Capítulo 2

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Yulia permanecía como una estatua mientras miraba el perfecto rostro de Elena a solo centímetros del suyo. El nerviosismo mezclado con miles de sensaciones que sentía en ese momento hacía que su corazón golpeara enloquecido. El agarre de Elena en su barbilla aflojó y sintió como los dedos de la pelirroja ladeaban de izquierda a derecha su rostro, estudiándolo. De pronto una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de Elena, Yulia quiso morir al ver los ojos de la chica en su regazo convertidos en dos medias lunas sonriéndole.
Si, en definitiva Elena era un ángel.

Elena soltó la barbilla de Yulia por completo, se levantó de su regazo y se alejó de inmediato sin decirle una sola palabra. Dejándola allí, confundida, sin saber que hacer y con la mirada de todos los estudiantes sobre ella. La pelirroja caminó hacía Nastya y su grupo, que la esperaban a unos metros de la escena. Al llegar, todos comenzaron de nuevo con el bullicio y las burlas sacándole unas cuantas risotadas. Uno de los chicos llegó frente a ella, tendiéndole un fajo grande de billetes en la mano, haciendo que la sonrisa de Elena se convirtiera en una triunfal.

—¿Suficiente por besar a una chica, Lena? Le preguntó él.

Elena miró el fajo de billetes en sus manos, intercambió una mirada rápida a Yulia quien seguía en el pasto y después volvió a mirarlo pero esta vez con una ceja enarcada.

—No, se sintió horrible. Si hubiese sabido que iba a ser tan malo les habría pedido el triple— Respondió, logrando que todo el grupo riera.

Nastya la tomó de la muñeca, alejándola un poco del grupo. De su bolso sacó un pequeño espejo junto con un paño y se lo tendió a Elena que de inmediato hizo una mueca de confusión.

—Tienes el labial regado por toda la boca— Nastya le explicó.

Elena tomó el espejo y soltó una carcajada en cuanto vio su imagen en él. No era la primera vez que su perfecto delineado quedaba destruido después de un beso.

***
El timbre de inicio a clases avisó y poco a poco los estudiantes comenzaban a despejar el campus. A unos metros de distancia, Tasha e Inna ayudaban a una todavía y muy confundida Yulia a ponerse de pie. La pareja de novias se mantenían en silencio, sin saber que decir. Con Elena nada estaba escrito, nunca se sabía su forma de actuar hacia alguien y ahora la chica que acaban de conocer había sido su víctima no tan "víctima". Después de todo, recibir un beso de Elena no era algo tan malo para lo que le habían visto hacer antes.

—Yulia... creo que deberías ir a los baños a limpiarte la boca, tienes el labial de Elena regado en tu barbilla y en los alrededores— Tasha le señaló —Yo acompañaré a Inna a su bloque ¿Nos vemos ahí? Le preguntó insegura.

Yulia asintió lentamente, dio una sonrisa sin ganas a Inna como despedida y caminó en dirección a los baños con la cabeza gacha. Aún tenía la mirada de muchos estudiantes encima y no quería que notaran el rubor que quemaba toda su cara. Logró entrar rápidamente a los baños y de inmediato soltó un profundo suspiro  y se apoyó en la encimera de los lavamanos cuando vio su imagen en los espejos. Genial, pensó. Primer día en la Universidad de Moscú y ya quería largarse del lugar tan pronto como fuera posible. Negó con la cabeza, decidiendo dejar su desgracia a un lado y abrió un grifo para comenzar a lavar su boca.

De pronto, Masha apareció en el espejo, rompiendo el momento y tomando a Yulia por los hombros.

—¡¿Elena te besó?! ¡¿Te besaste con ella?!—  Le gritó, una gran sonrisa había en su cara.

Yulia se sacudió asustada —¿Masha?

Masha enarcó una ceja —Oye, ¿qué te pasa? Sí, soy yo.

—Lo siento, Masha es que...

Mis Ojos Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora