Capítulo cuarenta y cuatro

22 4 0
                                    

"Llevo las manos a mi estómago, comienza a doler después de tanto reír.

—Estaba el poste justo enfrente, no es invisible —se burla mi amigo de quien ahora soba su frente. Yo no puedo dejar de reír.

—Lo vi todo —informa mi mejor amigo al llegar y se dirige hacia al accidentado—, eres un idiota.

Noto que también estuvo riendo cuando me pasa mi bebida y cuando finalmente he dejado de reír.

—Bueno, ya fue, dejen de burlarse —se queja quien se ha golpeado—. Todo el mundo se golpea.

—Sobre todo chocando con un poste —dice el otro recibiendo un merecido golpe, aunque luego comienzan una boba pelea amistosa, miro la escena con diversión hasta que dirijo mi mirada hacia mi mejor amigo, quien los mira divertido y nostálgico.

—Definitivamente voy a extrañarlos —expresa contagiándonos dicha nostalgia."

Aurek

—Bien, entonces deberíamos vestirnos para irnos —dice con diversión—. La fiesta ya debe estar comenzando a ponerse buena.

—Yo no quiero ir —emito un sonido de queja al mismo tiempo que me giro quedando boca abajo en la cama. Él también se mueve hasta que soy consciente de su respiración muy cerca de mi nuca.

—¿No fue ya suficiente convencimiento? —su voz profunda en susurro me causa escalofríos, los cuales se mantienen cuando una de sus manos se pasea por mis hombros desnudos. Me es inevitable soltar una corta risa.

—Oh, créeme que lo fue —cierro los ojos sintiendo sus dedos acariciar mi espalda en movimientos circulares—, pero, sinceramente, no tengo un buen presentimiento para esta noche y entonces no me gustaría presenciar otra posible tragedia.

No miento, si antes simplemente no quería ir porque no me gusta; ahora menos con la posibilidad de que ocurra otro asesinato dentro de poco. Yo definitivamente solo quiero seguir sintiendo esta paz que siento ahora, con él. Pero cuando lo único que recibo como respuesta por su parte es silencio y lo interpreto como molestia, es que decido seguir hablando:

>>Yo sé que llegamos al acuerdo de ir un rato y luego salirnos por ahí, todavía pode...

—No, no, no —me interrumpe—. Lo siento, ni siquiera lo había considerado de esa manera y realmente es alta la probabilidad de que pase algo, supongo, y creo que no quiero arriesgarme a que pase siendo que una vez ya insistí para llevarte a una fiesta y pasó algo.

—Cómo olvidarlo —Le miro sonreír con pena—. Entonces...

—Podemos simplemente adelantar la segunda idea —dice y me reincorporo quedando de rodillas —o simplemente nos queda...

—Adelantamos la segunda parte —digo tan rápido como lo tomo de los hombros y lo beso con intenciones de que este se prolongue. Pero claramente el pelinegro se opone; separándose.

—Si sigues besándome así, no nos iremos nunca —sentencia susurrando sobre mi boca, sus labios casi rozando los míos. Elevo ambas cejas.

—Eso me sonó a... —me atrevo rozar sus labios con los míos un par de veces— ¿amenaza?

Y es cuando se impulsa a besarme nuevamente que me alejo de él.

>>Tienes razón, mejor vámonos —digo burlonamente.

—Idiota —masculla.

—Y así me adoras—canturreo poniéndome de pie.

—¿Cómo no hacerlo con esa vista? —suelta un silbido que se ve ahogado cuando le lanzo unos calzoncillos limpios justo a su rostro.

NOWAK [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora