Capítulo 41: Nunca mas.

273 28 16
                                    

Ruth apresuró el paso sosteniendo firme el arma de alto calibre que llevaba, trataba de estar atenta sin embargo no iba a negar que los nervios le consumían la lógica.

Llego hasta la enorme puerta de madera adornada y tallada con delicadeza. Dándole una patada la abrió de par en par y los forcejeos que venían de dentro del cuarto se hicieron tanto sonoros como visibles. La mujer de ropas claras y cabello negro se abalanzaba sobre Lobo, él le sostenía los brazos pues ella tenía toda la intención de clavarle un cuchillo en el pecho mientras lo arrinconaba contra un escritorio de madera.

— ¡Lobo! —Corrió tres pasos dentro de la habitación y no lo pensó más, abrió fuego, la mujer cayó al suelo boca arriba mientras la sangre brotaba de su boca, Ruth se acercó a su hermano que lanzaba el cuchillo lejos — Solo es una humana ¿Cómo dejaste que te apresara así?

— No la vi... ella salió... de la nada... —Ambos se acercaron a la mujer que agonizaba en el suelo, su boca escurría sangre y sus ojos se enrojecían, era una mujer mayor, aun despeinada se le notaba lo elegante, su mano izquierda y sus ojos apuntaron hacia un lado del cuarto mientras trataba de hablar.

— H-ha-... m-art... —Ninguno entendía, Ruth se agacho, para tratar de escucharla mejor, en el fondo de sentía algo culpable pues ella le había disparado a la agonizante mujer que se ahogaba en sangre y lágrimas — Hai-dar... Hai...

— ¿Haidar? —Preguntó confundida, la mujer no podía responder, Ruth siguió su mano, señalaba hacia su derecha, entonces, desde donde la mujer apuntaba se escuchó un sonido, Lobo, por auto reflejo, levanto su arma de bajo calibre y disparo, temiendo que un nuevo enemigo se asome y haga daño a su hermana, Ruth abrió los ojos enormes, la bala había impactado en el pecho de un niño de no más de diez años — ¡NO! —Levantándose casi de un salto, soltó su arma y empujo la mano de su hermano, lanzando su arma lejos, este retrocedió, se miraron a los ojos, él estaba tan sorprendido como ella.

Ruth titubeo un poco antes de girar y correr hacia el niño que ya había caído contra el muro de detrás, todo este tiempo había estado escondido detrás de una pequeña mesita con una elegante lámpara encima.

El pequeño sollozaba de dolor, Ruth llego a su lado y se arrodillo, llevando su mano al pecho del más pequeño, donde la herida comenzaba a manchar sus ropas azules obscuras de un rojo casi negro. Su boca se habría y temblaba. Era una herida mortal. Cerró sus labios y puso la mano sobre la herida, llevo su izquierda a la nuca del pequeño y lo acomodo sobre el suelo mientras el pequeño sollozaba de dolor.

Su corazón dolía, dolía mucho.

— Yo... no lo vi. —Dijo Lobo que también se había acercado, Ruth lo miró molesta.

— Tenes el olfato, el oído y la vista más desarrollada que los de cualquier humano... —Sus ojos se llenaron de lágrimas que jamás terminaron de caer —, debiste verlo.

Lobo bajo la mirada, sin embargo la molestia y el enojo comenzaban a subir por su cuerpo. Él estaba seguro de lo contrario, porque para él, había solo una persona que debía cuidar.

Se acercó y tomó a Ruth del brazo, tironeando, la obligo a ponerse de pie.

— No te desvíes de la misión, aún queda por recorrer el sub suelo —Le dijo firme, ella lo miró molesta, el joven miró al niño casi pálido —, la orden era eliminar a todos, eso estamos haciendo, caminá.

La soltó y comenzó a caminar hacia la otra puerta, Ruth le dio una última mirada al pequeño que apenas si se movía. Odiaba esto con toda su alma.

Solo le quedaba por revisar el subsuelo así que iban de camino junto con Lobo, él iba adelante y ella detrás cubriéndole las espaldas, de camino se encontraban a alguien del personal de limpieza o guardias de seguridad y los abatían sin discriminar, hombres, mujeres, todos debían morir. Esquivaban a sus compañeros y continuaban.

Adaptation time | TMNT 2014/2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora