Anti-Hero ✿ Kookv AU

38

𝚃𝚊𝚎𝚑𝚢𝚞𝚗𝚐'𝚜 𝙿𝙾𝚅

Había huido de él, justo cuando escuché unas voces demasiado cercanas. Ambos nos separamos y cuando pude verlo distraido no tarde en salir corriendo como un loco.

Como si hubiera cometido alguna especie de crimen.

Corrí hasta el salón de teatro, que normalmente permanece vacío ya que solo se reciben clases los lunes y los jueves, a ciertas horas y solo ciertos grupos recibían esta clase.

Y estaba dispuesto a pasar el resto del día allí, como un adolescente asustado, como si no fuese importante asistir a mis otras clases, mas no quería toparme con él nuevamente, no quería verlo a los ojos y ver como me reflejo en ellos y soy brillante, soy una persona diferente, solo en el reflejo de sus oscuros y enormes ojos.

No puedo aceptar esto, no puedo permitirme nuevamente esto, no puedo simplemente arrastrar a Jungkook conmigo al infierno, como si no fuese suficientemente doloroso tenerlo tan cerca y tan lejos a la vez.

Aveces me gustaría que las cosas fuesen diferentes, que lo que mi corazón tanto anhela fuese posible, que... ni siquiera puedo permitirme imaginarlo.

— Si pretendes huir deberías dejar de ser tan predecible — su voz resonó por todo el salón, estaba recostado en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados.

— Vete, Jungkook.

— No — negó, entrando al salón, cerrando la puerta tras su espalda —. No voy a dejar que huyas como un niño asustado, ya no eres uno.

— Lo soy, déjame y ya, no desperdicies tu tiempo en alguien como yo.

— Deja de menospreciarte — me regaño, con evidente molestia e impotencia —. Deja de hablar de esa manera de ti mismo, no eres una perdida de tiempo.

— Lo soy, no tengo arreglo — le dije, y aparte mi mirada cuando dejo su bolso sobre la mesa y se apoyo en esta para acercarse a mí —. No me hagas esto, Jungkook, te lo ruego.

— Quítate el abrigo — me ordeno y yo lo miré con confusión —. Anda, quítate ese abrigo y sube las mangasde tu camiseta.

— ¿Qué?

De la nada sacó un par de vendas de su bolso, algodón y alcohol.

Sé que va a ser doctor, pero como es que lleva esas cosas en su bolso como si nada.

— ¿De dónde...?

— Las tome de enfermería — confesó —. Así que haz lo que te digo y déjame curar esas heridas antes de que de infecten.

Mi corazón empezo a saltar en mi caja torácica como si quisiera escapar e instalarse a lado del corazón de Jungkook, como si ese fuese su lugar, como si allí es donde pertenece.

Pero no lo hace, no merece estar allí.

— No me obligues a hacerlo por mi cuenta — me advirtió.

— Sabes que esto es una violacion a mis derechos humanos — reclame, haciendo lo que me pidió apesar de todo.

— Llámame pecador — se alzo de hombros, acercándose a mí después de limpiar sus propias manos con el alcohol y mojar un algodón en el líquido transparente —, pero no puedo actuar como si nada sabiendo que estás así de lástima y sin cuidado.

— No tienes que preocuparte por mí, Jungkook — dije y él negó, acercando el algodón humedo a las heridas de mis brazos.

El ardor se sintió extraño, porque apesar de que ardia, me dolía más el alma. Me dolía más ver la concentración con la que Jungkook limpiaba mis heridas, como actuaba con tanta delicadeza y soplaba suavemente para que dejase de arder.