MARTES 8:00PM
CASA DE LOS SARANTSEV— Dime cuál de estos vas a querer. Aquí tengo negro... — Masha se puso frente al tocador de su habitación y empezó a nombrar en voz alta cada color de esmalte que tenía sobre la repisa.— verde, anaranjado, rojo, rojo sangre, azul claro, blanco, morado...
Elena estaba sobre la cama escuchando con mucho cuidado y a la vez pensando detenidamente que tono elegir para esta vez.
Entre color y color, Masha nombró el rosa y como era de esperarse a Elena se le dibujó una sonrisa en el rostro —¡Ese! — Exclamó con emoción y acomodó sus pies sobre el colchón de forma que Masha pudiera trabajar en ellos.
La chica castaña rodó los ojos al escuchar la elección de su mejor amiga, pero no protestó. Tomó el esmalte junto a los demás implementos y se subió al colchón haciéndose frente a ella. Lo primero que hizo fue tenderle una toalla bajo los pies para proteger sus sabanas y enseguida empezó a hacerle una limpieza en las uñas como era debido.
De pronto notó que su mejor amiga estaba más radiante de lo normal y no sé quedó con las ganas de preguntárselo —¿Qué te tiene tan feliz, eh? No te veía así desde hace años...Vamos, suéltalo todo para mí — le dijo divertida.
Elena dejó salir una de sus típicas risitas acompañada de unos cuantos aplausos. Era obvio que no podía ocultar la dicha. Suspiró aliviada — Te digo la verdad Masha, no sé la razón principal de porqué estoy así...Simplemente me siento feliz — Se encogió de hombros — Hace mucho tiempo que no sentía tanta paz en mi vida, es como... — Cerró los ojos, tomó aire.— Volver a renacer...— susurró dejando salir todo.
Masha desvió su atención de la pedicura para observarle al rostro. Fue inevitable que sus labios se levantaran de las esquinas al ver los resplandecientes gestos de su amiga. El cambio en ella era monumental.
Asintió suavemente — No sabes cómo me alegra verte así y lo digo con honestidad ¿ok? — aclaró de inmediato.
Elena rió.
Prosiguió — Si Lena, a pesar de que conmigo siempre te mostraste como realmente eras...Yo no estaba segura de que la pasaras muy bien. Pero ahora es diferente. Definitivamente ha sido un giro para ti.
—Lo sé amiga, lo sé...— Elena susurró y de pronto se dejó caer sobre la cama sin borrar la sonrisa de sus labios. Yulia, Yulia y Yulia, su mente empezó a volar con la imagen de ella. Y si, ella era su respuesta. Esa dicha que sentía no hubiese sido posible sin la chica de St. Petersburgo. Ella había llegado para volcar su mundo.
De repente, un silencio muy peculiar se hizo en la habitación. Sin embargo, no duró mucho porque Elena lo cortó con una confesión — Amo a Volkova...— dijo en voz alta y con la mirada fija en el techo.
Masha de inmediato enarcó una ceja pero luego se cubrió la boca y empezó a reír.
Elena, al oír la risa de su amiga, convirtió su rostro en una mueca debido a que se había sonrojado al límite. También se cubrió la cara con sus dos manos y negó repetidas veces. La amaba. Lo aceptaba. No era solo un gusto. Realmente amaba a Yulia Volkova.
Masha aclaró su garganta para calmarse. Volvió su atención a la pedicura pero sin dejar la sonrisa en su rostro. La vibra allí era tan buena. Era genial.
— Y dime ¿te verás más tarde con ella?
Elena negó mientras decía que no. Su rostro se mostró decepcionado — Yo quería, pero no se pudo. Me dijo que tenía muchos trabajos pendientes.
—Uuummmm que mal...pero si el deber llama, debes responder.
—Lo sé Masha, pero bueno, al menos pudimos disfrutar de toda la tarde juntas — Elena volvió a sentarse para echar un vistazo a lo que su amiga le hacía en las uñas. Era muy buena con la pedicura.
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Mis Ojos Sobre Ti
RomanceEl nerviosismo mezclado con miles de sensaciones que sentía en ese momento hacía que su corazón golpeara enloquecido. Sintió como los dedos de la pelirroja ladeaban de izquierda a derecha su rostro estudiándolo. De pronto una sonrisa traviesa se dib...