Capitulo 7

42 6 0
                                    

—Yul... ¿Qué te dijo, mamá?— Lenin entró a la habitación de su hermana y se acostó en el lado vacío de la cama.

Hace unos minutos había visto como su madre y ella se encerraban en la cocina para hablar de la pequeña escena del Jardín y la curiosidad no le dejaba en paz. Tenía que saberlo. Se acomodó en la almohada, esperó unos segundos por la respuesta, pero Yulia no le contestó, parecía ida mientras jugaba y le daba vueltas al control de la TV.

—¡Hey! ¡Te estoy hablando!— Le dijo, esta vez, quitándole la distracción de sus manos.

Ella le miró —Ya te escuché, tonto— Dijo sonriendo, luego suspiró —Y durante la hora que estuvimos encerradas me dio una cátedra sobre la lealtad y el respeto en una relación. Como si yo no supiese eso ya.

—Mamá, siempre tan exagerada— Lenin negó con la cabeza.

—En realidad cree que yo estoy engañando a Miroslava con esa chica. ¿Puedes creerlo? Me dijo que ya lo sospechaba desde que me vio la mordedura en los labios y que hoy lo reiteró. ¿Y sabes qué más? Que si quería empezar algo serio con Elena, primero fuera correcta y dejara las cosas claras con mi novia. ¡Ja!— Yulia soltó una risotada mientras se sentaba y golpeaba el colchón. El solo recordar su propio rostro cuando su madre le decía eso era muy gracioso. Lenin también reía.

—Oye, yo también lo hubiera creído. Sobre todo porque desde el ángulo en que estábamos parecía que tú y ella se estaban besando. Además, ella parecía un oso koala en tu cuello y tú también la abrazabas.

—No la estaba abrazando— Yulia aclaró —La chica se ahogaba y solo le ayudaba con unos golpecitos en su espalda. Es todo. No tendría por qué hacer eso, ni mucho menos besarla.

—¿Estás segura?— Lenin preguntó pícaro  —Si yo la hubiera tenido así como tú estabas con ella, no la habría dejado salir viva de esa piscina. Esa mujer es hermosa, una tentación.

—Pues si, es hermosa. Eso ningún mortal lo puede negar— Estuvo de acuerdo —Pero si por alguna razón yo le hubiese hecho algo indebido ya estarían velándome en este momento. Ya te he dicho que la mujer es homofóbica a morir y me hubiera ahogado en el acto.

—La madre de mis hijos no puede ser de mente cerrada. Katina queda abortada de mi lista por completo.

—¡¿Qué?!— Yulia se sorprendió —¿Estabas pensando en hacer a Katina mi cuñada?

—Solo bromeo— Lenin rió —No me gustan las chicas que van por ahí de hombre en hombre y Katina parece serlo. Jamás estaría con alguien así, por más buena que esté. Aunque aguantaría pasar una linda noche con ella.

—Eres asqueroso— Yulia le palmeó el hombro mientras reía y se dejó caer nuevamente en la cama sin dejar de mirarle.

—¿Tú no lo harías? ¿Si Katina te ofreciera una divertida y sexosa noche la aceptarías?

—Por supuesto que no, Lenin ¿Qué son esas preguntas?— Yulia respondió sin pensarlo y nuevamente le cogió a golpes mientras él se burlaba. Siempre que hablaban de sexo, tenía la misma reacción. Era incomodo

—¡Vamos, Yulis! ¿Vas a decirme que no te gustaría? ¿De verdad?— Él siguió molestando.

—Oye, no lo sé— Yulia se quejó —¿Por qué lo haría con Katina o alguna otra mujer si tengo una novia para eso?

—Olvídate de tu novia y respóndeme— Lenin insistió.

—Ehmm... no sé, probablemente si, después de una borrachera seguro que lo haría, sobria jamás.

—¿Entonces fue un 'SI'?— Lenin preguntó, soltando una carcajada. Yulia negaba divertida mientras lo miraba. Su hermano siempre era el que disfrutaba cuando se trataba de estos temas.

Mis Ojos Sobre TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora