Capítulo veintinueve

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"—Cállate, por favor. Tú solo encárgate de recordar que si yo quiero algo; lo tengo y punto.

—¿No sacaste esa frase de alguna canción de Ariana Grande?

—Si vas a decir algo que tiene como propósito quitarle mérito a mi plan —hago caso omiso a su comentario—, mejor quédate en silencio.

—No sé por qué sigo al lado tuyo, en serio —murmura en voz baja, pero no lo suficiente.

—¡Genial! Puedes irte cuando quieras, la puerta está abierta —le informo señalando la puerta que, en efecto, se encuentra abierta—. De hecho, ¿sabes por qué está abierta? Yo sí sé; porque no la cerraste al llegar, porque ni para eso sirves.

>> Así que sí. Si no sabes por qué mierda estás acá, espero que lo averigües, pero fuera de este lugar.

Veo como aquella persona sale de la habitación y la realidad me golpea como un balde de agua fría en pleno invierno.

Aquí vamos de nuevo..."

Kasia

El tono de llamada de mi celular empieza a resaltar entre los diversos sonidos del restaurante, por lo que lo tomo en mis manos para ver la pantalla e identificar al remitente de la llamada. Cuando leo el nombre, me levanto de la mesa y me alejo unos cuantos pasos para atenderla.

—¿Dónde está Aurek? —Dice papá sin esperar a que yo mencione palabra alguna.

—Está...

—No importa —me frena con cierto afán... afán que no he tenido la dicha de presenciar a menudo—. Dile que restaure su celular y se deshaga de él; está siendo intervenido.

Bajo el teléfono, distanciándome de cualquier cosa que pueda decir papá al otro lado de la llamada y me acerco a mi hermano con una velocidad considerable.

—Aurek, tu celular está siendo intervenido —le informo con una rapidez que no me deja estar segura de que él me haya entendido, y la cara que pone; definitivamente no ayuda.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No sé qué cosa es la que te hace pensar que yo tengo la respuesta a esa pregunta —hago una pausa exprés para destacar la estupidez de pregunta que acaba de hacer—. ¿Dónde tienes tu celular? —Pregunto mientras recorro con la mirada su ropa para tratar de ubicar el dispositivo.

—Lo dejé arriba —aclara mientras capta la indirecta de que se tiene que poner en pie, y lo hace.

—Ve por él. Tienes que restaurarlo y deshacerte de él —insisto.

—¿Cómo lo restauro? —Formula la pregunta del millón.

—¿Cómo que no sabes? Mierda, en ajustes... —Y le voy a seguir instando que traiga el celular, pero soy interrumpida por Liam, quien se aclara la garganta para llamar nuestra atención y habla:

—¿Se puede saber qué está pasando?

Aurek me mira como si me estuviera pidiendo permiso para hablar y yo solo le doy una mirada de "me da igual", por lo que toma el gesto de la manera que quiere y le dice:

—Alguien está tratando de acceder a la IP de mi celular —dice—. Y... no sé cómo se restaura.

Liam arruga el entrecejo y yo recuerdo que no finalicé la llamada con papá, por lo que miro la pantalla del celular, pero me despreocupo cuando veo que él sí colgó la llamada.

—Eh... Yo sí sé —habla de manera extrañada, supongo que por el hecho de que mi hermano no sepa—, voy contigo —Se pone en pie y Aurek sin esperar un segundo más, empieza a caminar luego de hacerle una seña al chico para que lo siga. Él lo hace.

NOWAK [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora