Capítulo 6

192 11 1
                                    

Al día siguiente. Denna llega a clase y busca rápidamente con la mirada a Violeta.
La ve mirando por la ventana y se acerca.

—Hola.

La chica da un brinco en el sitio y se gira.

—¡Qué susto me has dado! Casi salto por la ventana y todo.

Su comentario hace que las dos se rían.

—Perdona..., es que estoy algo nerviosa hoy.

—¿Qué te pasa? —se interesa Violeta.

Ambas caminan hacia su sitio.
Una vez que se sientan, Denna mira a los lados para cerciorarse de que no hay nadie cerca.

—A ver... Anoche me llego un mensaje de Alex en el que me invitaba mañana a ir a un concierto con él.

Violeta mira a la rubia muy atenta.

—¿Y qué tiene de malo? —pregunta.

—Que no lo conozco de nada, tía.

—Por favor, que tensión. Pensaba que te pasaba algo súper grave —responde—. Si lo que necesitas son referencias de Alex, yo puedo decirte que lo conozco desde que empecé la carrera y, mira, hoy en día seguimos siendo amigos.

Denna la mira en silencio.

—Es de los chicos más simpáticos que he conocido. Además, es muy buena persona. Es que míralo...

Ella se gira y ambas saludan con la mano a Lucas y a Alex mientras entran en el aula.
Los chicos vuelven a sentarse en el mismo sitio de siempre.

—No le dirás que no tiene cara de ser de los que ayudan a las ancianas y ancianos a cruzar la calle... —dice mirando de nuevo a Denna.

—Sí, si no te digo que no. Pero es que lo he conocido esta semana.

Violeta no entiende dónde está el problema.

—¿Le respondiste al mensaje? —se interesa.

—Le di las gracias por la invitación, pero le dije que tenía que pensarlo.

Violeta saca su botella de la mochila, y, antes de beber agua, dice:

—¿De quien es el concierto?

—De Dani Fernández, es en la Riviera.

—Ah, es verdad. Algo me comentó —admite—. ¿Te ha dicho que uno de sus cantantes favoritos?

Denna niega con la cabeza

—Yo lo acompañé en mayo a un concierto que dio en la discoteca Joy Eslava y, si te soy sincera, a pesar de no conocerlo, me lo pasé muy bien.

En ese momento entra la profesora en clase.

—Seguimos hablando luego —dice Violeta bajando la voz y sacando su ordenador de la mochila.

...

Un par de horas después, las dos chicas deciden aprovechar los minutos de descanso que tienen para ir a las máquinas expendedoras.

—Me voy a pillar unas oreos. ¿Quieres algo? —pregunta Violeta metiendo un par de monedas en la máquina.

—No, gracias.

—Venga, te invito. ¿Acaso no sabes que las mejores decisiones se toman mientras comes chocolate?

Denna la mira con el ceño fruncido.
Ya no sabe si habla en serio o no.
Como cuando le dijo lo de los tres meses para superar una ruptura...

—Te podría decir que es un estudio de la universidad de Oxford, pero simplemente es algo que hago yo cuando tengo que tomar una decisión —explica la chica.

𝑇𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora