Bebé a bordo [JJK X Lectora]

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(__) había acompañado a su padre a la ferretería. Tras el incidente con Harina, su progenitor decidió instalar una malla eléctrica alrededor de su propiedad, ubicándola antes de la cerca donde se encontraban sus mascotas, para salvaguardar también la integridad de estas. Después del susto recibido, estaba convencido de que aquella persona no se andaba con juegos.

El intruso solo había huido despavorido por el disparo de advertencia, pero no estaba seguro de cuán preparado vendría en una tercera ocasión. Esperaba que esta medida fuera suficiente para evitar tener que recurrir a extremos, como enviar a su hija con algún pariente durante el resto del embarazo.

(__) se encontraba bastante aburrida, sentada en los escalones de la ferretería. Jugueteaba con un palo, dibujando en la tierra sin mucho éxito.

—¿Quieres? —le preguntó una voz a su lado.

—¿Eh? —musitó sobresaltada, para luego ver al albino junto a ella, ofreciéndole unos rollos de sushi con salmón.

—Gracias, pero no puedo comer salmón crudo durante el embarazo y la lactancia —expresó su agradecimiento y disculpas. Era consciente de los riesgos de contraer alguna infección en su estado.

—No lo sabía, lo siento —se disculpó Toge, bastante avergonzado. Solo quería animarla tras enterarse de lo ocurrido en su hogar por una conversación entre sus padres.

—No te preocupes, normalmente eso lo suelen saber más las mujeres —le dijo con una sonrisa incómoda.

—Mi madre podría prepararte algo más adecuado para tu embarazo. Tu padre y el mío van a tardar un rato, se quedaron platicando. ¿Por qué no vienes a mi casa? —le sugirió. (__) miró de reojo a su padre, confirmando las palabras de Toge.

—Está bien, solo hay que avisarles a nuestros padres —aceptó, sintiendo algo de hambre.

Tras informar a sus progenitores, Toge la condujo a su casa, cercana a la ferretería. La madre de Toge la recibió con entusiasmo y efusividad.

—Toge me comentó lo de tu embarazo. No pensé que te traería tan pronto —comentó la madre del albino, mientras este se sonrojaba ligeramente.

—¿Realmente se lo dijo? —exclamó (__) extrañada, pues la mayoría se había mostrado reacia a comentar sobre su embarazo hasta no estar seguros de la paternidad.

—Claro. También soy consciente de que hay más opciones de padre, pero me alegra que haya una posibilidad. Pensé que este hombrecito nunca tendría novia por lo bromista que es —habló con demasiado entusiasmo, mientras Toge deseaba que la tierra se lo tragase.

—¡Mamá! —reclamó el menor de los Inumaki, sumamente avergonzado.

—No es mi culpa que ustedes anden haciendo apuestas sobre quién orina más tiempo en el baño de las mujeres. ¿Qué les pasa por la mente? Ni siquiera limpian correctamente la taza del baño. No pueden culpar a (__) por ello —le reprochó a su hijo, dejándolo aún más abochornado.

—Bueno, también es mi culpa. No limpié correctamente la taza del baño —intentó (__) ayudar a Toge.

—Claro que no, querida. Ellos no debieron meterse en el baño de mujeres solo porque es más limpio y podían hacer su apuesta más fácilmente —negó rápidamente las palabras de (__)—. Por cierto, nunca me dijiste quién ganó la apuesta. ¿La ganaste tú, verdad?

—La perdí —respondió Toge a su madre, bastante desanimado.

—Qué perdedor —le recriminó su madre con burla.

(__) observaba la escena con diversión, aliviada al saber que sus hijos tendrían una abuela materna que los querría si resultaban ser de Toge. Eso le reconfortaba un poco.