Aquella tarde, ella había ido a la panadería por encargo de su madre.
—Agradezco mucho el pan, señora Nanami —expresó, observando cómo ella le devolvía una sonrisa.
—He escuchado que tu madre finalmente ha decidido tener su segundo hijo. ¡Enhorabuena! Espero que logren tener la parejita —comentó animadamente la mujer rubia. La joven asintió, aunque se sintió algo incómoda ante el tema.
El rumor se había extendido gracias a Shoko. Tenía poco tiempo para actuar antes de que su embarazo se hiciera evidente. Su madre había confirmado en que no quedaría embarazada para cubrirle.
Ella y su padre habían decidido que con ella era suficiente. Aunque deseaban tener un niño, temían tener solo niñas y nunca alcanzar un equilibrio.
Así pues, recaía sobre ella la responsabilidad de darles nietos y nietas. Sus padres estaban conformes con cualquier decisión siempre y cuando fuera responsable.
—También te felicito a ti. Estoy segura de que tu madre quiere apoyarte en este proceso. —La sorpresa invadió el rostro de la joven ante sus palabras.
—Yo...
—Cariño, tus ojos lo dicen todo. Ese brillo característico de las embarazadas no pasa desapercibido para la mayoría, especialmente para alguien que trabajó como matrona antes de casarse. Pero puedes estar tranquila mis labios están sellados no diré nada sobre tu embarazo. Además deberías empezar a comer por dos. Así que asegúrate de comer bien—interrumpió, dejando a la joven sorprendida.
—Gracias por su discreción. Será algo que tendré en cuenta —respondió, agradeciendo su comprensión y discreción.
—Le pediré a mi hijo que te acompañe. No deberías ir sola en tu estado. Espero que el padre del bebé sea más responsable y se encargue de las tareas que tus padres suelen mandarte. Debes descansar en estos momentos —mencionó, haciendo que la joven se encogiera de hombros. No era la primera vez que la acompañaba a su hogar después de pisar la panadería.
—No es necesario, en serio —aseguró, negando con la cabeza.
—Lo es. Estás embarazada y eres mujer. Sería peligroso que alguien de otro pueblo pudiera secuestrarte. Últimamente han habido casos de chicas desaparecidas en el pueblo —afirmó con determinación.
La joven apretó los labios y rasgó nerviosamente su cuello. En menos de unos segundos, vio al rubio en el umbral de la puerta. Su madre le había pedido que la acompañara, aunque él lo hacía a regañadientes.
Al salir de la panadería, Nanami encendió el auto familiar y subieron. Al menos la joven no tendría que caminar hasta casa.
—Lamento que tengas que acompañarme —se disculpó, sintiéndose cohibida.
—No te preocupes. Mi madre siempre se preocupa por las jóvenes del pueblo —respondió con calma—. Por cierto, felicidades por tu embarazo.
—¿Escuchaste todo? —preguntó, nerviosa.
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Bebé a bordo [JJK X Lectora]
Fanfic(__) siempre desechó las historias fantásticas y exageradas que circulaban por su pueblo como simples leyendas. Sin embargo, su escepticismo se desvanece cuando se encuentra inesperadamente embarazada en una situación tan inverosímil. Ahora, en medi...