablar, sí, hablé con ella.

—... ¿No te dijo para qué vino?

Puse mis cosas sobre el lavamanos y suspiré antes de voltear.

—No. Ella no me dice nada. ¿Tú tampoco lo vas a hacer?

Desvió la vista.

—No creo que me corresponda...

—¿Es algo que hiciste?, ¿algo que hizo ella?, ¿se conocían desde antes?

—No la conocía. Ni cuando iba a Blackjack —aclaró.

—Bien... —puse las manos en mi cadera—. No me digas nada, quédate callada igual que ella.

—No te puedes enojar conmigo...

—No estoy enojada —la volví a interrumpir—. Estoy decepcionada, creí que confiabas en mí.

—Confío en ti, es... —hizo una mueca—. Siempre volvemos a ella.

Cuando me dijo eso, me vi en la misma posición en la que estuve con Darcy e Isabel en su momento.

Siempre que Isabel necesitaba a Darcy yo solo decía que sí.

Fui a sentarme en la grada, delante de ella.

—Lo lamento —dije—. El tema de Darcy es uno, lo que sea que hayan hablado es otro y lo nuestro es otro. Vamos a separar cada uno, ¿está bien?

—... Necesito saber algo.

—¿Qué?

Tardó en continuar, tanto que creí que se retractaría y no me preguntaría nada.

—¿Todavía la amas?

Enserié.

—No puedes preguntarme eso.

—Porque todavía la amas —asumió.

—Porque me duele todo lo que tenga que ver con ella —corregí—. Y es un tema aparte.

Ahora sí se quedó callada.

No puedo decirle que no amo a Darcy solo por darle gusto, no merece que le mienta, pero estoy intentándolo todo.

Sería más fácil solo poder enamorarme de Circe y ya.

El libro que Sofía me regaló lo seguí hojeando, durante algunas noches en mi habitación, leyendo sus anotaciones. Sigo sin entender exactamente el fin del texto, aunque sí entendí lo que ella buscaba.

Preservar una realidad.

Ella no se concentraba en fotografías físicas, sino en... fotografías mentales, imágenes mentales.

Y como están en tu mente, tú las puedes modificar. Como si en tu cabeza hubiera photoshop.

Sofía se convence a sí misma de las cosas.

Su manera de hablar, diciéndome que merecía una segunda oportunidad, que a ella le quitaron algo, que solo quería ser feliz... Realmente estaba convencida, por eso casi me convence a mí.

Solitarie | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora