❤️🧡💜💙
Dos equipos investigan la misma empresa, esto los llevará a cruzarse varias veces, descubriendo que tienen más en común de lo que a simple vista podría aparentar.
Diferentes personalidades, diferentes relaciones, diferentes lazos que los te...
Leo dejó la taza de té en la pequeña mesa, detrás de la cual se encontraba su padre que lo miraba atento.
— Solo... —El de azul se removió incomodo, sin querer mirar a su padre a los ojos—, Usagi fue... demasiado insistente. —Dijo finalmente.
— ¿Y cómo estabas con ella? Yo los vi varias veces bien y cómodos al lado del otro. —Dijo Splinter dándole un sorbo a su té.
— Me caía bien...
— ¿Solo bien? —Leo elevo la vista a su padre—. No había más que mirarlos dos segundos para notar el interés de esa chica por ti. —Leo respiró hondo.
— Si... bueno... debo admitir que me llegó a agradar más que... como amiga... —Admitió avergonzado—, pero...
— Pero tu corazón le pertenecía a otra —Se miraron fijo, la mirada suave y calmada de Splinter siempre le traía paz a su hijo— ¿Cómo están las cosas con Eva? — Leo sonrió desviando la mirada.
— Estamos... buscando tener hijos. —Dijo finalmente sin poder dejar de sonreír como bobo, Splinter se enderezo con sorpresa y soltó a reír feliz.
— No me sorprende... —Haru se acercó a la abertura a un lado de ellos, con Carel en brazos—, Carel salió muy guapo —Dijo la gata mirando al bebé en sus brazos que le sonreía tratando de alcanzar sus orejas, la mutante miró a Leo sonriendo risueña—, sus hijos seguro serán muy guapos.
— Gracias, Haru. —Dijo Leo mirando a su sobrino con cariño. La mutante le sonrió y Splinter asintió, mirando a su hijo.
— Sé que serás un buen padre, mira que buen padre es Raphael hoy en día, no espero menos de mis hijos. — Leo sonrió contento por el alago de su padre.
— Hablando de padres... ¿Cuándo volverá Raphael? —Preguntó Haru, ambos la miraron—, no es que me moleste compartir tiempo con esta dulzura, pero tiene algo de fiebre. —Leo arrugó el entrecejo confundido mientras Splinter estiraba los brazos hacia su nieto y Haru se lo dejaba, caminando detrás del roedor y sentándose al lado de él.
— ¿Acaso enfermó? Creí que eso no le pasaba. —Preguntó Leo.
— No está enfermo, pero hay cambios en su cuerpo que es imposible no le generen mal estar, como la salida de los dientes. —Explicó Splinter, Leo asintió sorprendido, entonces se levantó.
— Bueno, entonces me marcho, mi hermano está cubriendo el edificio Cresa, lo iré a revelar así puede... —Se acercó a su padre, el pequeño Carel lo miró riendo con esa singular simpatía única que poseía, Leo estiro su mano y las manitas de su sobrino se prendieron de su dedo—, volver con este pequeño consentido.
Carel soltó una risa que lleno de calor el pecho de Leo. Sonrió ladino acariciando el cabello del pequeño, se despidió de Splinter y Haru y finalmente se marchó, rumbo al edificio Cresa.
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