ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ sᴏʏ [Finalizada]

26

Rihanna

Quedaban dos días para Nochebuena.

Esperaba que todas estas promesas que estaba haciendo con Lando no fueran solo palabras. Yo sí quería un futuro a su lado. Yo sí quería un hijo o dos de él. Yo sí quería que me hiciera la mujer más feliz del mundo. Era el amor de mi vida. Y no sabía cómo podía estar tan segura después de todo lo que me habían hecho, pero lo estaba.

Veréis, mi exnovio me dejó los peores traumas que te podías imaginar. Era un tío que podía parecer el más dulce de todos delante de la gente, pero después de cerrar las puertas de casa, era un manipulador que me lo montaba todo para culparme. Y me culpaba. Y me sentía tan mal que me encerraba y me autolesionaba. Lando había visto las cicatrices, pero nunca había preguntado. Jamás. Pero él sabía que yo algún día le contaría. Y no estaba preparada.

Agatha era la única que sabía de esto, y aún me daba miedo que ella supiera lo tonta que fui. Me rebaje más que nadie, me arrastre por él. Era un pasado que sin quererlo me perseguía constantemente y suponía que hasta que no fuera capaz de abrirme y contarlo no podría sanarlo. Pero… ¿Qué pensaría él de mí si se lo contara? ¿Qué diría? No creo que le guste la idea de que su actual novia ha sido usada múltiples veces por un idiota. Sabía que Lando me apoyaría en cualquier cosa, pero el miedo no iba a desaparecer así como así. Nunca sabes cómo va a reaccionar una persona ante un caso así y más si es de tu círculo cercano, o más bien, la madre de tu hijo. Yo no tenía bien claro que decirle, ni cómo empezar a contarlo. Y tampoco sabía que haría si un día llegaba a encontrarme con él.

Sabía que mi ex haría todo lo posible por fardar de que estuvo conmigo, de que fui suya una y otra y otra vez. Y que siempre volvía. Y eso a Lando no le gustaría un pelo. Tuve “suerte” de que no me obligara a perderla con él,pero aún así fui abusada de otras maneras sexuales que me persiguen día a día. De hecho no sé ni cómo soy capaz de hacer con Lando más de la mitad de cosas que hago, todo me recuerda a él.

Creo que era momento de ser fuerte, no callarme y de dar el paso de ir a la policía. Y obviamente antes de hacerlo, quería hablar con él. Tenía que saberlo. Cuando cruzó la puerta de nuevo, después de volver de no sé donde con Charles, lo paré.

–Tengo que hablar contigo.

Se puso pálido y su sonrisa se desvaneció. Estaban mi amiga y Charles también.

–¿Sobre qué?

–¿Te acuerdas de mis marcas de los muslos? ¿Y las múltiples cicatrices que tengo repartidas por el cuerpo?

–Las cicatrices, sí, claro…

Agatha me acarició la espalda dándome apoyo y Charles no entendía nada, estaba tan desubicado como Lando ahora mismo. Aunque yo no era tonta, sabía que Lando olía algo, las marcas de mis muslos son muy evidentes, pero de las otras estaba segura que no sabía nada, y eran por maltrato físico.

–¿Qué quieres decirme?

Con un suspiro, empecé a contárselo todo, a ambos. Poco a poco sus expresiones se iban apagando, sus miradas mostraban pena, rabia y disgusto por todo lo que estaban escuchando.

–¿Por qué no me lo contaste antes?

–Es muy difícil.

–Ya, puedo imaginarmelo… –se acercó a abrazarme–, no fue tu culpa.

–Lo sé.

Charles sin decir nada también se levantó a abrazarme. Junto con él, Agatha. Fue un silencio sepulcral, pero el ambiente estaba tan lleno de emociones en ese momento que tampoco necesitábamos decir nada. Lando no iba a dejar de amarme, ni había reaccionado mal. Me sentí estúpida por llegar a pensar que lo haría.