Capítulo 14; We were in paris

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Evie

No esperaba mucho más de lo normal, solo quería ser recordada, en las flores, en las estrellas, en el mar y en los sueños, moriría por ser recordada, perseguiría a mis cazadores y entregaría mis alas solo si eso me garantiza un final bonito. 

Un final que sea eterno y no se vaya con la promesa de otra vida, yo las quería todas. 

Sentada aquí frente a un Max consternado y sin mucho para decir, era raro que quisiera reírme en una situación como esta. 

-Fue una gran semana, una gran navidad y año nuevo... El mejor de la década- no me pude contener más, solté una carcajada envolviendo mi cuerpo desnudo en las cobijas. El hombre solo me miraba confundido con las cejas levantadas. 

-Fuiste una linda experiencia, Max- le dije acomodándome en la cama, su cama, de su habitación que sería vaciada en unos minutos. 

-Tu...- lo vi mover sus manos con nerviosismo, algo está diferente con él este día, tomará un vuelo en dos horas y está definitivamente diferente al Max de esta semana 

-Max, no llegues tarde- puse mi mano sobre su mejilla con delicadeza, era difícil, yo lo sé, es como despedirte de tus amigas después de pasar todo un fin de semana juntas 

-¿Dormirás bien?- asentí con una pequeña sonrisa. 

-¿Me recordarás?- le pregunté con una sonrisa, parecíamos un par de tontos.

-Lo hice por dos años, tu recuerdame a mi ¿Quieres?- me reí mientras el rodaba los ojos con burla.

Me acerqué a sus labios para dejar un beso sobre ellos, fue corto pero algo intenso.

-Por si no nos volvemos a ver- le di un par de golpecitos en el hombro- Ya vete, Max.

-Vendrán a limpiar la habitación a las ocho- me dijo levantándose del borde de la cama para tomar su bolso y engancharlo a su espalda, no pude evitar notar el llavero de capibara colgando de este- ¿Segura que no quieres que siga pagando por ella? Aquí duermes.

-Max, vete por favor- me llegaban a poner nerviosa sus atenciones a cierto punto, me daban vértigo porqué luego invadirán mi cabeza por un largo tiempo.

-Si, adiós Evie- fue lo único que dijo antes de salir de la habitación. Cerró la puerta detrás de él y me quedé en mi misma posición por un rato.

Acomodé mi cabello y lo eché hacía atrás, me pasé las manos por el rostro antes de levantarme y caminar hasta el baño.

Me miré en el espejo durante unos segundos, mi piel necesitaba un poco de Los Angeles.

Abrí la llave de la regadera y me metí una vez que consideré que ya estuviera lo suficientemente caliente, todo estaba en silencio, era raro porque había procurado mantener todo ruidoso durante la última semana.

Ahora el único sonido era el de las gotas cayendo sobre la baldosa.

Tomé un poco de shampoo y lavé mi cabello finalmente, no había tenido la valentía de meter mi cabeza bajo el agua con tanto frío durante estos días.

Pero de repente me haye frente al festejo con un rostro como el de una chica europea que pasa sus vacaciones skiando.

Lo siento, prefiero mis vacaciones en un bikini bajo el sol de cuarenta grados que ofrece mi ciudad.

Cerré la llave y salí del baño envuelta en una toalla de pies a cabeza, encontré mi ropa tirada en el suelo y me la puse de inmediato.

Dejé mi cabello secar al natural aunque significara que se sacaría tres días después, pero no importa porqué estoy muy cansada como para tomar el secador.

Eternal Sunshine|MV01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora