Día 20 - Primera noche en su habitación

753 89 3
                                    

Adoraban a sus hijos, en serio que lo hacían, pero había veces que extrañaban su antigua rutina.

Decir que no podían ir a las misiones y solo quedarse acostados en la cama, un beso aquí, un beso en la nuca, unos cuantos besos más, poca ropa, más besos.

Definitivamente sus noches de intimidad se habían reducido, solo a qué Suguru durmiera todo lo posible antes de que sus hijos despertarán y a Satoru sin poder abrazarlo bien porque Asher siempre acapara los brazos de Suguru.

Y no es que quisieran ser malinterpretados, en serio que los amaban, pero debían encontrar un punto medio, tener hijos no debía limitar su vida como pareja.

Pero primero debían hacer algo con el pequeño problema de Asher, porque el pequeño no soportaba estar sólo, le aterraba.

No le molestaba la oscuridad o los ruidos que se escabullen por la noche, no, le tenía miedo a la soledad.

(...)

—Veras, tienes que quedarte en tu cuarto, porque por eso tienes uno, peque —le susurró a Asher, mientras lo mecía en brazos.

—Mami —fue lo único que dijo Asher, mirándolo con una gran sonrisa.

—Y mami necesita un rato con papi —Satoru se detuvo un momento— se escuchó raro, olvida eso.

Asher siguió hablando con suavidad, sólo diciendo cosas aleatorias sin mostrar signos de sueño.

—Vamos, Ash, necesitas dormir.

—¡Con papi!

—No —le dijo Satoru mientras le acariciaba el cabello— aquí, en tu cuarto.

—Pero con papi.

—Nop, aquí con tu peluche —le dijo mientras lo recostaba en su cama y le acercaba a Milk.

Asher lo tomó antes de lanzarlo a un lado.

—A papi.

—No.

—Papi.

—No, bebe, tienes que quedarte aquí, ¿No te gusta tu cuarto?

—Quiero a papi.

—¿Tu peluche?

—Papi.

Satoru suspiró mientras le daba su chupete, pero Asher seguía balbuceando que quería estar con su papá.

El mayor levantó su cabeza cuando las hormonas de Suguru llegaron hasta donde estaba.

—Ya duérmete —pidió casi con desesperación.

Asher gateó hacia el pecho de Satoru y comenzó a bostezar, quitando el chupete de su boca.

Pronto, Asher terminó dormido, haciendo que Satoru casi se pusiera a gritar de felicidad.

Tomó con suavidad a su hijo y lo recostó en la almohada, asegurándose de que no hubiera nada que pudiera hacerle daño al dormir.

Cuando lo logró, salió del cuarto y entró con rapidez a su habitación, lanzándose contra Suguru.

Suguru soltó una risita mientras tomaba a su esposo de la cintura, dejándolo arriba de él.

Cuando la camisa de Satoru ya estaba en el suelo y el cuarto lleno de feromonas, el llanto de Asher comenzó a escucharse, lloriqueando el nombre de Suguru.

—No —se lamentó Satoru mientras Suguru detenía sus besos.

Suguru trató de sonreír mientras echaba la cabeza hacia atrás, pero no lo logró, incluso cuando Satoru se volvió a inclinar a para besarlo.

Cachorros (SuguSato omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora