ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ sᴏʏ [Finalizada]

27

Rihanna

Nos sentamos todos en el sofá para empezar a repartir regalos.

–Quiero empezar yo con lo que te dije que no era material –miro a mi mejor amiga.

–Corre –asiente sonriendo.

Le enseñé mi costilla derecha, donde me había tatuado su nombre.

–UNA POLLA –saltó del sofá, asustando a los otros dos y al perro.

–Sorpesaa.

Ella chillando y saltando me abrazó fuerte.

–¡TE MATOOO! –casi me dejó sorda, pero la veía tan feliz que ni me importaba.

Nos abrazamos durante unos segundos y nos volvimos a sentar.

–Si se pone así por un tatuaje, no me quiero imaginar cuando le pidan matrimonio –se ríe Charles.

–Si no eres tú entonces no me emocionaré mucho… –toma indirecta. Agatha estaba muy pillada por Charles. Demasiado. Y como a él se le crucen los cables, me va a oír.

Cogí una caja que era para Charles, eran unas Air Jordan 1, de la colaboración con Dior. Él alza las cejas.

–¿Para mí también hay? –cogió la caja.

–Pues claro.

Abrió la caja sin ninguna prisa.

–¡LAS QUE ME FALTABAN! –se ríe–, ¿cómo lo has sabido? –sí, le ha hecho ilusión.

–Contactos.

–¿A quien has mandado a que me cotillee el armario?

–Spicy.

–Carlos.

–Pues claro.

–Hijo de la gran puta… –se ríe para sí mismo–, bueno, me toca –tuvo que rebuscar entre algunas de las cajas, al parecer el regalo era pequeño. Casi se cae dentro del árbol buscando. Fue muy gracioso–, ni puta gracia. El perro me ha empujado queriéndome morder el culo.

–Sí sí.

–Toma –me dio una bolsa pequeña a mí, y a Agatha una más grande.

–Uy.

–¿Al final se lo has comprado? –Lando lo mira.

–Pues claro, ¿por qué te crees que te pregunté cuál le faltaba? –se encoge de hombros. No sabía de qué estaban hablando hasta que saque una caja de Pandora de la bolsita. Un charm, de los que llevaba queriendo hace tiempo. Un colgante de corazón azul de la pulsera pequeña.

–Ay.

–Sí, ay –Agatha sonreía de oreja a oreja con un conjunto de Victoria 's Secret en la mano. Se levantó a comérselo a besos.

–¿Y yooo? –Lando.

–¿Tú? Un abrazo –se ríe él.

–Vete a cagar.

–Mentiiira… Toma –le da algo que parece un libro, pero parecía demasiado ligero para serlo.

–¿ES LO QUE CREO QUE ES? –dice Lando abriéndolo con ansia–, TE COMO LA POLLA, CHARLES –un juego de la Play. Lo que faltaba, vamos.

–¿Qué juego es?

–El Detroit. Juegazo.

–Lo sé.

Estaba tan feliz que si fuera un perro movería la cola, de eso estaba segura.

–Habérmelo dicho, tengo un montón de juegos guardados de la Play que ya no uso.