Capítulo 31

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6:00PM

— ¡Hey!¡Espera! — Yulia gritó cruzándose frente al auto de Elena el cual estaba a punto de arrancar. El parqueadero de la Universidad se encontraba casi vacío, de manera que su encuentro no presentaba un peligro para ambas.

Elena al verle, suspiró intranquila, pero al mismo tiempo se dio unos segundos para intentar relajarse, apagó el auto y bajó el cristal blindado de su ventana. Yulia de inmediato se acercó y se inclinó para mirarle. Elena seguía con su rostro al frente —¿Qué pasa preciosa? ¿Por qué te pones tan dramática por esto? — dijo mostrándole la invitación a comer de Inessa.

Elena deslizó sus ojos al papel y enseguida estrelló su cabeza contra el volante pareciendo derrotada. Gimió y de pronto comenzó a negar.

Yulia frunció el ceño, de inmediato le detuvo. Abrió la puerta del auto y empezó a meterse en él, la chica tuvo que correrse al asiento del copiloto.

Ambas quedaron dentro, Yulia mirándole con preocupación ya que la chica parecía a punto de quebrarse a llorar — ¿Qué es lo que pasa mi amor? No me hagas esto...— Le susurró con cariño y la atrajo hacia su pecho abrazándole confortantemente. Subió la ventana de nuevo para mantener la privacidad.

Elena negó contra su pecho. Se encontraba en un momento muy difícil — Yul...Estoy aterrada por esa cena. Tú no sabes como es mi mamá. Tengo miedo de que arruine todo con lo que diga, tengo miedo de lo que pensarán tus padres y tengo mucho más miedo de lo que vas a pensar tú. ¡Mierda! — Exclamó con rabia manoteando el volante.

Yulia buscó sus ojos verdes y notó en ellos que la intranquilidad por aquella cena era jodidamente real.

Elena siguió con sus quejas —Te lo juro, apenas le oigas hablar no vas a querer estar conmigo. Pensarás: Mierda, la familia de esta mujer es repugnante. Es asquerosa.

—¿Qué?— se sorprendió — ¡Oh, vamos! ¡Eso no pasará por favor! Deja de matarte la cabeza. La cena será solo eso, una cena. Nada malo va a pasar. Nada malo va a pasarnos. Ya deja la negatividad — Trató de calmarle besando su frente.

Ambas dejaron que un pequeño silencio las abrazara, sin embargo, no duró mucho, Yulia lo cortó. Un temita le estaba matando la cabeza y quería saberlo —Amor, puedo preguntarte algo?

Elena asintió sin pensarlo.

— Hay algo que no me queda claro, porque mi hermano no debe faltar a esa cena ¿Acaso me he perdido de algo?

Al oír aquello, Elena pegó un gemido lleno de frustración. Odiaba el hecho de tener que tocar ese tema. Suspiró de nuevo — Iba a contártelo antes pero con todo lo que pasó estos días se me había olvidado.

—Dímelo — Yulia insistió llena de curiosidad.

La chica dudó, pero lo soltó — Mi mamá quiere conocer a tu hermano porque...porque piensa que él sería un gran partido para mí — Susurró insegura.

Yulia abrió los ojos como platos, su rostro se arrugó al límite —¡Qué diablos!— dijo incrédula. No daba crédito a lo que acababa de escuchar — ¿Qué has dicho?

Elena se asustó de su reacción, por eso empezó a explicarle — El día que te conoció me empezó a preguntar más sobre ti y sobre tu familia. Inocentemente nombré que tenías un hermano mayor y ahora ella cree que él es el amor de mi vida. Anoche, cuando Masha me dejó en la mansión empezó a interrogarme sobre lo que habíamos hecho en tu casa y de pronto dedujo que me encantaba estar en ese lugar porque había alguien que me atraía, y por supuesto solo pensó en él — El rostro de Elena se arrugó —Y por eso quiere conocerlo...

—Oh...Waoo. Es grandioso. Lo que acabas de decirme es jodidamente grande...Una belleza. ¿Lo sabes verdad?— se vio molesta.

Elena simplemente se encogió de hombros. No sabía que más hacer —Yo...no pude ingeniarme nada. Se me salió de las manos. Y es que cuando a mi mamá se le mete algo a la cabeza nadie se lo saca.

Mis Ojos Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora