Capítulo 22

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~ Julietha ~
Rompiendo el lazo

No tenía en cuenta lo que había pedido hasta que al día siguiente en el apartamento que compartía con Aarón llamaron a la puerta y un repartidor dejó una citación que me pedía ir a un restaurante cercano a la casa de la playa a la una de la tarde. Llevaba el sello y firma de un abogado que yo conocía muy bien. Y no recuerdo haber maldito tanto a un Ruiz como en ese momento.

Tomé mi celular, buscando entre mis contactos su número sin obtener respuesta alguna y volviendo a intentarlo unos dos veces más. Decidí tratar de mandarle un mensaje de WhatsApp pero me tenía bloqueada el idiota ese. La única forma de comunicarme con él era mendiante correo electrónico y usando el suyo personal a su correo de la empresa, que lo manejaba él.

De: aaronruiz04@gmail.com
Para: aaronruiz@imperium.com
Asunto: Soy Julietha.
Viendo que es la única manera de comunicarme contigo, quieres explicarme qué es eso de la citación. El divorcio es solo firmar un papel y no nos une nada, Aarón. Basta de tanto melodrama.
Atte. Julietha Navarro.

Me recosté en su silla giratoria moviéndome de un lado a otro con las puntillas de mis pies y apoyando mis brazos a los costados. Su respuesta tardó un momento en llegar, pero allí estaba, con ese porte de estúpido arrogante que buscaba comerse el mundo entero y no creía en nadie.

De: aaronruiz@imperium.com
Para: aaronruiz04@gmail.com 
Asunto: Todo está claro en la citación.
Te equivocas, Julietha. Nos casamos por religioso y disolver eso no es tan fácil como un matrimonio civil. Recurrí a tu gran amigo Francisco para pedir una orientación sobre el tema y cumplir tu sueño de deshacerte por completo de todo lo que te une a mí. Hasta más tarde.
Atte. Aarón Ruiz.

Quise tenerlo frente para ver si era capaz de decírmelo a la cara y ¿qué Francisco era mi gran amigo? Tanto trabajo ya le estaba costando la poca cordura que un troglodita que como él debía tener.

De: aaronruiz04@gmail.com
Para:  aaronruiz04@gmail.com
Asunto: Que respondas es opcional.
Mi gran amigo no es, pero creo que el tuyo sí, ¿verdad? En fin. Te veo en el restaurante. Máximo de tolerancia: 5 minutos. Si no llegas, olvídate de que volveré a asistir a otra citación como esta.
Atte. Julietha Navarro.

Cerré la venta del correo sin ánimos de estar pendiente de su repuesta, no buscaba pelear, pero tampoco podía contener mi enojo leyendo tal altanería en su correo. ¿Qué pretendía demostrar con eso?¿Qué lo de anoche fue solo un momento de debilidad? Apagué la computadora que reposaba en el escritorio con miles de planos por doquier. Comencé a acomodar dejando todo igual, pero con más orden; yo podía vivir así, pero me estresaba verlo reflejado ese mal hábito en el resto de personas cercanas a mí.

Tomé unos libros que tenía apilados en una esquina del escritorio y ocupaban mucho espacio llevándolos hasta el librero, donde había más desorden y faltaba limpiar. Mientras iba sacando y recolocando libros noté una imperfección que me llamó la atención, un folio que pasaba inadvertido entre los tonos oscuros de los lomos.

Lo dejé sobre el escritorio medianamente ordenado y lo abrí, tomando con cautela lo que se encontraba dentro. Había varios sobres  de dos tamaños distintos y todos llevaban mi nombre después de la palabra asunto.

Los abrí imaginándome lo peor y preguntándome en qué momento había pasado a convertirme en un asunto para él. Vi las fotos pasándolas una tras otra, y volviéndolas a repasar. Entendiendo porque mi nombre se hallaba en aquel sobre. Me senté de nuevo frente a su computadora, googleando el nombre del remitente y encontrando información acerca del detective que fue contratado.

Juntos hasta el infinito. (INFINITO #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora