Somos instantes, pequeños residuos de algo que explota a miles de años luz. Una estrella, así es como él solía llamarme, una estrella torturada.
Lo era al igual que él, estrellas torturadas obligadas a convertirse en un eterno resplandor.
Nosotros...
He trabajo en esto desde hace más de un año, para mi suerte, dudosamente buena, la vida no terminó cuando creí que así sería. Tuve un día más para ver la luz, para ver cierto resplandor tan azul como el océano.
Me fragmenté, y cuando tuve la oportunidad fui yo misma quien rearmó las piezas, no dudaré que tuve ayuda, la tuve, claro que si.
Durante todo este tiempo empecé a verlo todo a blanco y negro, en un estado de inconsciencia y soledad.
Pero luego todo cambió de color, lo vi a través de ojos melancólicos y suaves, ojos azules y colores violetas.
Para darle sentido me tomé un momento para meditarlo y dividir todo este tiempo en dos etapas, la primera de ellas es la antología.
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Antología; Una colección de fragmentos selectos de un relato con relevancia alguna.
Donde inicia el relato es en el corazón del invierno, donde todo se congela y pierde color, donde cualquiera puede perderse por error.
Side A; Track 1. You 're losing me.
Me mordía las uñas mientras lo veía caminar de un lado a otro, estaba sentada con mis piernas cruzadas sobre la cama deseando estar en otro lugar.
La oscuridad completa de la habitación estaba por tragarme, había perdido todo rastro de valentía en el momento en que me desarmó por completo.
-Yo no lo entiendo...- escuché la voz del hombre mientras se detenía por un momento, su vista estaba puesta en el suelo cuando suspiró con pesadez.
-No, no lo haces- respondí alejando mis uñas de mis dientes, el nerviosismo estaba sumiendo mi cuerpo.
-Quisiera entender como pasó...- solo me encogí de hombros mientras este levantaba la vista para encontrar a la mía.
-Solo pasó, Joe... No tengo una buena excusa o defensa, solo pasó- deslicé mis piernas haciendo que quedaran contra mi pecho y las abracé a mi cuerpo.
-Se ha ido- asentí metiendo mi cabeza en el hoyo oscuro entre mis piernas y brazos, no sabía como levantar mi rostro hasta esta situación, no creí posible que algo como esto me fuera a pasar jamás- ¿Crees que lo superaremos?
No sabía como sentirme al respecto, solo apreté mis parpados con fuerza deseando que alguna lágrima bajara por mi mejilla pero nunca pasó, las lágrimas nunca llegaron y eso lo hacía todo peor.
-No es tu culpa...- sentí sus brazos alrededor de mi espalda dejando suaves caricias. Su intento de reconfortarme intensificó significativamente la situación.
Puesto a que yo no había sentido la necesidad de culparme hasta este momento, creí que de ser cierto nadie tendría porque mencionar nada al respecto. Pero la idea siendo descartada es quien pone todo de cabeza, para ser descartada alguien tuvo que creer en ella.
