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Dos equipos investigan la misma empresa, esto los llevará a cruzarse varias veces, descubriendo que tienen más en común de lo que a simple vista podría aparentar.
Diferentes personalidades, diferentes relaciones, diferentes lazos que los te...
— Mmm... —Miriam se removió entre las sabanas y tapados, no tenía idea de cuánto había dormido pero la cabeza le dolía como el demonio, se destapó y se congeló de inmediato.
Suspiró mientras se levantaba, la vejiga también le dolía, probablemente porque no orinaba hace más de un día. Se levantó sintiéndose mareada y avanzó entre los restos de su destrozada habitación.
— ¿Para qué te levantas? Deberías dejarte morir aquí —Miriam se agachó y tomó una pinza que había en el suelo—, aquí, conmigo.
La lanzó con fuerza al espectro que yacía en su cama.
— ¡Que te calles! —Se quedó observando la cama vacía unos cuantos segundos.
Pronto escuchó golpes fuera del cuarto, no muy lejos.
— Ruth ¿Estás ahí? Vamos hermana, te necesito... abre —Era Isabel —Voy a entrar, no estés desnuda con Rapha, porfa.
Miriam salió del cuarto y delante de ella encontró la puerta abierta del cuarto de Ruth, y a Isabel que salía de allí y se quedaba viéndola un segundo antes de sonreírle, tenía en sus manos una bandeja con tapa.
— Miri ¿Cómo estás? —La miraba de arriba abajo.
— Bien. —Su voz era rasposa y demostraba el mismo desgano que su rostro, caminó hacia el baño lentamente, estaba descalza y solo llevaba ropa de dormir.
— ¿Estabas gritando recién?
— No.
— Vale... —La asiática pasó por al lado de Isabel sin mirarla— ¿Sabes dónde está Ruth? —Miriam se detuvo y la miró cansada.
— No soy su novio.
— No pero ustedes son... No importa, aun así, no la veo desde anoche y pensé que podrías haberla visto.
— Pues no. —Respondió sin más y se encerró en el baño.
Isabel asintió sola y se giró, Miriam no parecía estar bien pero ella no tenía idea de que hacer. Caminó hacia la salida y fue por el estacionamiento, salió fuera y suspiró, era de noche, hacia frio, y ella estaba sola.
''Ni que fuera la primera vez... ''. Pensó cansada, necesitaba quien la lleve, pero Ruth no estaba y Eva estaba con Leo, y no deseaba molestarla.
— Desearía tener el equilibrio de los chicos... —Murmuró, su teléfono vibró y sostuvo con una mano la caja mientras caminaba entre las vías, saliendo al estacionamiento de debajo de los puentes que rodeaban el lugar, Mikey la llamaba, atendió sin más.
— Linda ¿Vas a venir?
— Si, si, es que estoy llevando unas cosas, no creo tardar mucho.
— Está bien, te espero.
La llamada cortó e Isa miró el estacionamiento delante de ella, quedaba largo tramo hasta la calle, suspiró algo cansada.
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