Capítulo 72: Un objetivo.

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Los dos encapuchados caminaban de noche por los campos de Nonsishi, hacia el oeste, estaban las montañas que delimitaban China y Kazajistán , atravesaron los campos desérticos y llenos de neblina, cruzaron la carretera y finalmente llegaron a la frontera, zona más salvaje en términos de vegetación.

Sacaron sus linternas y avanzaron entre los árboles, una hora después lograban escuchar el rio que debían cruzar.

— ¿Seguro es por aquí? —Preguntó la mujer, su compañero asintió.

— A unos metros debería estar el... —Se detuvo, bajando su linterna, sus ojos vislumbraron una luz a la lejanía, sonrió—, aquí es.

Dijo finalmente, ambos apresuraron el paso, salieron de entre los arboles a un camino de tierra, que desembocaba a orillas del rio, en una choza de madera bordeada por una reja metálica, habían al menos cinco hombres armados en la entrada similar a una trinchera. Al ver a los individuos elevaron sus fusiles, los dos encapuchados elevaron las manos.

¡No somos enemigos! ¡Queremos cruzar! —Dijo la mujer.

¿¡Tienen lo necesario!? —Preguntó uno de los soldados.

¡Si! —Les hizo un ademan para que se acerquen, el hombre que iba adelante llegó hasta el guardia que se acercó con un compañero que llevaba gorra y tapabocas, era bastante alto y los músculos se le notaban a través de la camisa verde opaca, el encapuchado rebuscó debajo de su abrigo y sacó dos papeles que le tendió al soldado que le había hablado, este examinó los papeles y miró a su compañero de detrás, este hizo un ademan con la cabeza y el soldado volvió la vista al encapuchado— ¿Algún problema?

Quítense las capuchas —Ordenó, el joven y su compañera se miraron antes de quitarse las capuchas, revelando sus rostros jóvenes, hegemónicos, cabellos rojos y la mujer tenía una cicatriz en la mejilla. El soldado volvió la vista a su compañero que miró a los dos colorados, asintiendo se giró, caminando hacia la choza—, síganlo, les van a hacer sus nuevas identificaciones —Ambos respiraron aliviados, quisieron avanzar pero el soldado llevó su mano al pecho del joven rojizo—, primero déjame el dinero...

¿No debería dárselo al encargado? —Preguntó confundido, ganándose una mala mirada por parte del soldado—, lo siento, aquí esta—, debajo de su tapado sacó un sobre algo regordete.

El soldado examinó el interior y finalmente se apartó, permitiéndole a los otros dos seguir al soldado de gorra y barbijo. Algo dudosos avanzaron, la mujer detrás del hombre notaba todas las miradas sobre ellos y eso la ponía nerviosa. Cerró sus puños sudorosos, tratando de mantener la calma. Solo eran humanos, no serían problema en caso de que los quisieran atacar, o de eso se trataba de convencer.

Siguieron al soldado hasta la cabaña, el joven alto abrió la puerta e ingreso, sosteniéndola, dándole paso a los dos cobrizos que observaron el lugar lleno de muebles y estanterías en las paredes, en el centro un escritorio y una silla volteada, solo se veía el respaldar y la cima de una gorra.

La puerta detrás de ellos se cerró con firmeza una vez estuvieron dentro. Ambos voltearon y vieron al joven dejando el arma a un lado y apoyando su espalda en la puerta, elevando el rostro por primera vez notaron sus ojos azules mientras se cruzaba de brazos, remarcando más sus músculos a través de la camisa.

La mujer arrugó el entrecejo y volteó hacia el escritorio nuevamente. Observando el lugar vagamente iluminado por una lámpara colgante del techo, a si izquierda había una ventana abierta que daba al rio. Entonces observó el escritorio, justo detrás de este, a un lado de la silla, había una especie de empuñadura dorada.

Adaptation time | TMNT 2014/2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora