Capitulo 2

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𝒁𝒂𝒓𝒂𝒈𝒐𝒛𝒂, 𝟗 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝟐𝟎𝟐𝟑

—¿Te ha gustado la sorpresa, Gordi? —pregunta Vicent tras sentarse en el coche.

Denna lo mira con una sonrisa mientras en su cabeza da 1000 vueltas a que contestar. Por un lado había sido un detallazo que la invitase a cenar por su cumpleaños. Pero, por otro, podría habérselo currado un poco más, y no simplemente invitarla al McDonald's que le pilla más cerca de su casa.

—¡Claro! Me ha encantado, Gordi —decide responder con cierto retintín.

Siempre ha odiado que su novio use la apelativo "Gordi" o "Gorda", para referirse a ella de manera cariñosa. Para Denna no tiene nada de cariñoso.
Pero, por mucho que se lo diga, él acaba haciendo lo que quiere. Como siempre.

—Pues vamos a casa y, si están estos allí, vemos una peli o algo, ¿no?

Las chica simplemente asiente.

"¡𝑄𝑢𝑒́ 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑡𝑎𝑛 𝑟𝑜𝑚𝑎́𝑛𝑡𝑖𝑐𝑎!", piensa.

Con lo de "estos", sabe perfectamente a quienes se refiere. Vicent comparte piso con Manu, su amigo de la infancia, y con Dani y Julen, dos chicos, a los que conoció en la pizzería en la que lleva trabajando unos meses como repartidor.

A Denna, pasar la noche de su cumpleaños, viendo una película que ni siquiera le dejarán elegir le parece una mierda de plan. Pero tampoco quiere herir los sentimientos de su novio.
El arranca el motor, pone la radio, enciende un cigarro.

—Te he dicho 1000 veces que no me gusta que fumes en mi coche...

—Bah, tranqui. Bajo la ventanilla —responde Vicent apretando el botón para que esta baje.

Resignada, y sin ganas de discutir, y menos el día de su cumpleaños, Denna baja la mirada y sus ojos se encuentran con la de la pequeña perra que lleva sentada encima de las piernas. Y no puede evitar sonreír.
𝐶𝑜𝑟𝑎 es una teckel de unos ocho kilos, color marrón oscuro, con pelos cortos y largos desperdigados por todo el cuerpo.

La perrita fue un regalo que le hizo Manu a Vicent hace tres años por su cumpleaños. Él aceptó encantado, pero, tal y como lo avisó Denna en aquel momento, un perro conlleva, muchas responsabilidades y gastos.
Los primeros días a Vincent le hacía gracia a la perra, jugaba con ella, le compró una camita, él pienso de cachorro y algún juguete. Pero el día que la llevó al veterinario y fue consciente del precio de las vacunas que está necesitaba, ya no le hizo tanta gracia.

A las dos semanas, Vicent ya estaba harto de limpiar, pises, de encontrar calcetines rotos por todos lados, de sacarla a la calle, cada dos por tres, y de escuchar a su novia, recordarle constantemente que debía ponerle las vacunas y hacerse cargo de la que ahora era su mascota. entonces llegó el día en que, en una de sus múltiples discusiones, Vicent le dijo a su novia que, si tanto le preocupaba la perra, se la quedase. Y eso hizo.
Llevó a la pequeña 𝐶𝑜𝑟𝑎 al veterinario, le puso todas y cada una de las vacunas que necesitaba y le colocó el microchip con sus datos en él.

Antes de que la chica se dé cuenta, el coche me ignora la marcha. Han llegado a casa de su novio.
Aparcan y suben al tercer piso. Al llegar frente a la puerta, hoy en música alta y ruido dentro. Tampoco le resulta raro: en esa casa el silencio es algo que no conocen.
Vicent mete la llave en la cerradura y abre la puerta.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora