Capítulo 87: Libre y comprometida.

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— Miri ¡Mira esto! —La asiática volteo hacia su esposo que estaba agachado a pocos metros, se alejó de la dependienta para ir con él y observó el juguete delante de su esposo, una especie de atril con barras y una resbaladilla con agarres. Miriam sonrió—. Mira, puede treparse por aquí, fortalecerá sus manos y-

— Cielo —Miriam se reclino hasta que su rostro estuvo al lado del de Donnie—, no vamos a comprarle un rocódromo al bebé —Donnie la miró, atontado—, aún no al menos.

— ¿Pero por qué? Es un juguete didáctico y leí que esos-

— Son para niños de más de dos amor... —Explico tratando de tener la paciencia que dios no le había otorgado pero que Donnie se merecía—, cuando el bebé nazca va a ser una papa por al menos cuatro meses, vinimos por algo de mobiliario y algún que otro juguete sensorial y no letal ¿Si? —Donnie se levantó agachando la cabeza.

— Si, linda. —Respondió apenado, Miriam sonrió enternecida, subió su mano y le pellizco su enorme mejilla rugosa con cariño algo que lo hizo sonreír.

— Bien, vamos... —Al voltear la dependienta hablaba con una de sus compañeras bajo y los miraban, la dependiente sonreía extrañada y la sonrisa de la segunda no le agradaba más porque no dejaba de mirar a Donnie.

— ¿Será de él? ¿Cómo habrán hecho par-

— Me metí una droga para evitar mi muerte prematura por una enfermedad terminal que degenera el cuerpo, pero resulta que la droga solo atrasa el deceso, no lo detiene y ya que esta te vuelve fértil como una daphnia. —Explico Miriam llegando frente a ellas, con cara de pocos amigos y los brazos cruzados, las chicas la miraron sorprendidas de ser atrapadas.

— ¿Una qué?

— Olvídelo, me calienta este furro por que la tiene enorme y me lo tire hasta que me invirtió las moléculas del útero y la procreación fue posible. —Dijo rápido y las chicas retrocedieron más.

— ¡MIRIAM! — La regaño Donnie, la chica elevo las palmas.

— ¿Qué? Ella quiso saber... —Se excusó y luego volvió la vista a la segunda dependienta—, por cierto de todas maneras moriré pronto pero antes me da tiempo de sacarte el ojo si no dejas de ver a mi marido. —Amenazo apuntándola con el índice, donde su garra en punta sobresalía, Donnie tomo a la asiática de los hombros y la hizo retroceder, con dificultad.

— Lo siento, disculpen a mi esposa —Las dos chicas que se abrazaban con miedo miraron a Donnie —, esta algo nerviosa pero no es mala... —Observo a Miriam y como observaba a la segunda mujer—, no siempre. —Agrego sonriendo— ¿Nos podrían dar los muebles y ya?

Las chicas asintieron y se marcharon, no era extraño que le tuvieran miedo pues la asiática les sacaba cabeza y media a la más alta. Pasaron unos minutos, Donnie y Miriam pagaron todo y luego esperaban en la acera a que les alcanzaran los muebles, ellos se encontraban a un lado del camión tartaruga.

— Es solo que no soporto que sean tan indiscretas. —Se excusó la asiática elevando las manos.

— ¿Y creer que hablándoles de mi...? —Se miraron— ¿Las vas a calmar?

— Lo siento fue solo para presumir. —Admitió soltando una risa, Donnie negó riendo y noto como les alcanzaban los muebles, entonces se adelantó a la entrada del local, justo cuando salió de delante de Miriam, la asiática noto como en la acera, algunos metros adelante, una joven de cabello y ropa blanca la miraba, la mujer elevo los lentes que le tapaban la cara y sus sospechas fueron confirmadas—, Jo...

Donnie se detuvo y volteo, observo a su esposa que comenzaba a caminar por la acera mirando hacia adelante, al seguir su mirada observo a su cuñada que caminaba hacia ellos tranquilamente. Al estar en medio de una zona comercial las personas pasaban por sus costados, algo que preocupa a Donnie, un lugar lleno de civiles, así que avanzo detrás de Miriam con la mano en el cinturón de su pantalón donde colgaba su Bo.

Adaptation time | TMNT 2014/2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora