Día 4 - Primera papilla

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El llanto estridente se comenzó a escuchar por todo el lugar, haciéndolos saltar de la cama, Suguru se trató de levantar pero Satoru lo jaló de regreso a la cama.

—Tú duerme, Suguru, estás cansado de la misión a la que fuiste —le recordó mientras se levantaba y se estiraba— además, debe de tener hambre, tu no le puedes dar de comer.

Suguru le sonrió mientras asentía y se volvía a acurrucar en la cama.

—Si no quieres cambiarlo, despiértame.

—Oh, te aseguró que lo haré —le contestó con una risita mientras entraba al cuarto de al lado y se acercaba a la cuna.

—A ver, ¿qué necesitas? —dijo con una sonrisa mientras levantaba a Cameron y le limpiaba las lágrimas de la carita— ¿comida? ¿otro pañal? ¿sólo atención?

Cameron seguía soltando sollozos mientras era cargado por Satoru, quien lo miraba de cerca, pensando en que era lo que necesitaba.

—Voy a suponer que tienes hambre —le susurró mientras se elevaba de hombros y se dejaba caer en el sillón.

Cuando Cameron comenzó a comer, Satoru aprovechó para limpiar con suavidad las lágrimas que aún se lograban ver.

—Creo que tienes más hambre que de costumbre —le habló con suavidad mientras le acariciaba con suavidad el cabello, que a lo largo de esos seis meses ya había crecido más, cada día pareciéndose más a Suguru.

Y con su crecimiento, comenzó a tener más hambre, la leche que Satoru le proporcionaba ya no era suficiente para el bebé, sabía que debía comenzar a comer demás cosas, pero el problema era que ni él ni Suguru tenían idea de como cocinar algo apto para él.

(...)

—¿Qué le pongo? ¿Manzana? —preguntó Suguru mientras tomaba la fruta en su mano.

—¿No es mejor mango?

—¿Ya puede comer mango?

—Pues sí, ¿no?

—No lo creo.

Ambos se cruzaron de brazos mientras miraban el desorden que tenían en la mesa, entre tantas frutas y verduras ya ni siquiera sabían que poner.

—¿Le llamamos a Shoko para preguntarle?

—¿Y qué se burle de mí por ser una madre terrible que no sabe ni que darle de comer a su hijo? Ni que estuviera loco.

Suguru se quedó callado mientras miraba las cosas, antes de que Satoru chasqueará los dedos.

—Creo que voy a llamarle a alguien.

—¿A Nanami?

—Cómo si ese tipo me contestará cuando le llamo, te lo juro, solo me tiene registrado para poder colgar.

—¿Entonces?

Satoru se quedó callado mientras dudaba en llamar, pero cuando escucho como Cameron volvía a llorar porque tenía hambre, terminó haciéndolo.

—¿Mamá?

¡Satoru! Que felicidad escucharte, no regresaron después de la última vez, ¿Cómo están? ¿Todo bien en tu matrimonio? ¿Cameron está bien?

—Estamos bien, mi matrimonio es genial, es sobre Cameron, no es que le pase nada malo, pero, hace unas semanas que cumplió los seis meses y comienza a tener más hambre, pero ni Suguru ni yo sabemos cómo preparar algo para él.

Su madre se quedó callada un momento antes de soltarse a reír.

—¡No te burles! —le reprochó.

Lo siento, dulzura, es sólo que no me esperaba esto de ti.

Cachorros (SuguSato omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora