Capitulo 9

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Hace casi una semana del concierto. Y aquella noche vuelve una y otra vez a la mente de Denna. ¡Qué bien se lo pasó!

—Tengo novio —dice Violeta de pronto.

—¡¿Que?!

Denna mira fijamente a su amiga

—¡Por fin, tía! Joder, llevo un rato hablándote y pasabas de mí —se queja Violeta—. Necesitaba decir algo con lo que captar tu atención.

—Entonces no es verdad, ¿no?

—Reina, antes me hago monja —responde haciéndola reír.

Las chicas se apresuraran a entrar en clase, el profesor está apunto de llegar.
Denna deja sus cosas encima de la mesa.
Violeta se fija entonces en algo.

—¿Y esto? —pregunta cogiendo un folleto que asoma de su carpeta.

Denna echa un ojo a lo que se refiere.

—Me lo ha dado mi hermano esta mañana. Creo que ha dicho algo de unas clases gratuitas de no sé qué y de un profesor que me iba a gustar.

—Veo que no soy a la única que no haces ni caso cuando te habla —refunfuña Violeta.

—Perdónnnnn —se excusa Denna—. Es que esta noche me he despertado mil veces, no había manera de dormir del tirón.

Violeta ojea el papel detenidamente.
Saca su móvil y abre la aplicación del calendario.

—En el folleto pone que son unas clases mixtas y gratuitas de defensa personal. Y este sábado hay una..., ¿te apetece ir?

Denna mira su amiga.

—¿Lo estás diciendo en serio? —pregunta nada convencida.

—¡Claro! Nunca está demás saber defenderse. Y ¿tienes algún otro plan para el sábado por la mañana?

Denna se detiene a pensar durante unos segundos.
Violeta ve la agenda de la rubia en la mesa y la coge. La abre y mira cómo tiene el sábado.

—No, no lo tienes. Si lo tuvieras, te acordarías. Mira que te conozco de hace poco, Denna, pero sé lo suficiente de ti como para adivinar que eres de las que lo anotan todo en la agenda. Y aquí veo el sábado completamente vacío.

Ambas se miran sabiendo que es verdad.

—¿Te apuntas, pues?

Denna no consigue hallar ninguna excusa convincente y se da por vencida.

—Venga, vale. Pero lo hago por ti.

Violeta sonríe tras conseguir lo que quería.

—En el folleto dice que hay que mandar un e-mail a un tal Martin para inscribirnos.

El profesor entra entonces en el aula y cierra la puerta.

—Yo me encargo —susurra la pelirroja.

                                              ...

Son las 11:16 horas de la mañana del sábado.

Denna ya ha llegado a la dirección que se indicaba en el folleto. Ha quedado allí con Violeta sobre y veinte. La clase empieza a y media.
Minutos después aparece su amiga corriendo.

—Perdona, el metro iba con retraso —dice sofocada al llegar junto a su amiga—. ¿Esto contará como calentamiento?

Ambas ríen y, al ver que otras mujeres entran en la academia, ellas hacen lo mismo.

—Buenos días —saluda Martin una a una a todas las personas que entran.

Las chicas lo saludan también y se ponen al fondo de la sala.
Echan un vistazo a las personas que asistirán a la clase con ellas. Todos son mujeres, excepto un chaval, que, por lo que perciben, ha venido con su madre y su hermana.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora