Día 30 - No quiero ir a la cama + Agradecimientos

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—¡No, mami, papi! Escuchen las razones, ¡Escuchen!

—Razón uno: ¡Ninguno de nosotros sigue durmiendo en su cuarto!

—Sólo Cameron contaría en eso, tu duermes con Cinnamoroll abrazado y Asher con PomPom.

—¡Pero no con ustedes!

—No cuenta, digan otra.

—¡Ya estamos grandes!

Satoru y Suguru soltaron una risita, negando con la cabeza.

—Uno de tus hermanos acaba de cumplir cinco años, Cameron.

—¡Ah, por favor, mami! ¡Sólo es una noche!

—No, es más, pregúntale a tu papá.

—¿Papi? —los niños hicieron ojitos de cachorro, mirándolo fijamente, pidiéndole que por favor, con una cereza encima los dejara desvelarse esa noche y ver la película de terror que se acaba de estrenar.

—Lo vamos a pensar.

—¡¿Qué?! —gritó Satoru, mirándolo con incredulidad.

Pero para los niños fue suficiente, riendo, se fueron a celebrar su "victoria" en el piso de arriba.

—Yo no quiero soportar las pesadillas que van a tener —le recriminó Satoru— si vas a dejar que la vean, van a ir a llorar contigo, no conmigo.

—No voy a dejar que la vean, Satoru, son muy pequeños, pero, ¿Y si los asustamos antes de que empiece la película? Así no tendrán de otra más que irse a la cama y no verla.

—¿Asustarlos?

—Tal vez no asustarlos necesariamente, pero si sabotear las cosas, palomitas quemadas y poco ruido en la tele, tal vez, lo que funcione para decirles que no van a poder ver la película.

—De hecho, podría funcionar —admitió Satoru— un poco de esto aquí y allá y estará listo.

(...)

Desde ese momento, se dieron la tarea de arruinar el siguiente viernes de películas, porque por más que Satoru dijo que no, no se rindieron.

Cuando se fueron a la escuela ese viernes, retrasaron la hora en los relojes para que, al momento de encender la televisión, estuviera adelantada y dejaran de verla al no entender lo que pasaba.

Satoru se terminó el helado que había en la cocina y Suguru escondió los postres en donde estaban las verduras.

Cuando sus hijos llegaron, rápidamente fueron a cambiarse la ropa.

Cuando dieron las once de la noche, terminaron de cenar con rapidez lo que Satoru y Suguru habían preparado, para luego correr hacia el sofá y encender la televisión.

—¿No cortaste el cable? —le susurró Satoru a Suguru cuando escuchó a sus hijos celebrar porque la película había comenzado antes.

—¡Pensé que tú lo ibas a hacer!

Ambos suspiraron, pero eso no iba a arruinar sus planes.

Sin embargo, antes de que comenzaran a preparar las palomitas, Cameron llegó, proponiendo que él las hiciera en agradecimiento por dejarnos ver la película, por lo que ellos debían ir a relajarse.

Y en ese momento, se sintieron un poco mal por tratar de que no la vieran, pero sabían que era lo correcto, si no, las pesadillas les llegarían.

Aunque tal vez no lo estaban haciendo de la manera correcta.

(...)

Ya habían pasado veinte minutos y Satoru y Suguru no habían ni siquiera empezado a ver lo aterrador de la película.

Cachorros (SuguSato omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora