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Diario Digital: El Heraldo.com, Argentina.

  Se cumple un año más desde la aparición de ABNF en el mundo y aunque pareciera que los casos de suicidios se han reducido, lo cierto es que ABNF está más vigente que nunca. ¿Pero? ¿Por qué ABNF continúa sumando víctimas sin que autoridad alguna logre darle fin? Para no entrar en materia de tecnología, desde el punto de vista social: EL MUNDO SE ACOSTUMBRÓ A ELLA.

  Tal como si fuera una pandemia, al principio ABNF causó pánico a nivel mundial. El caos reinaba las calles a la par que la ciudadanía organizaba marchas para pedir a autoridades gubernamentales que hicieran algo. Los cuerpos de policía luchaban día a día por tratar de encontrar algún culpable de las muertes y parecía que cada gobierno se ponía la meta de frenar tan espantosa tecnología. Aunque muchos apuestan que en realidad buscaban obtener los conocimientos para crear un arma tan poderosa como es ABNF. Si bien ha pasado el tiempo, para el día de hoy, nadie ha podido dar con un responsable, y ningún gobierno ha logrado frenar el funcionamiento de la aplicación. Así que la policía, o cualquier departamento de investigación, se ha limitado solamente a tratar los casos de suicidios como algo cotidiano. Ya los gobiernos dejan de inyectar dinero a los entes encargados de estudiar ABNF. Sencillamente, la vara es demasiado alta. ABNF ha sido un reto muy grande para nuestra generación. El usuario común ya se ha vuelto indiferente, acostumbrándose a la idea de que cada cierto tiempo alguna persona cercana a su entorno terminará con su vida debido a la aplicación.

  Ahora, ¿por qué las personas siguen descargando la aplicación? Por qué, si los medios bombardean día a día la advertencia y el peligro de usar ABNF, ¿por qué cada día continúan los casos? La verdad nuevamente logra ser tan simple como el hecho de que la recompensa social es demasiado alta. Vivimos en un mundo donde la vida a través de las redes sociales ha dejado de ser un espejo de nuestra vida real. Convirtiéndose ahora las redes en el factor determinante de nuestro éxito, estatus e incluso felicidad. Una persona que se percibe a sí misma como alguien impopular y para nada social, puede llegar a formar parte de grupos donde difícilmente lo haría por cuenta propia, solo con descargar la aplicación y atreverse a llenar el formulario... Al principio se creía que quienes descargaban ABNF eran personas que en verdad tenían el deseo de acabar con su vida, o de saber si su alma estaba destinada al infierno, esto último para aquellos más religiosos. Pero fue este el primer error de quienes se dedicaban a estudiar la aplicación, hoy sabemos que quienes descargan ABNF lo hacen con la intención de mostrarse al mundo como valientes, temerarios, personas que no temen a la muerte y que merecen la popularidad y adulación de sus iguales. Por eso es viral entre jóvenes y adolescentes, éstos sin tener aún un pensamiento serio sobre la muerte. Se enfocan en la presión de sus compañeros una vez son retados a descargar la aplicación, llegando a poner en segundo plano su propia vida para evitar la humillación que recae sobre aquellos que no se atreven a descargarla, pues quedarían tachados de cobardes en sus respectivas escuelas. Si es cierto que distintos grupos han creado consciencia mediante eventos y charlas en las escuelas sobre el peligro que representa la aplicación, pero solo han logrado disminuir la cantidad de casos escolares tan poco, que no es muy significante a la hora de calcular los suicidios anuales.

  El día de hoy destacaremos un caso especial, uno ocurrido en El Salvador donde ha logrado causar revuelo debido, ya que la víctima éstos parte de un intento del gobierno de estudiar un caso en vivo de ABNF.
El presidente Bukele, conocido mundialmente por su mano dura ante la delincuencia, ofreció a los privados de libertad el favor de la disminución de sentencias, además de una paga en divisas a aquellos reos que descargasen la aplicación y que en caso de ser aceptados interactuarán con ella mientras eran observados por especialistas. De los cientos de reos que descargaron ABNF, solo uno 
logró ser aceptado por ella como un usuario válido, recibiendo el aterrador mensaje que anunciaba: debía esperar una llamada telefónica donde comenzaría su entrevista. El hombre, al cual su nombre se ha mantenido oculto por el gobierno, fue aislado inmediatamente a una sala de observación, donde se quedaría solo con un aparato celular esperando la llamada. La idea era que el hombre interactuará por llamada para que esta fuera grabada y lograr saber qué o quién está detrás del teléfono. Con la promesa de que a la primera señal de que el hombre intentará hacerse daño, entrarían guardas a sujetarlo y evitar que se suicide. La cuestión es que durante el tiempo que el reo estuvo bajo observación, la llamada nunca se produjo, el teléfono se mantuvo en silencio en todo momento. Casi como si la persona que debía llamar supiera que no debía hacerlo, que aquello era una trampa. Luego de dos semanas el experimento se detuvo, y el hombre en cuestión fue retirado de la celda en observación. Se determinó que aquello fue algún tipo de falla en la aplicación y se llegó a teorizar que habría casos de personas que calificaban a la aplicación, pero nunca recibían la llamada, dando apertura a la teoría de que ABNF es operada por personas las cuales no pueden darse abasto con toda la cantidad de usuarios registrándose. Pero cuando se creía que aquello culminaría solo a días de que el reo fue removido a una cárcel especial donde tendría más comodidades, fue que el recluso recibió una llamada que se suponía era de su esposa.

  En el acuerdo firmado, al formar parte del experimento al hombre se le permitiría recibir llamadas a diario de familiares. El guardia de seguridad encargado de contestar primero la llamada afirmó que era la voz de la esposa del recluso la que se escuchó al otro lado de la línea, pero fue la misma esposa quien confirmó a los días que ella nunca realizó aquella llamada. El reo, al apenas contestar el teléfono, dio un grito asustado y cambió su semblante totalmente, dando muestras de un enorme terror al escuchar a quien verdaderamente lo estaba llamando. El hombre dejó caer el teléfono al suelo, pero el mal ya estaba hecho. Inmediatamente comenzó a actuar de forma errática, afirmando que había un enorme perro negro dentro de la prisión, casándolo y esperando el momento para atacar. Él recluso fue aislado inmediatamente y llevado a observación, se le debió inyectar altas dosis de sedantes debido a que a cada momento se sacudía alterado, afirmando que en la habitación había un perro de enormes fauces que venía a comerlo vivo. Los sedantes no hicieron efecto y tuvieron que amarrarlo a la cama, ya que se agitaba y gritaba en todo momento diciendo que el perro le estaba devorando las piernas vivas, todo mientras en la habitación había casi diez personas que lo sujetaban, tratando de hacerle entender que no había animal entre ellos y que lo que decía no era más que alucinaciones. Fue en el punto más alto de aquella locura que el hombre optó por morder su propia lengua hasta el punto de arrancársela y ahogarse con ella y su sangre mientras los médicos trataban de mantenerlo con vida. Quienes estuvieron presentes afirman que fue una escena horrible donde veían como el reo se agitaba sin control, mientras una gran cantidad de sangre salía expulsada de su boca y nariz, sacudiéndose una y otra vez mientras golpeaba su cabeza contra la cama.

  El caso fue fuertemente criticado por la comunidad internacional, alegando que el gobierno de Bukele era el responsable directo de la muerte de aquel hombre, afirmando que el hecho de que este fuera un delincuente condenado no era motivo de poner su vida en tal riesgo, lo cual terminó con un fatal resultado. Grupos religiosos del Salvador afirman que el perro con características monstruosas que el reo describía era algún tipo de demonio, ya que según demonología son varios los seres infernales que cumplen con las características caninas que el reo describía. Aunque fuentes cercanas al caso afirman que en realidad el hombre tenía aquella ilusión debido a que formó parte de una banda criminal que se encargaba de recolectar animales de la calle para ser asesinados y descuartizados, vendían la carne haciéndola pasar como carne de carnero a los puestos de comida callejera. Incluso se sabe que los integrantes de aquella banda tenían la costumbre de grabarse mientras torturaban y desmembraban vivos a los pobres perros, para vender dichos vídeos en la web profunda. Siendo este crimen uno de los cargos por los cuales el reo se encontraba cumpliendo condena en ese momento.

  Lo cierto es que el caso ahora permite saber que la aplicación es capaz de esperar el tiempo necesario hasta lograr encontrar en momento en que el usuario esté sin vigilancia. Yo creo que solo una llamada es suficiente para que la persona pueda comenzar con las alucinaciones que los llevan a cometer un suicido. Dando la teoría que ABNF esperará el tiempo que sea necesario para atacar a sus usuarios y que la única forma segura de no ser una víctima más es no descargar la aplicación.

LOS PECADOS DE MADIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora