Capítulo cuarenta y seis

18 3 0
                                    

"—Oye, espera, solo era una pregunta —le tomo del brazo gentilmente, aunque internamente me encuentre buscando la razón de su actitud últimamente y de su ahora reacción ante mi cuestionamiento, el cual fue resultado del azar.

Él se suelta de mi agarre al darse la vuelta y quedar frente a mí, haciendo una mueca de confusión que para nada me trago.

—Y te respondí que no tengo ni idea, deberías preguntárselo directamente en ese caso —explica, pero esta es definitivamente una de las pocas veces en las que identifico que su tono de voz es inseguro—, y yo de verdad tengo que irme.

—¿Qué estás ocultándome? —cuestiono mirándolo fijamente y él niega aparentando más confusión—. Te conozco desde que somos niños, es evidente para mí que algo estás omitiendo.

—¿Y tú no omites cosas?

Deja la pregunta al aire porque sigue con su camino y simplemente lo dejo.

¿Cómo podría negar algo que es totalmente verdad? ¿Cómo negarlo después de que he mantenido pendiendo de un hilo su confianza hacia mí?"

Aurek

5 HORAS DESDE SU DESAPARICIÓN

Percibo una serie de palpitaciones dolorosas en una de mis mejillas y en la zona anterior de mi cabeza mientras comienzo a ser consciente de lo borrosa que está mi vista al momento de intentar abrir los ojos.

Al principio me cuesta entender la razón por la que no puedo mover libremente mis extremidades y por la que duele mi cuello al mover mi cabeza, pero luego recuerdo lo que pasó en el coche.

Mierda.

Mierda.

Mierda.

Esto no está bien.

Forcejeo intentando desatarme en vano y al casi caer de lado junto con la silla a la que me encuentro aferrado en contra de mi voluntad es que decido calmarme. Miro a mi alrededor intentando reparar en dónde estoy, pero no logro identificar nada más que una tenue luz que se cuela por una ventana, de no ser por ello todo estaría absolutamente oscuro, y que sigue siendo de noche.

Respiro profundamente pensando en que si Darius recibió mi mensaje no debe tardar en llegar o estar en camino, porque sí que Alexander recibió al final mensajes raros de mi parte y él es muy inteligente como para darse cuenta de que esto pasó.

¿Y si fue él?

Pienso y de inmediato intento quitarme esa idea, es imposible, dijo que no lo haría y algo dentro de mí me hace creerle ciegamente.

Pero si los mensajes los recibí de él y todo esto se suponía que era una sorpresa de su parte... 

Y si en realidad resulta no ser esto de su autoría, entonces... ¿también le pasó algo a él?

Comienzo a sentir una fuerte opresión en el pecho y la necesidad aún más persistente de salir de aquí para saberlo, si él es parte de esto o si le pasó algo por mi culpa; debo saberlo. Tomo una respiración profunda y con más calma intento alcanzar y tantear el nudo que sostiene mis muñecas por detrás del respaldo de la silla, en el proceso soy consciente de unas voces que se escuchan un tanto lejanas.

Logro sostener entre dos dedos un extremo de la cuerda y, si mis cálculos no fallan, se aflojaría el nudo al estirarla... O podría apretarlo de más y comenzar a cortar la circulación de la sangre hacia mis manos, pero definitivamente voy a correr el riesgo.

Funciona, de inmediato siento que el nudo de principiante se afloja, tal cual como me lo había enseñado Darius hace mucho tiempo, no volveré a subestimar sus consejos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

NOWAK [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora