Cachorros (SuguSato omegaverse)

Día 18 - Parque de juegos

No solían salir mucho a lugares concurridos.

Podían ir al parque, por crepas, a picnics, pero nada que mantuviera a Suguru más de tres horas rodeado de no hechiceros.

No es que no los pudiera soportar, pero él mismo se concentraba tanto tratando de evitar "una catástrofe" que no se divertía.

Tan ocupado cuidando que no les pasará nada a los niños que olvidaba que estaban fuera para divertirse. En familia. Los cinco.

Incluso cuando eran viajes cortos como llevar a los niños a la escuela, sentía que estarían en peligro.

Viajar a lugares donde solo hechiceros estuvieran tampoco era una opción, en esos casos, era Satoru quien se la pasaba alerta.

Suguru pensaba que los monos lastimarían a su familia en la primera oportunidad que tuvieran.

Satoru pensaba que los hechiceros lastimarían a su familia en la primera oportunidad que tuvieran.

Ambos tenían sus razones, Suguru seguía aferrado a su odio y sus prejuicios.

Satoru era consciente que la sentencia hacia Suguru no había sido eliminada del todo, siempre habría alguien que tratará de buscarlo.

Y ambos sabían que su debilidad eran sus hijos.

Así que cuando comenzaron a pedirles ir a un parque de diversiones, porque nunca habían ido a uno, no supieron qué contestar.

Cameron y Connor les dijeron que no debían contestar en ese momento, pero que si pasaban una semana sin peleas, los debían de llevar.

Ambos aceptaron, porque esos niños no podían estar sin pelear entre ellos.

Pero verdaderamente lo lograron.

No sabían cómo, pero pasaron siete días completos sin ninguna discusión, aunque los abrazos y besos en las mejillas era solo su forma de exagerar las cosas, su comportamiento amable hacia el otro no se desvaneció.

—Entonces... —los niños estaban a punto de caer dormidos mientras estaban de pie, esperando a que el reloj marcará las doce.

Cuando lo hizo, ambos sonrieron y empujaron al otro antes de abrazar a sus padres.

—Vamos al parque de diversiones, ¿Verdad?

Satoru y Suguru suspiraron, no podían romper su palabra y decepcionarlos, por lo cual asintieron.

—Sí... Iremos al parque que quieran.

Ambos niños celebraron al instante, cuando su celebración terminó, el sueño los venció, ambos dormidos en los pechos de sus padres.

(...)

Al día siguiente, como prometieron, irían al parque de diversiones.

Aunque lastimosamente tuvieron que dejar a Asher con Tsumiki, ya que aún era demasiado pequeño, por lo que no podía subir a los juegos y definitivamente no lo dejarían con un extraño para subir a alguno.

En el coche, Cameron y Connor no paraban de hablar sobre lo emocionados que estaban, pero la ansiedad en ambos padres crecía a cada metro que se alejaban de su casa.

Pero estarían con ellos, todo debería de estar bien.

(...)

—¡Woah! —ambos niños gritaron cuando vieron la entrada, las personas caminando de aquí a allá, puestos de comida y muchos, muchos juegos mecánicos. Nunca habían subido a uno.

—¡Mami! ¡Mami! ¿Podemos subir a ese? —Satoru miró la montaña rusa y suspiró, girando su cabeza hacia Suguru, después de todo, Connor apenas estaba por cumplir cinco años en unos meses.