Capitulo 20

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Denna mete la llave en la cerradura y abre la puerta.
Entra al piso y cierra a su espalda.

𝐶𝑜𝑟𝑎 no tarda ni dos segundos en aparecer para saludarla.

"Juanjo estará en el gimnasio, como cada día", piensa.

Pasa por la cocina y se pone un vaso de agua. Una vez vacío, lo deja en el fregadero y se va a su habitación.
Ya en ella, cuelga el bolso detrás de la puerta y deja las bolsas con las cosas que ha comprado encima encima de la cama.

Cuando va a cambiarse de calzado para salir a dar un paseo, oye algo.
Se queda en silencio y se da cuenta de que proviene de la habitación de Juanjo.
Camina lentamente y, al entrar, distingue una música.

"Viene del baño", se dice.

Se asoma con cuidado y ve a Juanjo metido en la bañera

—¿Tú escuchando música bohemia? —dice asustándolo—. ¿Acaso estás enfermo?

Juanjo gira la cabeza y la mira.

—La vida a veces te sorprende —responde, y viendo a la perrita añade—: Y puedes estar tranquila, que 𝐶𝑜𝑟𝑎 ya ha salido a pasear.

El chico alarga el brazo y coge el móvil, momento en el que Denna se da cuenta de que su hermano lleva ropa puesta.

"¿Está metido en la bañera vestido?"

Juanjo detiene la canción.
Su hermana entra en el baño y, al acercarse, confirma que la bañera está vacía.

—¿Que haces ahí metido?

—Pensar.

Denna lo medita unos segundos. No sabe si quedarse con su hermano o si Juanjo preferirá estar solo.
Finalmente decide meterse en la bañera con él.

—Voy a probar yo también —dice ella.

Él la mira con una sonrisa en los labios y no dice nada.
Denna se sienta frente a él en la bañera, encogiendo las piernas.
Los dos se quedan callados.
La chica no entiende la situación y no sabe qué decirle.

—¿Sabes por qué me empeñé en que el piso tuviera una bañera? —dice él de repente.

Ella niega con la cabeza.

—Porque era mi refugio cuando era pequeño. Y sigue siendo el sitio al que acudo cuando estoy agobiado.

La mira y se da cuenta de que su hermana no entiende nada, lo nota por su ceño fruncido.
Denna no consigue descifrar lo que quiere decir.

—¿A qué te refieres?

—Cuando vivía con papá y mamá, todo tenía que ser como ellos querían. La casa no era muy grande, y tú y yo compartíamos habitación. Y me costaba un montón encontrar momentos para mí —explica—. Así que un día le dije a mamá que me iba a dar un baño, y fue la primera vez que tuve cerca de una hora de intimidad.

Denna mira a su hermano con lástima. No tenía ni idea de todo eso.

—Así que empecé a meterme en el baño siempre que podía. A veces me bañaba, y otras simplemente me sentaba en la bañera, sin agua ni nada, solo para disfrutar de mi soledad. Era la única manera de estar solo. De poder dejar de fingir ser la persona que ellos querían que fuera, al menos por un rato.

—Sabes que podías hablar de todo conmigo, Juanjo.

—Si, pero entiende que desde que empecé a planteármelo hasta que me atreví a hablar del tema contigo pasó tiempo.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora