~ Julietha ~
Un nueva herida abiertaMe sumí en silencio tras su confesión, ya que cada palabra que pronunciaba parecía tener cierta frustración detrás, como si odiara sentir amor por mí, como si de poderlo evitarlo, lo haría y eso por más que intentara fingir que no me dolía, si lo hacía. Tal vez era esa parte que se había descongelado debido al embarazo, esa parte sensible que solo buscaba un refugio en el que esconderse después de haber pasado por tanto. Pero aquella otra, esa orgullosa y que prometió no volver a recoger migajas de amor trataba de dejarlo ser, de pensar que era un contraataque por mostrarme fría y serena, por haberle declarado la superación dejando esa cadena con el infinito atrás, junto a los anillos que nos condenaron, junto la historia que durante años después de haberse hilado y formar un tejido completo, ahora volvía a deshacerse por jalar uno que se dejó suelto.
Bajé del coche, en cuanto se estacionó frente a la puerta del apartamento y odié haberme olvidado mis llaves dentro. Me crucé de brazos, exasperada, ya que fue en vano y evidente la repentina distancia que quise establecer entre ambos. Pasó por mi lado, sin mirarme y abrió la cerradura entrando primero, alcé las cejas por su idiotez y de reojo vi como dos camionetas se estacionaban una calle abajo del apartamento.
No lo tomé en cuenta y cuando quise decírselo a Aarón no se encontraba ni en la sala de estar ni en la cocina, pensé en ir a buscarlo a la habitación o a su oficina, pero escuché un sonido sordo que provenía de esta última, y solo me limité a cerrar los ojos sintiendo cómo se propagaba la impotencia que ambos guardamos en el interior, casi pude ser testigo de cómo esas paredes que nos rodeaban absorbían ese sentimiento que nos iba corroyendo el alma. Me olvidé de los extraños afuera y me concentré con el extraño con el que vivía.
Fue imposible dar los pasos suficientes hasta mi habitación y terminé apoyándome en el respaldar de sofá empuñando el borde; mi vista borrosa me impedía ver mucho más allá de lo que tenía enfrente. El miedo se apoderaba de mí, los pensamientos que debían quedarse enterrados volvían a resurgir como si esos demonios los mandaran a llamar para reforzar aún más esos temores que hacían mi cuerpo débil.
Mis manos se pusieron pálidas por la fuerza que estaba empleando para no sentirme desvanecer, estaba pasando por uno de esos momentos donde el ser humano piensa que el mundo se le viene encima y no existe una resolución idónea a sus problemas, donde sientes que el dolor interno es más fuerte que el físico.
Estuve batallando con esos demonios quien sabe durante cuanto tiempo. y volver a ser plenamente consciente del lugar donde me encontraba era en esa buhardilla improvisada, en esa misma donde le dije a Aarón que una vez, había perdido la noción de quién era y el había respondido que tampoco me reconocía.
No volví a escuchar más ruido en su oficina, y eso que me encontraba al frente, tampoco salía de esas paredes, estaba sumergido en su trabajo, como en los últimos días. Nuestras interacciones eran cada vez más nulas y temí que llegados a un punto, ya ni las peleas existieran, y el silencio incómodo se estableciera sin ánimos de retirarse.
Tenía la misma ropa con la que había ido a la casa de la playa y no me importaba que ya unas cuantas manchas de pintura decoraran las camisa que le pertenecía a Aarón. Llevaba una media cola sujeta con una liga negra, ya que por el tamaño de mi cabello era imposible hacerme una coleta de caballo decente.
Entré en mi propio trance, me perdí en el único espacio que aún parecía seguir siendo mío, las pinceladas surgieron solas, los trazos, las líneas, los errores enmendados y la extrañeza al contemplar el resultado final. Tomé los auriculares que tenía por allí y los conecté a mi celular, sonriendo con lágrimas en los ojos y susurrando la letra de la canción de James Arthur, nuestra canción.
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Juntos hasta el infinito. (INFINITO #3)
RomanceVolvieron a decirse adiós y no por decisión propia, sino por fuerza mayor. Ella cree que puede enfrentar todo desapareciendo del mundo y él sabe que hallará la manera de encontrarla como dé lugar. Su historia nació desde mucho antes de haberse hech...