Capitulo 19: Malos recuerdos.

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Leo saltaba y trepaba los tejados de la ciudad, pegando una mirada al cielo no era difícil darse cuenta que aún faltaban unas pocas horas para el amanecer, sin embargo, y aunque no quería, decidió avanzar más de prisa. Y termino tardando menos de lo esperado en llegar a su destino, una zona de edificios bastante bellos.

Frenó una vez que llego a esa azotea, observando al otro lado del callejón su objetivo. Respiro hondo y salto, trepo por las paredes dando la vuelta y llego hasta un balcón, el único iluminado. Una vez que se acercó a este observo hacia dentro, por la ventana cuyas cortinas estaban abiertas, y allí estaba ella.

Para su sorpresa Eva trabajaba un vestido de seda celeste clara, a medio terminar, que reposaba sobre un maniquí, ella colocaba unos alfileres en la prenda y luego se dirigía hacia un escritorio cercano, anotando unas cosas en unas hojas. Su cabello suelto salvo por tres adornos dorados, además, vestía un pantalón holgado y una remera corta que dejaba su espalda baja al descubierto, allí, Leo no pudo evitar notar un tatuaje.

La concentración en sus anotaciones fue interrumpida cuando sintió algo de ruido en su balcón.

Apesta a líder malhumorado —Dijo girándose, cruzando sus brazos y levantando una ceja cuando se encontró con Leo, que para su sorpresa, tomaba casi la misma pose, ella suspiro y se acercó a la ventana, abriéndola, observo a Leonardo sentado en cuclillas delante del vidrio.

— Quizá te oliste a ti misma —Le dijo el entrecerrando sus ojos, ella bufo una risa.

— No, créeme —Reposo sus manos sobre el marco de la ventana, acercándose más a Leo—, el hedor es inconfundible —Hablo molesta mirándolo de arriba a abajo.

Leonardo rodo los ojos, aunque en el fondo sabía que no se podía quejar del trato que la mujer le estaba dando, no después de como la trato antes. Leo relamió sus labios, molesto, antes de volver a mirarla a los ojos, ella ni siquiera pestañaba, su expresión era fría.

— Mira, sé que te hablé mal —Ella rio incrédula.

— ¿A si? No me había dado cuenta —Respondió con claro sarcasmo. Leo volvió a exhalar, cansado.

— Bien... olvídalo, no debí venir. —Dijo volteándose, se preparó para saltar pero antes de hacerlo la vos de Eva lo interrumpió.

— Espera —El giro su rostro para mirar a la mujer, ella solo miraba hacia adelante, como si pensara en que decir, hasta que finalmente le miro a el— ¿Viniste solo para disculparte? —Le pregunto y el bajo la vista.

— ¿Tan difícil es creerlo? —La volvió a mirar, ella estuvo seria unos segundos antes de sonreírle.

— ¿Enserio lo preguntas? —Dijo entre risas— Porque seguro eres la persona que más y mejor se disculpa en el mundo y no me había dado cuenta —Dijo con ironía, pero esta vez una divertida, y su risa que acompañaba sus palabras se le contagio a Leo que dio unas leves carcajadas bajas.

— Está bien, admito que no soy alguien que se disculpe fácil —Camino hasta ella nuevamente y se volvió a agachar delante de la mujer—, pero a ti ya te he pedido disculpas, así que no debería resultarte tan extraño.

Ella negó riendo, se le hacía divertido que Leo pudiera ser un líder estoico y a la vez un muchacho divertido.

— Está bien, tienes medio punto —Ella se sentó más relajada en el marco.

— ¿Medio punto? Por qué vine hasta aquí y... no se —Sus ojos se movían hacia abajo mientras elevaba sus cejas— Considero que medio punto es poco —Concluyo asintiendo un par de veces.

— Bueno, realmente aun no te has disculpado así que... —El elevo la vista y se encontró con los ojos negros de la mujer, hasta ahora se había dado cuenta de que tenía el rostro desmaquillado, sus pestañas enormes y sus ojos negros resaltaban mucho, y sus ojeras no la hacían ver menos hermosa, menos aun si tenía en cuenta la sonrisa traviesa que se posaba en los labios de ella.

Adaptation time | TMNT 2014/2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora