El terror y el nerviosismo que invadían a Masha en aquel instante no se comparaban a ningún otro sentimiento o vivencia de su pasado. Tanto era el shock por la situación que ni siquiera podía reaccionar o moverse de su lugar. En sus adentros quería convencerse de que aquellos sonidos provenientes de sus amigas no eran lo que se imaginaba pero parecía demasiado obvio. ¡Estaba segura de que lo escuchaba eran los labios de ambas chicas chocándose! Rápidamente, sacó su mano debajo de la manta y la llevó hacia el switch de su lámpara dispuesta a descubrir lo que pasaba al lado de su cama pero estaba temblando tanto que su cálculo no fue el correcto y la tumbó al suelo. El bullicio del choque hizo que Elena a la velocidad de un rayo dejara la boca de Yulia y se volteara a la misma posición que tenía antes.
Masha se sentó asustada y antes de que pudiera salir de la cama, la puerta de su habitación se abrió y todo su alrededor se iluminó. Su mirada se deslizó a la entrada y su papá estaba allí con la mano puesta en el switch de la luz principal y mirándola con una ceja enarcada.
—¿Qué pasó?— Preguntó él, mirándola extraño. Masha no respondió y en vez se dio la vuelta para mirar a las chicas, Yulia se había acostado de lado, respiraba con calma, se notaba que estaba dormida, y Elena... Masha se sintió perdida cuando la vio dándole la espalda, arropada de pies a cabeza... ¿Era eso posible? ¿Y entonces lo que había escuchado hace unos segundos? ¿Fue su imaginación? ¡No era cierto! ¡Qué diablos! —Hija, ¿qué te pasa? ¿Tuviste una pesadilla? ¿Por qué tu lámpara está en el suelo? ¿Qué estabas haciendo?— Su padre le preguntó nuevamente.
—Ahh, paaa... Es que... me levanté un poco confundida porque... Yo, yo... escuché algo pero al parecer no era lo que pensaba — Masha trataba de explicarle, moviendo las manos hacía todos lados. Y por la cara que hacía su padre nada le era claro.
—Está bien, amor....Detente, ya entendí, no te preocupes. Solo vine para que supieras que ya estaba en casa — Le dijo él y recogió la lámpara para devolverla a su lugar —Mejor conversamos mañana para que tus amigas no se despierten. Vuelve a la cama. Te quiero— Besó su frente, la arropó de nuevo y salió de la habitación después de apagar las luces.
Los ojos de Masha quedaron abiertos de par en par, sus manos agarraban la cobija con mucha fuerza a la altura de su pecho. No podría haberse equivocado, lo que había escuchado era claro. Pero luego las chicas estaban cada una en su lugar. ¿Lo había soñado? ¿Era el sonido de la lluvia? ¿Yulia haciendo sonidos con su boca mientras dormía? No.... Pero bueno si... solo fueron sonidos, ella no había visto nada para corroborarlo. Masha dejó que una avalancha de opciones y dudas la inundaran por completo; mientras que al otro lado de la cama... el corazón de Elena no paraba de latir a mil por hora... Eso había sido arriesgado.
Al día siguiente, Yulia despertaba con el típico dolor de cabeza que provocaba una intensa noche de copas. La luz del sol era brillante y golpeaba con fuerza en todo su alrededor. Ella solo atinaba a cubrirse el rostro con las manos para no prolongar su sufrimiento. Lentamente se sentó, abrió los ojos completamente mientras se estiraba y se quedó paralizada cuando vio que nada a su alrededor le era conocido. Aquella habitación era extraña, solía ir con Masha pero nunca entrar a su habitación. Al ver que estaba acostada en una cama que no era la suya, rápidamente se miró de pies a cabeza y se encontró arropada con una sábana de color blanco que emanaba un delicioso olor y brillaba de limpieza. Yulia no recordaba como demonios había llegado allí, ni una vez más de quien era el lugar... pero no parecía tan malo.
Su mirada se desvió a las cuatro paredes de la habitación, notando que todo se encontraba en perfecto orden, excepto, por algunas prendas que se encontraban sobre un sofá. Yulia observó con cuidado, y sus ojos se abrieron como platos cuando notó que entre aquella ropa estaban su camisa y su pantalón, acompañados de unas bragas y un sujetador que no eran suyos. De inmediato levantó la sabana para mirarse, pensando que estaría desnuda pero para su suerte no era de esa manera, aún así, se horrorizó un poco al verse vestida con algo que no era suyo. Alguien la había desvestido para ponerle lo que le llevaba. Diablos ¿Acaso había pasado la noche con alguien?
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Mis Ojos Sobre Ti
RomanceEl nerviosismo mezclado con miles de sensaciones que sentía en ese momento hacía que su corazón golpeara enloquecido. Sintió como los dedos de la pelirroja ladeaban de izquierda a derecha su rostro estudiándolo. De pronto una sonrisa traviesa se dib...