Capítulo 37: El diablo en la tierra.

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Donnie fue el primero en despertar, buscando inconsciente en su memoria saber el momento en que se quedó dormido, sin embargo parecía algo imposible de recordar.

Removió su rostro un poco pero al instante se quedó quieto, sentía una presión sobre él y al instante se dio cuenta por qué.

Con dificultad abrió los ojos y miró un poco hacia abajo encontrándose de prisa con esa cabellera negra y lisa que reposaba contra su plastrón.

Recostado casi de lado Miriam tenía la cabeza contra su brazo y su frente contra su plastrón. Seguían tapados por una manta que protegía, principalmente a la mujer, del frio de la guarida, que en invierno se volvía un refrigerador más.

Reclinando su cabeza a la izquierda observaba a la muchacha dormir, tan profundamente, tan tranquila, que se sentía como la mayor maldad del mundo molestarla.

Usualmente luego de despertar él se levantaba, bebía algo y se ponía a con sus inventos, arreglar algo de la guarida, darle mantenimiento a los vehículos, trabajar en general.

Sin embargo, la idea de que realmente se merecía este descanso lo invadía, además, el cuerpo de Miriam era muy caliente y cómodo apoyado contra el suyo, su cama comenzaba a volverse su lugar favorito en el mundo.

Estiró su brazo izquierdo y cómodo la manta que los cubría, algo dudoso acomodo su mentón contra la cabeza de Miriam, sin embargo abrió sus ojos enormes y se tensó al sentir como ella se removía en el lugar.

Sin embargo la tensión desapareció pronto, la mujer no se separaba, si no que estiraba su brazo por sobre el plastrón de el y la estiraba hasta su cuello, uniéndose más a él, como si no quisiera que Donnie se alejara, y se quedaba allí, abrazada cómodamente a él.

Donnie se relajó y volvió a dormir junto a Miriam.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero algo de sonido lo volvía a despertar y medio adormilado escuchó la voz de Miriam y como ella se movía separándose de él.

— ¿Leo?

Donnie abrió los ojos enormes y rodo hacia atrás, lastimosamente su cama no dejaba de ser pequeña y no estaba acostumbrado al poco espacio que le quedaba por haber compartido la superficie con otra persona.

— ¡Donnie! —Le llamo Miriam cuando lo vio caer al suelo, gateo un poco hacia adelante con la intención de asegurarse de que su amigo estuviera bien, aunque tuvo que hacerse hacia atrás pues Donnie se levantó a toda prisa, si ella no se hubiera echado hacia atrás, él la hubiera golpeado al levantarse, Miriam se quedó mirándolo.

Donnie la observo en la cama, visiblemente avergonzado, luego miró hacia adelante, estaba Leo que tenía un pie adelante y otro atrás. Claro, cuando vino a buscar a su hermano no se esperaba que el estuviera con compañía en su propia cama, trato de retroceder en silencio pero Miriam se despertó y lo vio, y luego paso todo lo demás.

Leo levanto ambas manos en son de paz.

— Lo siento, no quería interrumpir. —Dijo el mayor, Donnie no sabía que responder así que balbuceo mirando a Leo y luego a Miriam, y luego a Leo de nuevo.

— Todo está bien, de igual manera seguro —Ella tomo su teléfono de la estantería y lo prendió, abriendo sus ojos enormes bajo casi de un salto de la cama — ¡Por dios que tarde es! —Se acomodó la ropa y limpio la mejilla de baba, acomodando su cabello con sus dedos—. Tengo que irme, es súper tarde, y hay tantas cosas para... —Se detuvo a un lado de Donnie que la miraba atentamente, ella se calmó y le sonrió como si fuera una niña pequeña, Donnie le sonrió de igual manera, se sentían más cerca el uno del otro — ¿Nos vemos en la noche?

Adaptation time | TMNT 2014/2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora