Capítulo 8

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Denna sale de la boca del metro y camina hacia la sala La Riviera.
Aún no sabe por qué ha aceptado.
Pero lo ha hecho.

A medida que se acerca, ve una larga fila de personas que esperan para entrar al recinto.
Mira el móvil, pero no tiene ningún mensaje de Álex.
De repente oye una voz masculina gritar:

—¡¡Denna!!

Lo busca con la mirada y consigue encontrarlo unos metros más atrás, en la fila.
Rápidamente lo saluda con la mano y se acerca.

—¿Llevas mucho aquí? —pregunta tras darle dos besos.

—Una horita o así.

Álex se echa ligeramente hacia un lado para que ella se una a la fila sin problema.

—Al final has decidido a venir —comenta él.

—Sí, aquí estoy. Ayer decidí hacerte caso, puse su música mientras hacía otras cosas en casa y me gustó. Así que llevo desde ayer escuchándolo en bucle para intentar, al menos, poder cantar algún estribillo —dice mirándolo—. Podríamos decir, que es como ponerme a estudiar el día de antes del examen.

Álex sonríe, lo alegra que la chica esté ahí con él.

—La diferencia es que aquí, solo con haberte decidido a venir, ya has aprobado.

La fila empieza a moverse y ambos avanzan.

—¡Ya queda menos! —exclama Álex entusiasmado.

—No es la primera vez que lo ves en directo, ¿no? —se interesa ella viendo su alegría.

—Qué va, lo he visto ya varias veces —comenta—. Me encanta la sensación que te da ir a un concierto. Para mí, no importa las veces que haya visto o no al artista en directo. Intento ir siempre que puedo, porque sé que serán un par de horas de desahogo y felicidad irrepetibles.

Avanzan unos metros más.

—¿Quién es tu cantante favorito? —se interesa él.

—Me encanta Melendi.

—¿Y te cansarías de ir a sus conciertos? —Ella niega con la cabeza—. Pues a eso era lo que me refería.

Siguen avanzando hasta llegar a una mujer que les pide las entradas.
Álex se las da y esta los deja pasar a la sala.
Entran y Denna mira su alrededor sin parar. Nunca ha estado en ese sitio.

—Ven, vamos.

Él la coge de la mano y corren escaleras arriba.
Llegan a la planta superior y se apoyan en la barandilla, lo más cerca posible del escenario.

—Mejor verlo desde aquí, estaremos menos agobiados— dice Álex señalando la pista, que se llena rápidamente de gente.

Luego saca el móvil y hace un par de fotos.

—Hay que inmortalizar el momento —ríe.

Denna aprovecha para inspeccionar mejor el lugar.
Es una sala bastante grande, con un bar en el centro de la pista que simula ser una isla, con palmeras y todo.

—¿Una foto? —pregunta Álex.

Ella se gira y ambos se hacen un par de selfis.

—Luego te las paso —dice él, y guardándose el móvil, añade—: Voy a por una cerveza, ¿quieres algo?

—No, gracias.

Álex desaparece entre la gente.

"¿𝐻𝑒 𝑒𝑐𝘩𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑣𝑖𝑛𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜?", duda Denna una vez sola.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora