No querían regresar realmente a su casa en la cuidad, se la habían pasado bien en la cabaña, no hubo llamadas, no hubo títulos de hechicería, no hubo estrés escolar, solo una familia disfrutando de un fin de semana.
—Te gustó mucho la cabaña, ¿Verdad? —le preguntó Satoru a Suguru mientras ambos terminaban de bajar las cosas.
El más bajo asintió.
—Fue bueno estar alejados de, ya sabes, los monos.
Satoru sonrió, entendiendo a qué se refería.
—Y casi no había maldiciones.
—Tal vez deberíamos mudarnos a esa cabaña —sugirió Suguru, abriendo la puerta.
Satoru se quedó callado, sin saber que responder a eso, solo viendo como su esposo entraba a la casa sin decir ni una palabra más.
—Tal vez deberíamos —susurró.
(...)
PomPom, sin perder tiempo, se fue a acostar a una de sus muchas camas, Asher la siguió y terminó dormido en la alfombra de la casa, Connor se fue a su habitación y Cameron volvió a estudiar.
Satoru suspiró, llendo a la cocina para ayudarle a Suguru a hacer la comida.
Sin embargo, cuando terminaron la comida, se dieron cuenta de algo raro.
—¿No hace mucho silencio aquí? —le dijo Suguru con una ceja levantada.
Satoru asintió, sabía que sus hijos estaban en la cosa, pero tan poco ruido, con tres niños en la casa, eso no era común.
Subieron las escaleras para ir por ellos, pero los tres salieron con rapidez del cuarto de Cameron.
—¡Hola! —gritaron los niños, llendo a abrazarlos con cariño.
—¿Qué hicieron? —preguntó Suguru.
—¡No hemos hecho nada, papi! —le dijo Connor.
Satoru levanto a Asher en brazos y lo miró con una sonrisa.
—¿Tú y tus hermanos hicieron algo malo, dulzura? —le preguntó con suavidad, pero Asher negó con la cabeza.
—No, mami, nosotros somos niños buenos.
—Niños que están actuando muy sospechoso —Suguru se puso las manos en las caderas— vamos, digan que hicieron; no los vamos a castigar.
Siempre fue obvio que la comida de ambos les encantaba a sus hijos, los halagos también eran comunes, pero está vez eran demasiados, casi a cada nuevo bocado.
Suguru los miraba fijamente, sabía que habían hecho algo.
Cuando terminaron de comer, los niños rápidamente levantaron sus platos y los llevaron a el lavadero.
—¡No te preocupes, papi! Nosotros los limpiamos.
Suguru se volvió a poner una mano en la cadera, jalando el cabello de ambos con suavidad.
—Bien, hablen, ¿Que hicieron?
—¡Nada!
Asher subió al mostrador, secando los platos que Connor le pasaba, los cuales le pasaba Cameron.
Satoru abrazo a Suguru por la espalda, recargando su barbilla en su hombro.
—¿Qué habrán roto?
Suguru elevó los hombros, no se le ocurría nada por lo que sus hijos estuvieran así.
(...)
No solo limpiaron los platos, si no que también limpiaron la mesa, barrieron el piso y se ofrecieron a lavar toda la ropa.
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Cachorros (SuguSato omegaverse)
Fanfiction30 días donde podrán ver, reír, llorar y acompañar a Satoru y Suguru en su aventura como padres de sus tres cachorros. Dinámica "cachorros" en la página de Facebook "La lunita china". Los personajes (a excepción de los tres hijos de ambos) no son de...