Capitulo 4 -Parte 2-

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    Recordé la música a todo volumen; recordé bailar y saltar en compás, con el mundo a mi alrededor. Recordé el olor de la marihuana que había en el aire, combinado con el dulce sabor del vodka que bebí esa noche. También recordé los labios calientes de este muchacho y lo bien que se sentía cuando metía su lengua dentro de mi boca. Su barba corta raspaba mi rostro, haciéndome cosquillas.

    Me vi alejarme con él a una habitación de la casa, y al rato, cuando regresé, encontré a Yoselin recostada en el sofá de la sala, con todos bailando alrededor.

   "La música estaba muy alta" recordaba.

    "Casi no había luz, todo estaba muy oscuro", seguía reflexionando. "¿Y yo?, y yo estaba muy drogada", todo se iba aclarando en mi mente. "¿Y Yoselin muy ebria?" ¿Pero Yoselin no bebía? No, no estaba ebria. Ahora Madiel lo veía claramente. 

  "Ella estaba inconsciente"

  —Usted abandonó a su amiga esa noche —habló la mujer, trayéndome de vuelta de mis pensamientos, —Usted se fue con ese muchacho y dejó a Yoselin con un completo desconocido.

    —No, no era un desconocido —dije defendiéndome. —Era Pepe, ya lo recuerdo. Se llamaban Pepe y Alberto, llevábamos tiempo conociéndolos, chateábamos en grupo siempre por Messenger y nos esperaban fuera del colegio.

    "Madi, por favor, quiero irme a mi casa" recordé que Yoselin me dijo casi desmayada, cuando la encontré.

    "¿Irnos?, pero si ahora es que la fiesta se está poniendo buena", le respondí.

    —Pepe vio cómo usted se alejaba con Alberto, luego de bailar toda la noche —respondió la mujer en la línea —Él no había tenido tanta suerte, Yoselin no era tan regalada como usted —aquel comentario me molestó, como si fuera una espina enterrada pinchándome.

    "Madi por favor, quiero irme a mi casa". Volví a escuchar dentro de mi cabeza a Yoselin.

    —Pepe había bebido y fumado tanto como usted —continuó diciendo la mujer —pero Yoselin le había dicho que no a todo lo que este le ofrecía, ella no se parecía en nada a ti, sabes, usted sí que era una manzana podrida.

    "Madi por favor, quiero irme a mi casa"

    —No, no, yo no, yo nunca. — No sabía qué responder, estaba demasiado confundida.

    —Imagino lo frustrante que debió ser para Pepe, ver como usted caía tan fácilmente, pero Yoselin no dejaba de rechazarlo —dijo la mujer. —Solo necesitó unas gotas en un refresco y Yoselin comenzó a marearse. Ese era el plan B de la noche, si ustedes no querían colaborar... Pero usted sí colaboró, usted siempre colaboraba muy fácil.

    —¡CALLATE! -respondí gritando, apreté tan fuerte el celular que pensé que iba a romperlo.
   —No necesitó mucho tiempo para que Yoselin comenzara a sentirse mareada.
   —¡CALLATE! ¡No quiero escucharte! ¡CALLATE!
   —Él le dijo que la llevaría a un sitio para que descansara, hasta sentirse mejor, pero en su mente tenía otros planes.

    "Madi por favor, quiero irme a mi casa".

    —Mientras la ayudaba a caminar, Pepe metía sus manos pegajosas en su blusa, aprovechaba cada movimiento brusco para tocarla.

    —No, no, no. Por favor, cállate —mi cabeza comenzaba a dolerme tan fuerte, que sentía que iba a reventar.

    "Madi por favor, quiero irme a mi casa". Volvía a oír dentro de mí.

    —Se suponía que usted debía cuidarla, señorita Madiel —seguía hablando la mujer sin parar. —Pero solo pensabas en ti, ¿cierto? No le importó dejar a su amiga sola en manos de un depravado.

    —Ya por favor, por favor cállese.
Como deseaba colgar la llamada en ese momento, pero estaba tan asustada, y sabía que al colgar, la mujer del baño volvería por mí.

    "Madi por favor quiero irme a mi casa", aquellas palabras seguían paseándose en mi mente, decididas a no dejarme.

    Entonces la escuché al otro lado del tono...

    —¿Madi?.

    Reconocí la voz al instante... Ya no era la mujer quien hablaba.

    Era Yoselin.

LOS PECADOS DE MADIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora